Un puñado de dulces de Halloween, una gran rebanada de pastel de calabaza en Acción de Gracias, un gran plato de pavo con salsas en Navidad y ni hablar de la cena de Año Nuevo. Parece imposible llevar una dieta saludable. Sabemos que has fracasado varias veces en el intento y que te provoca dejarte llevar por las tentaciones y olvidar las libras de más, aunque el más afectado, realmente, sería tu corazón.
Si te entregas a la mala alimentación, no solo se reflejará en tu sobrepeso: dice un artículo publicado en la revista Nutrients que los factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares están estrechamente asociados a los cambios en los patrones de nutrición, a corto y largo plazo. Esto significa que, de acuerdo a los que comas, tus factores de riesgo para desarrollar estas enfermedades van a fluctuar.
Wayne Campbell, profesor de ciencias de la nutrición en la Universidad de Purdue y uno de los autores del artículo, explica que de las elecciones que hagas a la hora de comer dependen los resultados de tus próximos chequeos médicos. Sin embargo, lo normal es que la gente fracase, una y otra vez, al intentar llevar patrones de alimentación saludables.
Los cambios en la dieta y su relación con la salud del corazón (presión arterial, colesterol) y los factores de riesgo para la diabetes fueron evaluados por el equipo de Campbell a través de dos estudios previos que había dirigido el especialista en Purdue. Los participantes del estudio adoptaron dos patrones de alimentación, uno que se enfocó en controlar el consumo de sodio y el otro en aumentar las grasas saludables.
Los participantes adoptaron un patrón de alimentación saludable durante cinco o seis semanas y evaluaron sus factores de riesgo. Luego volvieron a su estilo de alimentación habitual durante cuatro semanas y regresaron para un chequeo. Finalmente, retomaron la dieta saludable otras cinco semanas y les hicieron una última evaluación.
Los resultados, según los investigadores, fueron los esperados, “como una montaña rusa cardiovascular”. Pero llamó su atención cómo la salud cardiovascular de los participantes mejoró rápidamente al adoptar una dieta más saludable: solo unas pocas semanas comiendo bien se reflejó en una presión arterial y un colesterol más bajos.
"Estos hallazgos deberían alentar a las personas a intentarlo nuevamente, si fracasan en su primer intento de adoptar un patrón de alimentación saludable", dijo Campbell. "Parece que su cuerpo no se volverá resistente a los beneficios en la salud de este patrón de dieta solo porque lo probaron y no tuvieron éxito la primera vez. La mejor opción es mantener el patrón saludable, pero si te equivocas, inténtalo de nuevo".
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