Un grupo de investigadores encontró evidencia que puede ser de gran ayuda para los 32 millones de estadounidenses que viven con una alergia alimentaria. Según sus hallazgos, la ausencia de ciertas bacterias en el intestino podría ser la causa de esta común reacción inmunológica.
Estas alergias son un tipo de respuesta extrema del sistema inmunológico desencadenada por el consumo de algún alimento específico, que no provoca el mismo efecto en otras personas. No debe confundirse con la intolerancia a los alimentos, en este caso no interviene el sistema inmune ya que sucede cuando la ausencia de una proteína impide la correcta digestión de la comida.
Según informa Food Allergy Research & Education (FARE) esta afección puede ser causada por 170 alimentos diferentes y, en los países occidentales, afectaría alrededor del 10% de las personas. La hinchazón, dificultad para tragar y respirar, picazón, mareos y congestiones que producen estas reacciones también pueden darse por el contacto del alimento con la piel o su exposición por vías respiratorias.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informan que las alergias alimentarias se encuentran en aumento (solamente en niños se experimentó un incremento del 50% entre 1997 y 2011. Por este motivo comenzaron a volverse el foco de muchas investigaciones.
Un ejemplo reciente es el trabajo publicado en Nature Medicine por científicos del Hospital para Niños de Boston y el Brigham and Women's Hospital. Los especialistas encontraron que los bebés y niños con alergias alimentarias carecen de ciertas especies de bacterias intestinales, y que, reponerlas podría ofrecer una nueva forma de tratar estas reacciones.
El intestino humano alberga trillones de microorganismos, incluyendo más de 1,000 especies de bacterias. Estos microbios juegan un papel crucial tanto en la salud como en las enfermedades.
El rol de las bacterias
Aunque estudios anteriores (en animales y humanos) había llegado a conclusiones similares sobre este vínculo, no habían detallado las interacciones a nivel celular. Por ello, para este trabajo los autores recolectaron muestras fecales y compararon las bacterias intestinales de 56 bebés y niños que desarrollaron alergias a los alimentos con 98 pacientes que no lo hicieron. Los resultados mostraron que los microorganismos eran diferentes en cada grupo.
El siguiente paso consistió en trasplantar las diferentes muestras en ratones sensibles al huevo. El objetivo de este experimento era comprobar si los distintos microorganismos tenían efectos diferentes contra un alérgeno común.
Los resultados corroboraron esta hipótesis, ya que los ratones que recibieron muestras de los niños sin alergias alimentarias tenían menos probabilidades de tener reacciones al huevo que aquellos que las recibieron de los pacientes alérgicos.
Mediante técnicas computacionales los expertos identificaron 2 grupos de microbios que mantuvieron la resistencia de los ratones contra el huevo. Estos estaban compuestos por bacterias intestinales Clostridiales o Bacteroidetes, capaces de controlar las reacciones del sistema inmune frente a las proteínas de este alimento.
Técnica prometedora
La Dra. Lynn Bry, coautora del trabajo y directora del Centro de Microbiomas de Massachusetts en el Brigham and Women's Hospital "Identificamos bacterias de origen humano que modulan el sistema inmunológico para que se vuelva tolerante a los alérgenos alimentarios".
Según afirman los expertos, sus hallazgos apuntan a una nueva forma de tratar la alergia a los alimentos, utilizando bacterias beneficiosas para alterar el cableado del sistema inmunológico. De esta manera, en lugar de dirigirse a un alérgeno alimentario en particular, este método podría tratar todas las alergias alimentarias de una sola vez.
La doctora Bry señaló que esto "representa un cambio radical en el enfoque de la terapia para las alergias alimentarias", ya que se diferencia de la inmunoterapia oral. Esta técnica se caracteriza por elevar el umbral de la respuesta alérgica a través de exposiciones pequeñas y crecientes al alérgeno alimentario en cuestión.
Sin embargo, los científicos advirtieron que, si bien los resultados parecen ser muy prometedores, solo son válidos en ratones. Por lo tanto, son necesarios más investigaciones y ensayos clínicos que logren replicar los hallazgos en humanos.
Más información sobre alergias alimentarias: