Los opioides, muchas veces llamados narcóticos, son medicamentos con fuertes efectos analgésicos.
Algunos se producen a partir del opio, una mezcla de sustancias que se obtienen de la adormidera o amapola real (Papaver somniferum), mientras que otros pueden ser sintéticos (desarrollados en laboratorios).
Entre los opioides más conocidos se encuentra la heroína, codeína, fentanilo (Actiq®, Duragesic®, Sublimaze®), hidrocodona (Vicodin®, Norco®, Zohydro® y otros), hidromorfona (Dilaudid®), Meperidina (Demerol®), metadona (Dolophine®, Methadose®), morfina (Duramorph®, MS Contin®), oximorfona (Opana®), oxicodona (Percodan®, Percocet®, y OxyContin®, este último producido por Purdue Pharma).
Se pueden encontrar en diferentes presentaciones: cápsulas, líquido, pastillas, supositorios, o tabletas.
¿Cómo afectan al cuerpo?
Los opioides se relacionan químicamente e interactúan con los receptores de opioides en las células nerviosas del cuerpo y del cerebro, permitiendo así aliviar el dolor.
Si bien suelen ser seguros cuando se toman por un período de tiempo corto y siguiendo las indicaciones del médico, pueden causar efectos secundarios, como somnolencia, náuseas, estreñimiento o confusión.
También pueden provocar euforia, por lo que es común que se los utilice de forma inapropiada, es decir, diferente a la indicada, en mayores dosis o sin la receta de un médico.
Sin embargo, incluso siguiendo las instrucciones del médico, los opioides pueden llevar a la dependencia, y, en caso de utilizarlos inapropiadamente, a la sobredosis o muerte.
Graves consecuencias
El abuso, la adicción y las sobredosis de opioides son graves problemas de salud pública en los Estados Unidos.
Se estima que durante la década del 90 casi 100 millones de estadounidenses sufrían dolor crónico, por lo que las autoridades sanitarias comenzaron a exigir regulaciones menos estrictas para el uso de analgésicos fuertes.
Muchas compañías farmacéuticas buscaron trasmitir tranquilidad a la comunidad médica y a la población, asegurando que los analgésicos opioides recetados no eran capaces de crear adicción.
Esto desembocó en un aumento de sus recetas, que, junto a la desviación de su uso original y el abuso efectivamente provocado por sus efectos adictivos, dio lugar a la crisis o epidemia de los opioides.
El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) informa los siguientes datos sobre este problema de salud pública:
- Aproximadamente entre 21 y 29% de los pacientes a quienes se les recetan opioides para tratar el dolor crónico los usan de forma inapropiada.
- Aproximadamente entre 8 y el 12% desarrollan un trastorno por consumo de opioides.
- Se estima que entre 4 y 6% de quienes usan los opioides recetados en forma inapropiada empiezan a consumir heroína.
- Se calcula que cerca del 80% de las personas que consumen heroína abusaron antes de los opioides recetados.
En combinación con alcohol, los opioides pueden disminuir peligrosamente el ritmo cardíaco o respiratorio, lo que puede producir un estado de coma o incluso la muerte.
Diferentes investigaciones también hallaron que si se abusan durante el embarazo pueden provocar aborto espontáneo, bajo peso al nacer o síndrome de abstinencia neonatal.
Otro problema derivado de la crisis de opioides es la lucha contra la abstinencia, que suele provocar en los pacientes inquietud, dolor en los huesos y músculos, insomnio, diarrea, vómito, escalofríos y movimiento involuntarios.
La adicción a los opioides es una enfermedad que afecta el cerebro y su comportamiento. Su efecto placentero eventualmente hace que la persona desee seguir consumiéndolo.
Con el tiempo el cerebro realmente cambia, de manera que desarrolla una poderosa necesidad de usar el medicamento.
Resolución y condena
El miércoles 21 de octubre de 2020, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que Purdue Pharma, fabricante del opioide altamente adictivo OxyContin, se declaró culpable de tres cargos penales federales.
Recibió más de 8 mil millones de dólares en multas (la más grande jamás impuesta a un fabricante de productos farmacéuticos) para resolver las investigaciones criminales y civiles en su contra.
La compañía se ha transformado en sinónimo de la crisis de opioides que, desde la década del 90, provocó la muerte de casi medio millón de estadounidenses por sobredosis.
Los cargos penales contra Purdue Pharma, según informa el Departamento de Justicia de Estados Unidos, incluyeron conspiración para defraudar a los Estados Unidos y dos cargos de conspiración para violar las leyes federales contra las comisiones ilícitas, luego de que pagara a dos médicos para inducirlos a recetar más opioides.
La compañía también admitió haber obstaculizado a la Administración de Control de Drogas (DEA) al transmitir información engañosa.
"Esta resolución cierra un capítulo particularmente triste en la batalla en curso contra la adicción a los opioides", expresó Tim McDermott, administrador asistente de la DEA.
El dinero del acuerdo se destinará a los gobiernos estatales, locales y tribales para abordar la crisis de los opioides.
"Con las declaraciones de culpabilidad criminal, un acuerdo federal de más de 8 000 millones y la disolución de la compañía y reutilización de sus activos completamente a beneficio del público, la resolución anunciada hoy reafirma que el Departamento de Justicia no cederá en sus múltiples esfuerzos por combatir la crisis de los opiáceos", afirmó Jeffrey Rosen, fiscal general adjunto de Estados Unidos.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Clínica Mayo, Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas.