Hasta mediados del siglo XX, el ejercicio físico y el deporte estaban casi vedados para los pacientes hemofílicos y su esperanza de vida era mucho menor a la de estos días. Pero gracias a las nuevas terapias de aporte de factores de coagulación, hoy pueden practicar actividad física con bajo riesgo de sufrir episodios de sangrado.
El ejercicio previene lesiones
Los expertos de la Federación Mundial de Hemofilia (WFH) resaltan la importancia del ejercicio físico y el deporte en personas con hemofilia. Son pilares básicos en el tratamiento de la enfermedad ya que ayudan a prevenir lesiones musculares y óseas.
El 60 u 80% de pacientes hemofílicos tiene sangrados musculo-esqueléticos, y las articulaciones más afectadas son las rodillas, codos y tobillos. Si no son tratados a tiempo puede haber un daño articular irreversible. Por eso el ejercicio, además de mejorar la calidad de vida, logra una buena musculatura que protege de las lesiones. ¿Cómo empezar?
Lo que sí, lo que no
Para la Academia Americana de Pediatría hay dos clases de deporte: de contacto (futbol , básquet, rugby) y de no contacto, según la probabilidad de colisión. Los del segundo grupo son kayak, patinaje, natación, tenis, tenis de mesa, golf y ciclismo. Y a pesar de las recomendaciones de la Federación Mundial de Hemofilia, el fútbol es uno de los deportes preferidos.
Los niños no se cansan
Hay estudios que demuestran que el paciente hemofílico tiene menos resistencia aerobica, fuerza y equilibrio respecto de sus pares sanos. Esto no ocurre en los niños con hemofilia, que tienen la misma habilidad funcional y rendimiento motor que los que no padecen la enfermedad.
La Federación Mundial de Hemofilia sugiere ejercicios para aumentar la fuerza muscular. el rango de movilidad y la propiocepcion, que incluye trabajos para lograr más equilibrio. Propone utilizar cargas ligeras, hacer trabajo aeróbico y actividades deportivas.
No son distintos
En realidad no hay ejercicios "para la hemofilia” pero sí hay algunos que ayudan más que otros para mejorar el estado general del paciente. Y rinden mucho más si se ejercita a conciencia y se cuenta con el asesoramiento de un entrenador profesional o terapeuta físico familiarizado con pacientes con hemofilia.
La Federación Mundial de Hemofilia recomienda ejercicios para ganar movilidad, fuerza y equilibrio en las articulaciones (rodillas, tobillos, codos). También sugiere ejercicios para ganar fuerza muscular y flexibilidad, en especial los flexores de cadera (iliopsoas), gemelos (gastrocnemius), antebrazos, isquiotibiales y cuádriceps.
Ejercicio para fortalecer y dar movilidad a las rodillas
Siéntate con la espalda bien apoyada y las piernas estiradas con un tobillo sobre el otro. Eleva las piernas con las rodillas estiradas, mantén unos segundos y regresa lentamente. Repite varias veces alternando la pierna que queda arriba. Este ejercicio también sirve para dar flexibilidad a los isquiotibiales y fortalecer los cuádriceps.
Ejercicio para mejorar la propiocepción o equilibrio
Comienza de pie con las manos a los lados del cuerpo o en la cintura, Flexiona ligeramente una rodilla y eleva una pierna llevando el pie hacia atrás y mantén el equilibrio durante 30 segundos. Repite con la otra pierna y para hacerlo más complejo intenta hacerlo con los ojos cerrados sobre una superficie inestable como un almohadón, con los brazos estirados.
Ejercicio para fortalecer los tobillos
De pie con las piernas ligeramente separadas y las manos junto al cuerpo o en la cintura, elévate sobre los dedos de los pies y manténte durante algunos segundos. Regresa lentamente a la posición inicial y repite varias veces hasta que sientas cansancio en los gemelos o pantorrillas.
Ejercicio para movilizar los codos
Sentado y con un brazo estirado, toma la muñeca con la mano del otro brazo para ayudarte. Comienza a flexionar el brazo hasta llevarlo cerca del hombro. Regresa lentamente, repite varias veces y cambia de brazo. Este ejercicio también sirve para dar flexibilidad a los antebrazos.
Ejrcicio para fortalecer cuádriceps y rodillas
Flexiona ambas rodillas cuidando que no sobrepasen la punta de los pies, Mantén durante varios segundos y regresa lento a la posición inicial. Repite varia veces y para intensificar mantén la flexión durante más tiempo o hazla más pronunciada.
Ejercicio para fortalecer el flexor de cadera
Acuéstate boca arriba con las rodillas flexionadas y las plantas de los pies apoyadas en el suelo. El abdomen debe estar contraído. Empuja los talones contra el suelo y eleva las caderas hasta sentir un leve tirón en las ingles. Mantén unos segundos y baja lentamente. Repite varias veces hasta extender completamente la cadera pero sin arquear la espalda.
Ejercicio de flexibilidad para pantorrillas
En este músculo el sangrado es menos frecuente pero puede ser serio porque lo surcan muchos nervios y vasos sanguíneos. Siéntate en una silla con las plantas de los pies en el piso. Deja los talones bien apoyados y eleva la punta de los pies hasta que sientas un leve tirón en la pantorrilla. Relaja y repite varias veces con ambas piernas. Este ejercicio también fortalece los tobillos.
Ejercicios para rotar antebrazos
Siéntate en una posición cómoda sosteniendo una pesa liviana con el codo flexionado. Gira la mano hasta que quede la palma hacia arriba y luego vuelve a moverla para que queda hacia abajo. Intenta que el codo quede firme y cerca el cuerpo. Repite varias veces con ambos codos y haz repeticiones más rápidas en la medida que tengas más fuerza.
¿Qué es la hemofilia?
La hemofilia es un trastorno hemorrágico hereditario en el que la sangre no coagula de manera adecuada. Quien la padece tiene poco o nada de factor de coagulación, unas proteínas que junto a las plaquetas, ayudan a producir la coagulación normal de la sangre. En EE.UU. se registran unos 400 casos anuales y afecta a 1 de cada 5,000 bebés varones.
El gen de la hemofilia es hereditario. Si el padre tiene hemofilia y la madre no, ninguno de los hijos varones la tendrá pero todas las hijas serán portadoras del gen. Una mujer portadora tiene un 50% de probabilidad de que su hijo tenga la enfermedad y de que su hija sea portadora. Una mujer puede tener hemofilia sólo si su padre tiene hemofilia y su madre es portadora.