La megarexia es un trastorno alimenticio en el que la persona obesa se observa a sí misma como delgada y saludable, y por lo tanto, no se ayuda ni recurre a la ayuda médica para tratar su enfermedad. Tampoco admite comentarios sobre su figura ni toma en serio las advertencias médicas sobre las consecuencias que dicha enfermedad puede traer para su futuro.
Sufrir de obesidad pero percibirse sano y delgado es la principal característica de la megarexia, un desorden alimentario que afecta a ocho de cada diez personas obesas en el mundo y puede derivar en diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares.
Los megaréxicos se caracterizan por comer sin preocupación, sus alimentos suelen no ser nutritivos, y ese déficit de nutrientes provoca una alteración en la bioquímica del cerebro, por lo que no son conscientes de que padecen una enfermedad.
Si sufres megarexia, te miras al espejo y te ves delgada, aunque tengas 20 kilos de más. Algunas personas con megarexia definirían su cuerpo como “vigoroso”, “fuerte” o “diferente” y se sienten orgullosas de su estado físico.
Quienes viven con megarexia están convencidos de que su figura tiene el peso y las proporciones ideales y que poseen una apariencia sana (inclusive algunas personas con megarexia pueden confundir el sobrepeso con fuerza, creyendo que se trata de masa muscular), a tal grado que se niegan a hacer ejercicio y llevar una dieta saludable, dice Marina Díaz Marsá, directora de la Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria del Hospital Clínico Madrid.
Gorditos felices
“Ellos son conocidos como gorditos felices o satisfechos que se niegan a aceptar su condición física”, explica Dunia de Martini Romero, del Hospital de Psiquiatría Héctor Tovar Acosta del Instituto Mexicano del Seguro Social. Según un estudio realizado por la Asociación Psiquiátrica Americana, el 85 por ciento de las personas obesas en el mundo sufren de este trastorno, y por cada anoréxico que se tiene registrado hay por lo menos 10 megaréxicos.
Básculas descompuestas
Mirarse en los espejos de cuerpo completo, desconocer su peso, utilizar prendas holgadas que escondan el cuerpo, asegurar que todo les queda grande, enfadarse cuando alguien se refiere a su alimentación o creer que las básculas están descompuestas son algunos de los síntomas relacionados con este trastorno.
Al no percibir obesidad las personas con megarexia comen sin controlarse, especialmente comida chatarra, lo que los perjudica notablemente. Es decir no hay interés alguno por cuidar la alimentación lo que pone en peligro su salud.
Sobre todo a las mujeres
La megarexia afecta a mujeres y hombres, aunque predomina en ellas cuando están entre la segunda y tercera décadas de vida; no tiene causa específica, si bien influyen factores ambientales, psicológicos y parte de la autoestima. Es un trastorno contrario a la anorexia.
Lo opuesto a la anorexia
La megarexia representa lo opuesto a la anorexia: las personas que la sufren se perciben como sanas y delgadas cuando en realidad tienen un problema de obesidad. Como ocurre con otros trastornos alimenticios, hay una distorsión en cómo los pacientes perciben sus propios cuerpos. Las personas con megarexia tienden a sentirse satisfechos y orgullosos de su apariencia física, justifican su sobrepeso como sinónimo de fuerza y vitalidad.
Las personas que sufren megarexia a menudo llevan hábitos de vida poco saludables, lo que incluye la ingesta de una gran cantidad de alimentos con “calorías vacías” como bollería, papas fritas, caramelos, dulces y comida precocida y pocas frutas y verduras frescas.
Si tienes sobrepeso y no has sido consciente de ello durante mucho tiempo, entonces lo primero que debes hacer es reconocer que has estado sufriendo un trastorno. Pero no te preocupes, si buscas ayuda profesional, podrás salir de esta situación.
Primer paso: reconocer el problema
Si tienes sobrepeso y no has sido consciente de ello durante mucho tiempo, entonces lo primero que debes hacer es reconocer que has estado sufriendo un trastorno. Pero no te preocupes, si buscas ayuda profesional, podrás salir de esta situación.
Terapia psicológica
La buena noticia es que la megarexia -también llamada fatorexia- se puede curar siguiendo el tratamiento adecuado. Los expertos opinan que además de seguir un régimen para adelgazar e instaurar nuevos hábitos alimenticios saludables, la persona con megarexia debe acudir a terapia psicológica para corregir la alteración en la percepción de su cuerpo.