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Agresores del deporte
Por Julio Guzmán
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Antideportivos
Varios deportistas no sólo han destacado por sus habilidades en sus respectivas disciplinas, sino también por sus conductas agresivas. El caso de la mordida del uruguayo Luis Suárez no es el único que está registrado. Conoce qué otros atletas son unos verdaderos precursores de la violencia.
Su calidad como delantero es excepcional, pero su comportamiento prácticamente deja mucho qué desear. Su última “travesura” la hizo en el partido del Mundial entre Italia y Uruguay en donde le propinó una mordida en el hombro al defensa azurra Giorgio Chiellini.
Cabe recordar que en abril de 2013, el delantero mordió al defensor del Chelsea Branislav Ivanovic, lo que le costó estar ausente durante diez partidos. A su paso por la liga holandesa también hizo de las suyas tras morder a Otman Bakkal, lo cual también se penalizó con varios juegos de castigo.
Desde punto del vista psicológico, se puede pensar en esta mordedura como una falta de control de la impulsividad, un pasaje al acto sin medir consecuencias. Sobra decir que si Suárez hubiera medido las consecuencias de sus actos antes de realizarlos, hubiera puesto un freno, ya que ese impulso puede costarle mucho en su carrera.
Ante el caso más reciente, la FIFA ha impuesto medidas drásticas para el delantero charrúa que incluyen la suspensión de 9 juegos internacionales, y por consiguiente, estará 4 meses sin jugar fútbol.
Las mordidas no es lo único que sabe hacer bien el uruguayo. En otras ocasiones Suárez también se ha ido a los puñetazos con otros futbolistas y ha sido el origen de insultos racistas contra el francés Patrice Evra. Por este último hecho, fue sancionado con ocho fechas sin poder jugar.
¿Por qué brota este impulso?
Justamente el enojo desatado ante una determinada situación, sumado a una falta de control de esa ira, el pasaje al acto sin mediación del pensamiento y la impulsividad en su estado más puro son algunos de los detonantes. Probablemente, este jugador, deba trabajar y realizar tratamiento para controlar la ira y su agresividad.
Y si hablamos de mordidas, Suárez no es el pionero. Allá por 1997, el pugilista Mike Tyson enterró sus dientes sobre la oreja a Evander Holyfield durante una pelea de boxeo. Al igual que el uruguayo, la conducta del estadounidense no sorprendió a muchos, pues Mike siempre se ha caracterizado por dejarse llevar por sus impulsos.
Frustración a la vista
Para Holyfield, el caso de Suárez y de su agresor Tyson tienen un común denominador: la frustración. En una entrevista para el diario danés “Ekstra Bladet comentó que para que un deportista recurra a estas conductas es porque ya no sabe que hacer. Aún así, toma con humor el asunto: “cualquier parte corporal es posible de comer”.
Es muy común que un atleta entre en frustración ante un panorama donde hay mucha presión o frente a una situación desfavorable. Al llegar desesperación, el deportista puede llegar a hacer actos fuera de la lógica, como los casos mencionados.
Justo cuando más lo necesitaba su equipo, el astro francés Zinedine Zidane perdió los estribos y se hizo expulsar en la final del Mundial de Alemania 2006. Luego de intercambiar palabras con el azurra Marco Materazzi le propinó un “cabezazo” que lo hizo acreedor de la tarjeta roja. Francia perdió.
El bloqueo, un síntoma
Unos de los principales signos que llevan a los deportistas a caer en la desesperación es el bloqueo emocional, el cual puede llegar a provocar que el rendimiento en una competición se reduzca considerablemente.
De acuerdo con Montserrat Cascalló, especialista en psicología del deporte, este bloqueo “surge cuando una emoción fuerte o negativa, como miedo, rabia o falta de seguridad queda conectada a una situación” y cada que el jugador pasa por una similar circunstancia siente de nuevo la emoción pasada.
Oliver Kahn
El ex portero alemán del Bayern Munich, Oliver Kahn, también protagonizó polémicas dentro de la cancha. En 1999, lanzó sus dientes contra el entonces jugador del Borussia Dortmund, Heiko Herrlich. “El entrenador nos dijo que teníamos que morder y no soltar a nuestra presa”, dijo Kahn al respecto.
Quizá el nombre no te suene conocido, pero una vez que lo ubiques no querrás cruzarte por su camino. Se trata de un jugador de rubgy australiano, quien en pleno partido de la liga de Queensland mordió el pene de uno de sus rivales y fue suspendido.
Riesgos para la salud
El actuar de manera irracional como los casos citados puede traer otro tipo de consecuencias que se traducen problemas de salud. Por ejemplo, según la Biblioteca Nacional de Medicina, las mordidas humanas pueden llegar a ser más peligrosas que las de otros animales por la presencia de bacterias que causan heridas difíciles de tratar.
En 2006, se suscitó otro caso que llamó la atención de los psicólogos y de los dentistas luego que el futbolista inglés Jermain Defoe mordió en el brazo al argentino Javier Mascherano. En su defensa Defoe dijo que no lo había hecho tan fuerte como parecía.
Pirañas humanas
Frente a una mordedura humana existe un alto riesgo de presentar una infección e igualmente supone un riesgo de lesión en los tendones y articulaciones. Debido a esto es importante que cualquier herida o golpe pase siempre por el ojo de un profesional de la salud.
Ayuda de la mente
Por otra parte, para quienes inician las agresiones, se recomiendan recibir asesoría psicológica para poder canalizar las emociones de una mejor manera. Muchos clubes deportivos cuentan con psicólogos del deporte especializados en tratar la frustración, el estrés y la ansiedad que se pueden llegar a presentar.