El aceite de oliva no solamente es un ingrediente básico en la dieta mediterránea, también es un producto que cuenta con grandes beneficios, tanto para la salud como para el cuidado de la piel, gracias a su calidad nutritiva y sus propiedades antioxidantes. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber sobre este popular aderezo.
Qué es el aceite de oliva
Es el aceite vegetal que se obtiene del fruto del olivo (Olea europaea), la oliva o aceituna. El aceite de oliva extra virgen contiene el nivel más alto de polifenoles antioxidantes y ácido oleico, por lo que se considera más saludable que otros tipos de aceites. Sin embargo, también es rico en calorías, por lo que debe consumirse con prudencia.
Cómo incorporarlo
La dieta estilo mediterráneo es una de las mejores formas de sumar el aceite de oliva a tu alimentación. Tiene menos carnes y carbohidratos y más alimentos a base de vegetales y grasa monoinsaturada (o "buena") que una dieta estadounidense típica. Incorporando este aceite puedes obtener una buena dosis de energía y vitaminas, e incluso disfrutar las siguientes bondades:
1. Aliado del corazón
Los antioxidantes son compuestos esenciales para proteger al cuerpo contra diferentes amenazas que alteran las estructuras celulares y aumentan el riesgo de diferentes enfermedades. El aceite de oliva es rico en antioxidantes, específicamente en polifenoles, que serían capaces de reducir el endurecimiento arterial y así prevenir la aparición de problemas cardiovasculares.
El aceite de oliva es una fuente rica de ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes e incorporarlo a la dieta ayudaría a producir mayores niveles de colesterol "bueno", que sería capaz de transportar a su variante "mala" al hígado para luego ser eliminada. De esta forma, se disminuye el riesgo de sufrir enfermedades como la aterosclerosis.
Sus propiedades fenólicas y polifenólicas se asociaron en diferentes investigaciones con un menor riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer, como recto, colon, o piel. También existe evidencia fuerte que relaciona al hidroxitirosol, un componente del aceite de oliva, con un menor riesgo de cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas.
El ácido oleico, principal componente del aceite de oliva, tendría efectos beneficiosos sobre el metabolismo de la glucosa y de las grasas en pacientes con diabetes tipo 2. Además, los profesionales observaron que los niveles de azúcar en sangre son más bajos entre quienes consumen regularmente este aceite.
Si bien son necesarios más estudios que corroboren este vínculo, el aceite de oliva sería capaz de proteger contra el deterioro cognitivo producto del envejecimiento. Esto sería posible gracias a la presencia de oleocanthal, un compuesto con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que tendría el potencial de reducir el riesgo de Alzheimer o demencias neurodegenerativas.
Si bien la inflamación es una respuesta del organismo para defenderse contra una amenaza, cuando se vuelve crónica puede ser un problema. Una forma de aliviarla es con el aceite de oliva extra virgen, ya que tiene polifenoles, componentes químicos naturales, que, según señalan los expertos, tendrían propiedades antiinflamatorias similares a las del fármaco ibuprofeno.
El consumo de grasas monoinstauradas, y especialmente aceite de oliva, estimularía la producción de vasodilatadores y mejoraría la fluidez de la sangre, disminuyendo así, el riesgo de hipertensión. Otros trabajos aseguraron que el aceite de oliva modifica la estructura de las membranas y afecta al metabolismo lipídico, que está muy alterado en pacientes con presión arterial alta.
Diferentes investigaciones coinciden que una dieta rica en aceite de oliva extra virgen ayudaría a prevenir las infecciones provocadas por bacterias (como, por ejemplo, la Escherichia coli o la Salmonella), gracias a su actividad antioxidante. Los estudios señalan que esta protección se produce, incluso, cuando el organismo se encuentra con defensas bajas.
9. Piel perfecta
El aceite de oliva también suele vincularse con virtudes cosméticas, ya los egipcios lo utilizaban como hidratante para prevenir la piel seca. Se cree que esto se debe a sus propiedades nutritivas y antioxidantes, y al contenido de ácido oleico que contribuyen a mantener la humectación de la piel y favorecen la conservación de la membrana celular.