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El desarrollo del autismo es distinto en el cerebro de niñas y niños

El trastorno del espectro autista (TEA), más conocido como autismo, es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro, que afecta la forma en que una persona percibe y socializa con los demás.

Se lo llama "trastorno de espectro" porque las personas con TEA pueden tener síntomas distintos. Otro factor que podría influir en el desarrollo del autismo en el cerebro, según muestra un reciente estudio, es el sexo.

El desarrollo del autismo es distinto en el cerebro de niñas y niños
Los mecanismos cerebrales implicados en el autismo podrían variar según el sexo. | Foto: GETTY IMAGES

El autismo comienza en los primeros años de la infancia, y los niños suelen presentar síntomas durante su primer año. Estos incluyen:

  • Evitar el contacto visual.
  • Carecer de expresión facial.
  • Hablar con un ritmo y tono anormal.
  • No entender preguntas o indicaciones simples.
  • No expresar emociones ni sentimientos.
  • No hablar, tener desarrollo tardío del habla o perder la capacidad de decir palabras u oraciones.
  • No poder mantener conversaciones.
  • No ser consciente de los sentimientos de los demás.
  • Abordar interacciones sociales de forma inadecuada, agresiva o perturbadora.
  • Tener dificultad para reconocer señales no verbales, como expresiones faciales, posturas corporales o tonos de voz de otras personas.

En algunos casos, los niños parecen desarrollarse de forma normal durante el primer año y luego pasan por un período de regresión, entre los 18 y 24 meses de edad.

Estos síntomas pueden provocar dificultades para comunicar, interactuar, aprender o llevar una vida completamente independiente.

Otro factor que parece influir en el desarrollo del autismo en el cerebro es el sexo, según muestra un trabajo publicado en Brain.

Como informa una publicación de HealthDay, los autores sugirieron que los hallazgos de las investigaciones que se realizan sobre autismo con niños quizá no apliquen a las niñas.

"Este nuevo estudio nos provee un mapa para comprender cómo emparejar mejor las intervenciones basadas en las evidencias, tanto actuales como futuras, con los perfiles cerebrales y genéticos subyacentes, de forma que podamos aplicar el tratamiento correcto al individuo correcto", planteó Kevin Pelphrey, experto en autismo del Instituto del Cerebro de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia, e investigador principal del nuevo estudio.

Y agregó: "Esto avanza nuestra comprensión sobre el autismo en general, al revelar que es muy posible que tenga causas distintas en niños y niñas".

El TEA es cuatro veces más común en los niños, lo que podría ayudar a explicar por qué hay mucha menos investigación sobre el autismo en niñas.

Diferencias entre niños y niñas

En el nuevo estudio, los investigadores combinaron imágenes del cerebro con investigación genética para aprender más sobre el TEA en las niñas.

Usaron imagen por resonancia magnética funcional para examinar la actividad cerebral de 207 pacientes (100 niñas y 107 niños) durante interacciones sociales. Encontraron que las niñas con TEA usan secciones del cerebro distintas a las que usan las niñas sin TEA.

Sin embargo, las diferencias entre las niñas con y sin TEA no fue igual que la diferencia entre los niños con y sin TEA, lo que significa que los mecanismos cerebrales implicados en el autismo podrían variar según el sexo.

Los investigadores también encontraron que las niñas con TEA tenían cantidades mucho mayores de unas variantes genéticas raras activas durante el desarrollo temprano de una región del cerebro llamada estriado.

Se cree que una sección del estriado está implicada en la interpretación de la interacción social y del lenguaje.

Pelphrey y su equipo esperan usar estos hallazgos para generar nuevas estrategias de tratamientos para el autismo ajustadas a las niñas.

Causas del autismo

El TEA no tiene una causa única conocida. Tanto la genética como el medio ambiente pueden influir.

Entre las posibles causas medioambientales los investigadores siguen explorando si factores como las infecciones virales, complicaciones durante el embarazo, o los contaminantes del aire, juegan un papel en el desencadenamiento del TEA.

Siempre es oportuno recordar que no hay vínculo entre las vacunas y el TEA. A pesar de la extensa investigación sobre el tema, ningún estudio confiable ha demostrado un vínculo entre el autismo y las vacunas.

De hecho, el estudio original que encendió el debate hace años se ha retirado de las publicaciones científicas debido a que fue realizado con métodos de investigación cuestionables.

Evitar las vacunas infantiles puede poner a tu hijo y a otras personas en peligro de contraer y transmitir enfermedades graves.

Fuentes consultadas: Academia Estadounidense de Pediatría, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Escuela de Medicina Harvard, HealthDay.

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