Desde marzo de 2014, más de 4,900 personas han muerto a causa del Ébola en Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria, con una cifra alarmante de casos que ha superado los 10,000, según la Organización Mundial de la Salud.
Pero en EE.UU. el panorama es muy diferente: de las 9 personas tratadas por el Ébola hasta la fecha, sólo un caso ha resultado fatal, Thomas Duncan, un hombre de Liberia infectado antes de su llegada al país, y quien murió en Dallas el 8 de octubre. Los otros pacientes -en su mayoría trabajadores de la salud que contrajeron Ébola por curar a enfermos en África- se han recuperado.
Aquí están de las 5 razones que sustentan la buena noticia:
1. Velocidad de la intervención médica
Con la excepción de Duncan, que inicialmente fue enviado a casa desde el hospital sin un diagnóstico correcto, los pacientes de Ébola en EE.UU. han comenzado a recibir tratamiento muy temprano -tan pronto como se detectó la fiebre-. El error cometido con el primer paciente obligó a los médicos a estar más atentos a ciertos signos, dado que al principio el Ébola presenta síntomas similares a la gripe: dolor de cabeza y garganta y fiebre, pero luego sobreviene la segunda fase, donde aparecen los vómitos y la diarrea.
"Si la atención de apoyo comienza temprano, los pacientes tienen la mejor oportunidad de curarse" dijo a NBC el Dr. Bruce Farber, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital Universitario North Shore en Manhasset, Nueva York.
2. Se les brinda un cuidado integral
Cuando los pacientes con Ébola están hospitalizados, se les imparte un cuidado agresivo con fluidos intravenosos para compensar los líquidos que se pierden con la diarrea y vómitos que provoca el virus. Están bajo un gran riesgo de deshidratación, y necesitan recibir 300 cc de líquido, (equivalente a una lata de refresco) por vía intravenosa cada hora.
Los médicos creen que en buenas condiciones, el cuerpo puede crear defensas para luchar contra la infección.
3. Las transfusiones de sangre
Los médicos pensaron en recurrir a la transfusión de sangre de sobrevivientes del Ébola, que han desarrollado anticuerpos contra la enfermedad, para ayudar a las personas infectadas a luchar contra el virus. El Dr. Kent Brantly, uno de los dos primeros trabajadores de salud infectados y que venció al Ébola, donó su sangre varias veces para tratar a otros enfermos.
4. Confiar en las drogas experimentales
Como no hay una cura para el Ébola en la actualidad y las opciones existentes son experimentales, no hay otra alternativa que confiar en ellas.
Kent Brantly y Nancy Writebol, tratados en el Hospital Universitario Emory de Atlanta, recibieron dosis de ZMapp, un fármaco experimental que curó a monos pero que nunca se había utilizado en humanos, y les salvó la vida. Brincidofovir, otro fármaco antiviral experimental, se le suministró a Duncan, el paciente de Dallas, pero no logró salvarlo. Sin embargo, el periodista estadounidense Ashoka Mukpo, recibió el mismo medicamento y se recuperó.
5. Plan de respuesta sanitaria y profesional
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) iniciaron un gran plan de respuesta y preparación de los médicos para hacer frente al virus. En un comunicado, informaron que ya están "estableciendo un equipo especial de los CDC que se desplegará en pocas horas a cualquier hospital con un paciente confirmado de Ébola. El Equipo de Respuesta de los CDC proveerá respaldo y entrenamiento personal y experimentado sobre el control de la infección, la seguridad de la atención de la salud, el tratamiento médico, el seguimiento de contactos, los desechos y la contaminación, la educación pública y otros temas" dice el anuncio oficial.
El equipo especializado también "ayudaría a garantizar que los profesionales clínicos, y los trabajadores de salud pública estatales y locales sigan de forma coherente los estrictos estándares protocolares para garantizar la seguridad del paciente y de todos los trabajadores de la atención de la salud", declaró la agencia federal.