Cuando los primeros enfermos de Ébola -Kent Brantly y Nancy Writebol- llegaron al país en agosto, después de haber contraido el virus ayudando a curar enfermos en Liberia, sólo había cuatro hospitales preparados para brindarles tratamiento.
Eran el Hospital de la Universidad de Emory, en Atlanta, (donde fueron ellos) el Nebraska Medical Center en Omaha, el Centro Clínico de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) en Bethesda, y un ala de bioconfinamiento en Montana, construida para los trabajadores de un laboratorio federal cercano que analiza las enfermedades contagiosas.
Pero desde ese momento, muchas cosas cambiaron, y debido a la expansión del viru y al surgimiento de un primer caso en el país, el gobierno implementó un plan de adaptar más hospitales para tratar el Ébola. Y ahora el Departamento de Salud y Servicios Humanos anunció que ya hay 35 centros equipados y preparados para hacer frente al virus.
Esos lugares tienen 53 camas disponibles para los pacientes y han sido evaluados por los CDC. "Mientras el Ébola se siga extendiendo más en África occidental, hay que prepararse para la posibilidad de casos adicionales en Estados Unidos", dijo el director de los CDC, Thomas Frieden, en un comunicado oficial.
Paciente bajo sospecha de Ébola
Por otra parte, la Universidad de Emory, en Atlanta, anunció que un trabajador de la salud fue trasladado desde África a una unidad del hospital para su seguimiento, ya que presentaba signos compatibles con el Ébola.
La mayoría de los 10 pacientes que han sido tratados en EE.UU. fueron trabajadores médicos o misioneros que colaboraron en África occidental, el epicentro del Ébola. Y dos de los casos fueron enfermeras que se infectaron en Texas mientras trataban al primer paciente diagnosticado de Ébola en suelo estadounidense, Thomas Eric Duncan, quien luego falleciera.
¿Cómo son los hospitales preparados?
Los 35 centros de tratamiento han sido designados por las autoridades de salud federales y estatales como aptos por tener la formación y los recursos necesarios para proporcionar tratamiento complejo y reducir al mínimo los riesgos para los trabajadores de salud.
Hay 4 hospitales en California y el resto están ubicados en Georgia, Illinois, Maryland, Minnesota, Nebraska, Nueva Jersey, Nueva York, Pensilvania, Texas, Virginia, Wisconsin y Washington, DC, según informaron las autoridades de salud.