Qué es la epilepsia y cómo se puede tratar

La epilepsia es un trastorno neurológico que afecta a más de 50 millones de personas en el mundo, y aproximadamente 3 millones en EE.UU. Sin embargo, especialistas advierten que hasta el 70% de las personas que la padecen pueden vivir sin convulsiones si recibieran un diagnóstico a tiempo y un tratamiento adecuado. Conoce aquí sus síntomas, causas y tratamientos.

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La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica, que se caracteriza por cambios en el tejido que vuelven al cerebro (o parte de este) demasiado excitable o irritable, lo que deviene en diferentes episodios de convulsiones (movimientos involuntarios que afectan una parte del cuerpo o su totalidad). Estos pueden variar en frecuencia e intensidad.
La epilepsia es una de las enfermedades conocidas más antiguas, y durante toda su historia estuvo rodeada por el desconocimientos, y por ello, también por temores, discriminación y estigmatización social. El riesgo de muerte prematura en personas con epilepsia es hasta tres veces mayor que en la población general.
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Cuáles son los síntomas de la epilepsia

Además de los involuntarios problemas de coordinación, la epilepsia puede provocar confusión temporal, pérdida de conocimiento y conciencia, y problemas psíquicos, como miedo, ansiedad o déjà vu. Generalmente, una persona con epilepsia tenderá a tener el mismo tipo de convulsión en cada episodio, de modo que los síntomas serán similares entre uno y otro.
Se suelen clasificar las convulsiones en dos grandes grupos: focales o generalizadas. Las primeras, también llamadas parciales, ocurren cuando los episodios se producen por la actividad en una sola parte del cerebro. Durante estas se puede o no, perder el conocimiento. El otro tipo son las generalizadas, que se producen por actividad en todo el cerebro y pueden dividirse en 6 subtipos.
A pesar de los años de investigación, en aproximadamente la mitad de los casos no se puede identificar la causa de la epilepsia. En la otra mitad puede atribuirse a trastornos de desarrollo o lesiones prenatales, enfermedades cerebrales o infecciosas, traumatismo de cráneo o influencia genética. Otros factores de riesgo para desarrollarla incluyen a los accidentes cerebrovasculares o la demencia.
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Consulta a un médico

Aunque algunos episodios pueden llegar a ser controlables, la epilepsia aumenta el riesgo de sufrir caídas, accidentes automovilísticos, ahogos, complicaciones en el embarazo y problemas de salud mental y emocional. Consulta al médico si presentas episodios, la respiración o el conocimiento no retornan tras la convulsión, tienes fiebre, diabetes o sufres agotamiento por calor.

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Cómo se trata la epilepsia

Para tratar la epilepsia los especialistas recomiendan ciertos fármacos, llamados anticonvulsivos, que se toman por vía oral para reducir el número de crisis futuras. A lo largo del tratamiento es probable que sea necesario cambiar las dosis y realizar exámenes de sangre para controlar si existen efectos secundarios. Es importante que siempre se tome el fármaco como el médico lo recetó.

Existe una gran variedad de marcas que los profesionales pueden recetarte, entre las más destacadas se encuentran: Neurofarman, Tegretol, Trileptal, Epilexter, Sinergina, Neurontin, Vimpar, Crisomet, Labileno, Lamictal, Keppra, Trobalt, Inovelon, Gabitril, Depakine, Sabrilex, Edemox. Otra opción que se extendió en los últimos años es el uso de cannabis, específicamente cannabidiol (CBD).

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Otras opciones

Los profesionales también aconsejan adoptar hábitos saludables para controlar los episodios epilépticos. Prueba con hacer ejercicio regularmente, dormir entre siete y ocho horas diarias, e incorporar una dieta saludable y equilibrada. Los profesionales recomiendan las variantes mediterránea o DASH.

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Casos extremos

Si los episodios convulsivos continúan con normalidad, lo que se conoce como "epilepsia resistente al tratamiento", el médico puede evaluar la posibilidad de realizar una cirugía. Esta puede consistir en extirpar las células cerebrales anormales que causan la convulsión o en colocar un estimulador del nervio vago, una especie de marcapasos que ayuda a reducir los episodios epilépticos.

Fuentes consultadas

Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Institutos Nacionales de Salud, Organización Mundial de la Salud.
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