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¿Por qué no soporto la lactosa?
Por HolaDoctor
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Con el estómago delicado
Muchas personas no pueden disfrutar al beber un rico vaso con leche, comer una rebanada de queso o degustar un yogurt ya que inmediatamente sienten algunas molestias en su aparato digestivo. Pero, ¿a qué se debe? ¿Por qué no toleran la lactosa? ¿es algo grave? Conoce estas y otras respuestas en la siguiente foto galería.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
Según la página del Instituto Nacional de Salud, Genetic Home Reference, es una alteración en la capacidad de digerir la lactosa, un azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. La lactosa normalmente se descompone por una enzima llamada lactasa, que es producida por células en el revestimiento del intestino delgado.
La deficiencia de lactasa congénita es un trastorno en el cual los niños son incapaces de descomponer la lactosa de la leche materna o fórmula. Esta forma de intolerancia deriva en diarrea severa, y si no se les da una fórmula sin lactosa, pueden sufrir deshidratación grave y pérdida de peso.
En esta etapa la intolerancia es causada por la disminución de la producción de lactasa. Si las personas con intolerancia consumen productos que contienen lactosa, pueden experimentar dolor abdominal, distensión abdominal, flatulencias, náuseas y diarrea que puede empezar de 30 minutos a 2 horas más tarde.
Además de la leche, algunos de los productos en los que podemos encontrar más lactosa son: el helado, la crema, la mantequilla, el queso, el requesón y el yogurt, aunque también se encuentra presente en productos horneados como el pan, en aderezos para ensaladas y cereales en caja para el desayuno.
También presente en medicamentos
Además, se usa en algunos medicamentos recetados, incluyendo las píldoras anticonceptivas y los fármacos de venta sin receta, como productos para tratar el ácido estómacal y gases. Estos medicamentos a menudo causan síntomas en personas con intolerancia a la lactosa severa, según el NDDIC.
En los niños y bebés es un fenómeno muy raro, sin embargo, según el Genetic Home Reference su incidencia es desconocida y con más presencia en Finlandia. Actualmente afecta a 1 de cada 60 mil niños y al 65% de la población mundial adulta.
En los niños se debe a la mutación del gen LCT que es el encargado de producir la enzima “lactasa”, que ayuda a digerir la lactosa, que es producida por las células que recubren las paredes del intestino delgado. En los adultos, este padecimiento se debe a la carente producción de esta enzima.
El Centro Nacional de Información de Enfermedades Digestivas (NDDIC por sus siglas en inglés) asegura que este padecimiento puede ser difícil de diagnosticar con base en los síntomas. Después de tomar la historia clínica y el examen físico, el médico puede evaluar la situación y elaborar la dieta pertinente.
Pruebas de diagnóstico
Existen 2 formas de detectar la intolerancia a la lactosa: 1. La prueba de hidrógeno en el aliento. Consiste en ingerir una bebida con lactosa y analizar el aliento a intervalos regulares para medir la cantidad de hidrógeno. Normalmente los niveles son bajos, y la lactosa no digerida eleva estos niveles.
2. Prueba de acidez en heces
También se ingiere una cantidad considerable de lactosa para después analizar las heces y arrojar el diagnóstico correcto. La lactosa no digerida crea ácido láctico y otros ácidos grasos que pueden ser detectados en una muestra de heces; la glucosa también puede estar presente.
Aunque la capacidad del cuerpo para producir lactasa no pueden cambiar, los síntomas presentados pueden variar si es que hacemos ciertas modificaciones a nuestra dieta diaria, ya que la mayoría de las personas con intolerancia pueden soportar sólo cantidades muy bajas de lactosa, indica el NDDIC.
Hay muchos alimentos que pueden proporcionar calcio y otros nutrientes que el cuerpo necesita. Algunos productos no lácteos con alto contenido de este nutriente son el pescado con espinas suaves como el salmón y las sardinas, y las verduras de color verde oscuro como la espinaca, asegura el NDDIC.
Para obtener calcio de otras fuentes, puedes incluir a diario en tu dieta normal un poco más de estos alimentos, como brócoli y otras verduras de hoja verde, naranjas o jugo de naranja, almendras, nueces de Brasil, frijoles secos, leche de soja y tofu.
La D es la clave
La vitamina D es el punto clave de la absorción del calcio en el cuerpo. Asegúrate de comer alimentos que contienen mucha de esta vitamina, como los huevos, el hígado y algunos tipos de pescado, como el salmón y el atún. Además, recibir los rayos del sol ayuda al cuerpo a producir vitamina D.
La mayoría de las personas con intolerancia a la lactosa no tienen que renunciar a la leche o los productos lácteos. Puedes seguir consumiendo estos productos si bebes pequeñas cantidades de leche y acompañar las comidas con yogurt o algunos tipos de quesos duros, como el cheddar y el suizo, según informa el NDDIC.
Otras alternativas
También puedes tomar tabletas que contengan la enzima lactasa antes de comer alimentos con lactosa. Añade gotas de lactasa a los productos lácteos, o en los supermercados puedes encontrar leche y productos bajos en lactosa o deslactosados, que tienen los mismos nutrientes y beneficios que la leche regular.
Combate la intolerancia
Si eres intolerante a la lactosa, lo mejor es consultar a tu médico o dentista para que juntos hagan la planificación de una dieta equilibrada que proporcione una cantidad adecuada de nutrientes, incluyendo calcio y vitamina D, aminorando las molestias. Sólo ellos podrán evaluar si necesitas suplementos.
El Instituto Nacional de Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK), dentro de la División de Enfermedades Digestivas, de Nutrición y Diabetes, están llevando a cabo la investigación básica y clínica sobre trastornos digestivos, que podrían ayudar a reducir las molestias causadas por la lactosa.
No olvidar
Es indispensable que si padeces intolerancia a la lactosa aprendas a leer las etiquetas de los alimentos para que notifiques que los niveles de lactosa sean bajos o nulos, como en algunos yogurts que contienen cultivos activos son más fáciles de digerir y mucho menos probable que causen problemas.