Dicen que somos animales de hábitos, de rutinas que repetimos a diario. Algunas de ellas, en especial las relacionadas con la alimentación, pueden ser nuestras enemigas más cercanas a la hora de perder peso. Se trata de conductas casi adictivas... ¿cómo hacer para combatirlas? Conócelas y obtendrás respuestas.
1. Comer mientras conduces
Además de ser la causa de cerca del 50% de los accidentes, según la National Highway Traffic Safety Administration, comer mientras conduces atenta contra cualquier dieta: las opciones siempre son hiper calóricas indica el doctor
Steven Aldana, autor de "The Stop & Go Fast Food Nutrition Guide". A esto se suma que comes con una carga de estrés que no ayuda a digerir bien.
2. Abrir todo el tiempo la heladera
La heladera debe servir tan solo para pegar en la puerta las metas de tu dieta. Según Aldana, el hábito de abrirla constantemente es un "auto boicot". Miras, miras, hasta que algo comes, y seguramente no sea lo más adecuado para tu plan de adelgazamiento.
Un estudio de la Universidad de Minnesota, publicado en la revista Pediatrics, analizó los hábitos alimentarios de 1,500 mujeres jóvenes y comprobó que las que eran mamás consumían un promedio de 350 a 400 calorías más por día. La razón: comían lo que dejan los niños en sus platos. La frase "no hay que desperdiciar nada", puede ser una trampa...
4. Pedir siempre combos
Al parecer, elegir los combos, agrega más de 100 calorías a la comida, indica un estudio del Journal of Public Policy & Marketing. Elegir individualmente ayuda a controlar más lo que comes, y a no caer en el juego publicitario de las cadenas que ofrecen tres cosas "más barato".
Con la excusa de probar "cómo sabe el platillo", muchas mujeres caen en la trampa de llenar el estómago antes de sentarse a la mesa. Picar mientras uno cocina, aseguran los nutricionistas, es uno de los malos hábitos más frecuentes, que agregan calorías "involuntarias" a la ingesta diaria.
6. Saltearte comidas
Otra trampa frecuente. Un análisis de la Calorie Control Council halló que el 17 por ciento de las personas en el país se salteaban comidas con la falsa esperanza de adelgazar. Sin embargo, el efecto es el opuesto: un estudio del American Journal of Epidemiology demostró que los que saltean comidas tienen un 4.5 más de riesgo de ser obesos.
Picar de la heladera, entre comidas, del plato de los niños, son malos hábitos que se pueden erradicar, reprogramando conductas y controlando nuestro propio deseo por la comida, asegura Matt Goulding, autor del libro Eat This!, Not That!.
7. Picar entre comidas
Este hábito conocido en inglés como "snacking" conlleva no sólo al aumento de peso, sino también a desórdenes estomacales. Al estar picando permanentemente, el organismo no logra finalizar el proceso digestivo de una comida, y se altera el biorritmo, entre otros trastornos.
8. Comer el pan en el restaurante
Es cierto que son irresistibles. Los panes, grisines, chips, cada vez que uno visita Olive Garden's o Cheesecake Factory... Pero recuerda que cada vez que acercas tu mano a la panera, por ejemplo si lo haces tres veces en una cena, estarás agregando a la comida 450 calorías.
9. Decir siempre que "es la última vez"
En el 99% de los casos, aseguran expertos como Goulding, esta frase no se cumple. Para hacer una dieta en serio, hay que pasar por un largo período de abstinencia de ciertas comidas como tortas súper cremosas, frituras, sundaes con crema y banana... y una larga lista más.
Hábitos para observar
Sin llegar a ser desórdenes alimentarios de cuidado, estos hábitos deben combatirse con firmeza. Porque pueden profundizarse con el tiempo, y consolidar un camino que conduce directo a la obesidad y a trastornos médicos asociados.
Científicos de la Universidad Cornell comprobaron en un estudio que aquéllos que al elegir un restaurante con buffet se sientan mirando la larga fila de comidas... comen hasta 15% más. Consejo: sentarse de espaldas al buffet, para evitar los excesos que ya son propios de este tipo de servicio.
11. Comer leyendo
No tiene la mala fama que tiene el hábito de comer mirando la televisión. Pero leer mientras se come tampoco es bueno: un estudio de la Universidad de Toronto comprobó que se come más y por más tiempo cuando se está absorto en la lectura.
12. Comer mirando TV
Es tan malo para la dieta como para la comunicación familiar. Por cada hora que una persona pasa frente a la TV, incorpora un promedio de 50 calorías extra. Por el contrario, un estudio de la Universidad de Vermont halló que obesos que reducían en un 50% el tiempo que pasaban frente a la TV, quemaban en promedio 119 calorías más por día.
Una de las estrategias más comunes para sabotear los objetivos de una dieta... y que nadie se entere. Una encuesta realizada por la compañía LighterLife de Gran Bretaña entre 2,000 mujeres que estaban haciendo dieta, reveló que el 36% comía alimentos prohibidos, en secreto.
14. Comer apurada, caminando
Un estudio de la American Dietetic Association halló que los que comen despacio, consumen un promedio de 66 calorías menos por comida, que los que lo hacen apurados. Si pudieras comer despacio, sin estrés y con tranquilidad, podrías adelgazar hasta 20 libras en un año.
15. Comer en la cama
El comer en la cama se relaciona muchas veces con lo que se llama "alimentación emocional", cuando se está deprimido, por ejemplo. Investigadores de la Universidad de Alabama comprobaron que este hábito aumenta 13 veces el riesgo de obesidad.