Cuando los músculos del suelo pélvico se debilitan, puede ser realmente embarazoso, La falta de control de la vejiga o del intestino son de los síntomas comunes y un simple estornudo puede causar accidentes tan incómodos como que se escapen rastros de orina o heces.
El embarazo, la edad, la menopausia, el peso, el tabaquismo y otros factores pueden debilitar esta región. Se estima que una de cada tres mujeres tiene una afección del suelo pélvico y esta puede presentarse a cualquier edad alterando su vida laboral, personal e incluso sexual, pero hay soluciones
Donna Mazloomdoost, especialista en suelo pélvico de los Institutos Nacionales para la Salud (NIH, por su sigla en inglés), explica que la terapia física es el primer tratamiento recomendado porque casi siempre puede mejorar los síntomas. Se puede comenzar con ejercicios simples, como los de Kegel.
Los ejercicios de Kegel hacen que los músculos pélvicos sean más fuertes y puedes practicarlos en cualquier momento. También ayudan a fortalecer la región de la vejiga y el intestino grueso y mejoran los problemas de incontinencia.
Hacer esta actividad es como simular tener que orinar y luego contenerse: te relajas y aprietas los músculos que controlan el flujo de orina. Es importante que te asegures de que estás trabajando los músculos correctos.
Mientras realizas los ejercicios de entrenamiento, debes mantener relajados los músculos de los abdominales, glúteos (la zona más profunda del esfínter anal se debe contraer) y muslos.
Para practicar, cuando tengas que orinar, empieza a retener. Sentirás cómo los músculos de la vagina, vejiga y ano se ponen tensos y suben. Estos son los músculos del piso pélvico y si sientes que se ponen tensos es que estás haciendo bien el ejercicio.
También puedes fortalecer estos músculos utilizando un cono vaginal. Se trata de un dispositivo con peso que se introduce dentro de la vagina y luego se contraen los músculos del piso pélvico para mantenerlo en su sitio.
Puede que al hacer estos ejercicios en casa no funcionen. No desesperes, la causa podría ser que el tiempo y la frecuencia que les dedicas no son suficientes. Si tienes dudas, lo ideal es que buscar ayuda profesional.
Algunas afecciones, sin embargo, pueden necesitar algo más que terapia física para mejorar. Dependiendo del caso, los tratamientos también pueden incluir cambios en la dieta, medicamentos, dispositivos médicos o cirugía.
Las mujeres con incontinencia o que orinan demasiado pueden ser tratadas con con inyecciones de toxina botulínica (botox) o con un implante quirúrgico para estimular los nervios del músculo pélvico y ayudar a controlar la vejiga.
La especialista del NIH aclara que, cuando comienzan las irregularidades en esta zona (como la incontinencia), el primer paso siempre debe ser ver a un especialista en suelo pélvico.