No exageramos cuando decimos que el radón es un gas mortal: es la segunda causa principal de cáncer de pulmón (después del tabaquismo) y responsable de miles de muertes al año por esta enfermedad. Además de su toxicidad, lo más grave es que el enemigo puede estar en tu hogar, que tú y tu familia lo estén respirando y que ni siquiera te hayas dado cuenta.
El radón es un gas radiactivo que se forma naturalmente cuando el uranio, el torio o el radio, que son metales radiactivos, se descomponen en el suelo y las aguas subterráneas. De esta manera se puede filtrar a través de grietas o huecos a las casas y edificios y ser respirado por las personas. Como proviene naturalmente de la tierra, siempre estás expuesto a él.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés) estima que el radón es responsable de más de 20,000 muertes por cáncer de pulmón cada año, solo en Estados Unidos. Si inhalas radón, sus partículas radiactivas quedan atrapadas en tus pulmones y con el tiempo aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad (pueden pasar años antes de que aparezcan problemas de salud).
Dicen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) que las probabilidades de contraer cáncer de pulmón por el radón dependen principalmente de la cantidad de gas que hay en su hogar, específicamente en las áreas donde pasas la mayor parte del tiempo (sala de estar, habitación). También depende de la cantidad de tiempo que pasas en casa, de si fumas o alguna vez has fumado y de si quemas madera, carbón u otras sustancias que agregan partículas al aire interior.
Cómo puedes protegerte
La única forma efectiva de saber si estás expuesto a altos niveles de radón es hacer que tu hogar u oficina sean examinados. Esto lo puede hacer un profesional de medición o tú mismo, usando un kit de prueba.
La kit de prueba es económico, fácil de usar y solo requiere de unos minutos para aplicarlo, según los CDC. Debes abrir un paquete y colocar un pequeño dispositivo de medición en una habitación y dejarlo allí durante el período deseado: una prueba a corto plazo, puede tomar hasta 90 días; a largo plazo será un período más extenso. Cuanto más larga sea la prueba, más relevantes serán los resultados.
La EPA recomienda tomar medidas para reducir el radón en los hogares que tienen un nivel de radón igual o superior a 4 picocuries por litro de aire. Si el enemigo está en tu hogar, puedes comenzar por dejar de fumar y evitar que fumen en este.
Aumenta el flujo de aire abriendo ventanas y utilizando ventiladores y rejillas de ventilación. La ventilación natural en cualquier tipo de casa es solo una estrategia temporal para reducir el radón: debes sellar las grietas en pisos y paredes con yeso, masilla u otros materiales diseñados para este propósito.
Ante cualquier duda, lo recomendable es que te pongas en contacto con la oficina estatal de protección ambiental para recibir asesoría. Una vez que pongas en prácticas las medidas necesaria, debes volver a hacer una prueba de medición de radón para asegurarte de haber solucionado el problema.
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