Si quieres mantener tu presión arterial bajo control, seguramente vives pendiente de tu peso y de hacer ejercicios, evitas la sal y el cigarrillo, revisas tus hormonas periódicamente y tratas de no dejarte llevar por el estrés y las preocupaciones. Y sabemos que tu corazón agradece que tomes todas esas medidas,
Pero la sal, el estrés y la obesidad no son los únicos culpables de la hipertensión. James Beckerman, cardiólogo del Centro Médico St. Vincent en Portland, Oregon, definió una serie de factores comunes e insospechados que pueden causar daños graves a tu salud. Seleccionamos los 10 más sorprendentes.
1. La falta de potasio
Los riñones necesitan un balance de sodio y potasio para funcionar bien. Así estés llevando una dieta baja en sal, podrías tener la presión alta si no incluyes suficientes frutas, verduras, frijoles, lácteos bajos en grasa o pescado. Bananas, brócoli y espinacas son fuentes especialmente buenas.
Muchos suplementos herbales, en teoría naturales e inocuos, pueden subir tu presión o alterar el efecto de los medicamentos, incluidos los que usas para controlarla. ¿Tomas ginkgo, ginseng, guaraná, efedra, naranja amarga o la hierba de San Juan? Ten cuidado.
3. El azúcar
Todos huimos de la sal, pero hay un enemigo aún peor. Las personas con más azúcar agregado en su dieta han observado un aumento significativo en sus niveles de presión arterial. Solo un refresco de 24 onzas puede llevar a 15 puntos la presión sistólica y a 9 la diastólica.
Sí, leíste bien. Sentirte desconectado, estresado o deprimido influye de forma negativa y todo va empeorando con el tiempo. En un estudio encontraron que a lo largo de cuatro años, la presión arterial de las personas más solitarias subió más de 14 puntos.
5. La apnea del sueño
La apnea del sueño puede subir la presión y causar otros problemas cardíacos. Cuando tu respiración se interrumpe repetidamente mientras duermes, tu sistema nervioso libera sustancias químicas que elevan la presión arterial porque tener menos oxígeno puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos.
6. El dolor
El dolor repentino o agudo hace más sensible tu sistema nervioso y aumenta tu presión arterial. Este efecto puede ocurrir cuando metes una mano en agua helada, pellizcas tu mejilla, te levantas una uña o recibes una descarga eléctrica en su dedo
7. El consultorio de tu médico
Si mides tu presión arterial en casa y en la consulta médica, seguramente la lectura que obtengas durante la cita será superior. Algunos expertos lo llaman el "efecto de bata blanca" y puede subir tus valores hasta 10 puntos más de lo normal (para sistólica). La causa pueden ser nervios o ansiedad.
8. Aguantar las ganas de orinar
La presión sistólica aumentó aproximadamente 4 puntos y la diastólica, 3 puntos, en mujeres de mediana edad que no habían ido al baño durante al menos 3 horas, dice un estudio. Hombres y mujeres de diferentes edades también vieron efectos similares. Mantener la vejiga vacía ayuda.
9. La deshidración
Si no hay suficiente agua, tus vasos sanguíneos se contraen porque tu cerebro envía una señal a la glándula pituitaria para liberar una sustancia química que los encoge. Además, tus riñones producen menos orina para aferrarse al líquido que les queda y esto también afecta a los vasos sanguíneos en tu corazón y cerebro.
No importa qué edad tengas: si tu presión arterial es alta en reposo, más altos serán los números cuando comiences a hablar. El efecto dura unos minutos y, al parecer, tiene que ver con que las emociones que te genera la conversación.