En Estados Unidos se ha reportado la presencia de arsénico en leches para bebés y arroces, entre otros alimentos. Recientemente, en México se encontró que el agua mineral comercializada por la marca Peñafiel tenía rastros del elemento. Estos hallazgos siempre generan todo tipo de dudas, como qué tan común es la contaminación o qué pasa en el cuerpo si se consume, que a continuación intentamos despejar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al arsénico como “un elemento natural de la corteza terrestre; ampliamente distribuido en todo el medio ambiente, está presente en el aire, el agua y la tierra”. Al ser común, es posible encontrarlo en pequeñas cantidades alimentos como mariscos, aves, granos como arroz, cereales, champiñones y productos lácteos.
La exposición prolongada, especialmente si se consume en agua contaminada, en alimentos preparados con dicha agua o en vegetales expuestos a esta, puede causar intoxicación crónica, de acuerdo a la OMS. Los efectos más característicos son la aparición de lesiones cutáneas y cáncer de piel.
La Agencia para las Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades (ATSDR) detalla que la exposición al arsénico inorgánico en niveles altos puede causar desde dolor de garganta e irritación de los pulmones hasta la muerte, mientras que en niveles bajos los síntomas son náusea y vómitos, menor número de glóbulos rojos y blancos, ritmo cardíaco anormal, fragilidad capilar y una sensación de hormigueo en las manos y los pies.
Las mujeres embarazadas son especialmente sensibles y la exposición, aún en niveles bajos, podría amenazar la salud del feto, explica el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS). Al ser un elemento que no tiene olor, color ni sabor, es imposible que los seres humanos lo detecten sin hacer un análisis de laboratorio.
Niveles seguros
Los posibles daños del arsénico en tu salud no deben alarmarte. Sí, es cierto que estamos expuestos a este elemento en el ambiente y en los alimentos, de hecho, en el agua potable de todo Estados Unidos lo hay, salvo en casos excepcionales, los niveles son bajos. Además, hay regulaciones.
La Administración de Alimentos y medicamentos (FDA) establece como cantidad segura un rango de 10 partes por billón (ppb), número que fue determinado por la OMS. Estos límites establecidos por el gobierno de Estados Unidos, específicamente para el agua potable, han evitado cientos de casos de cáncer de pulmón y de vejiga al año, sugiere un estudio reciente. Desde que se fijaron estos parámetros, en 2006, se registró una reducción del 17% en los niveles de arsénico en la orina de las personas que se abastecen del sistema de aguas públicas.
En el reciente caso de Peñafiel, los fabricantes alegaron que, tras las mediciones, se demostró que su agua mineral estaba en 17 ppb y que las trazas se relacionan a ligeras variaciones propias líquido y no representan un riesgo para la salud porque están por debajo de los límites permitidos. La empresa mexicana acotó que sus producto nunca han tenido restricciones de venta o de consumo en Estados Unidos.
La ATSDR explica que se pueden ingerir pequeñas cantidades de arsénico en los alimentos y el agua o incluso respirarlo. Los complicaciones pueden ocurrir a aquellas personas que vivan en áreas con niveles naturalmente altos del elemento en las rocas o que trabajen en ocupaciones en las cuales se produce o se usa arsénico, por ejemplo, en el tratamiento de maderas o aplicación de plaguicidas.
Para evitar exposiciones riesgosas, la agencia recomienda usar máscara y guantes para protegerse de las partículas, cuando se manipula madera que ha sido tratada con arsénico. Usar fuentes de aguas limpias y limitar el contacto con el suelo, si vives en un área con altas concentraciones en el agua o el suelo. Y ducharse y cambiarse de ropa antes de ir a casa, si tienes un oficio con riesgo de exposición.
Más para leer sobre arsénico: