Algunos científicos creen que los antibióticos del futuro están en la naturaleza, y en especial, en los venenos. Gracias a la tecnología de las últimas décadas se han podido aislar y estudiar los venenos de animales pequeños, raros o difíciles de hallar, y la ciencia se está enfocando en el estudio de su potencial terapéutico.
Los principales componentes de la mayoría de los venenos son péptidos y proteínas muy resistentes que se hallan en organismos de serpientes, medusas, peces, arañas, escorpiones, caracoles y avispas, entre otros.
Paradójicamente, el mismo veneno que puede matar, tiene la capacidad de curar, y lo hace si se aíslan ciertas moléculas de su composición. Actualmente hay 6 medicamentos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA) derivados de péptidos o proteínas de venenos que se utilizan para tratar la hipertensión arterial, controlar la circulación sanguínea, tratar la diabetes y aliviar el dolor crónico. Y hay cientos de venenos aislados en laboratorios a la espera de ser analizados y probados como medicamentos, según un artículo publicado en Science en 2018.
Uno de esos venenos con poder de curar es de avispas, ya que está lleno de compuestos que pueden matar las bacterias, pero es tóxico si le utiliza en forma directa.
Estudiar el potencial de las avispas
Para buscar una forma de utilizar este veneno en el cuidado de la salud, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) realizaron un estudio de las propiedades antimicrobianas del veneno de una avispa sudamericana y lograron crear un péptido modificado que es potente contra las bacterias pero que no es tóxico para las personas.
"Hemos reutilizado una molécula tóxica en una molécula viable para tratar infecciones", dijo Cesar de la Fuente-Núñez, uno de los autores del estudio que fue publicado en Nature Communications Biology.
"Al analizar sistemáticamente la estructura y función de estos péptidos, hemos podido ajustar sus propiedades y actividad". El resultado final es un antibiótico poderoso.
Venenos que curan
Como parte de sus defensas inmunitarias, muchos organismos, incluidos los humanos, producen péptidos que pueden matar las bacterias. Para ayudar a combatir la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos, muchos científicos han estado tratando de adaptar estos péptidos naturales como nuevos fármacos potenciales.
El péptido que De la Fuente-Núñez y sus colegas hallaron en este estudio fue aislado de una avispa conocida como Polybia paulista.
Los científicos del MIT seleccionaron los compuestos más prometedores y los probaron en ratones infectados con Pseudomonas aeruginosa (que produce infecciones respiratorias y urinarias) y encontraron que varios de los péptidos podían reducir la infección. Uno de ellos, administrado en una dosis alta, podría eliminar la infección por completo.
"Después de cuatro días, ese compuesto pudo eliminar la infección por completo, y eso fue bastante sorprendente y emocionante, ya que normalmente no vemos eso con otros antimicrobianos experimentales u otros antibióticos que hemos probado en el pasado" escribieron los autores.
Ahora, han comenzado a crear variantes adicionales que esperan puedan eliminar las infecciones con dosis más bajas. También planean aplicar este enfoque a otros tipos de péptidos antimicrobianos naturales. "Creo que algunos de los principios que hemos aprendido aquí pueden ser aplicables a otros péptidos similares que se derivan de la naturaleza", dijo César de la Fuente-Núñez.
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