En una década, más de la mitad de los estadounidenses de ingresos medios de 75 años o más no podrán pagar por un hogar de vida asistida o por sus gastos médicos, según un estudio publicado en Health Affairs.
Investigadores utilizaron datos demográficos y de ingresos para proyectar estimaciones de una parte de la población de personas mayores, aquellas que tendrán 75 años o más en 2029, con foco en la franja de ingresos medios: actualmente de $25,001 a $ 74,298 por año para personas de 75 a 84.
El pronóstico no es bueno para ese grupo debido a los costos crecientes de la vivienda y la atención médica. Los analistas estimaron que la cantidad de adultos mayores con ingresos medios en el país casi se duplicará: de 7,9 millones hoy, a 14,4 millones en 2029. Constituirán la mayor proporción de adultos mayores, con un 43%.
Para 2029, más de la mitad de las personas mayores de ingresos medios tendrán recursos financieros anuales de $60,000 o menos, incluso si se incluye el valor agregado que tengan sus propiedades. Las proyecciones estiman que, en 10 años, el costo promedio anual de la vida asistida y los gastos médicos será de $62,000, lo que significa que la mayoría de los adultos mayores de ingresos medios no podrán afrontar este gasto.
Según Beth Burnham Mace, una de las autoras del estudio, los adultos mayores de ingresos medios son un grupo que a menudo se pasa por alto cuando los legisladores piensan sobre la vivienda y el cuidado de los estadounidenses de edad avanzada.
“Han cuidado al grupo de bajos ingresos con subsidios fiscales, y el de ingresos altos es en gran medida autosuficiente. Pero los adultos mayores de ingresos medios han sido ignorados”, dijo Mace, quien es economista jefe del National Investment Center for Seniors Housing and Care, un grupo de investigación sin fines de lucro.
Los autores del estudio dijeron que probablemente están subestimando la magnitud del problema que se avecina. Proyectaron gastos médicos de bolsillo de solo $5,000 al año para las personas mayores.
Deborah Carr, presidenta del Departamento de Sociología de la Universidad de Boston y experta en envejecimiento, señaló que hoy en día los estadounidenses “pueden vivir más que en el pasado debido a la tecnología médica”. Pero Carr, quien no participó del estudio, agregó que la desventaja es que “si viven por años con demencia o problemas de movilidad, entonces tienen que pagar por la atención médica por más tiempo, por los años adicionales que viven”.
De hecho, los investigadores proyectaron que el 60% de los adultos mayores de ingresos medios tendrán limitaciones de movilidad, mientras que el 20% se considerará como de “grandes necesidades”, lo que significa que tendrán tres o más enfermedades crónicas y una o más limitaciones en las actividades de la vida diaria, como bañarse o vestirse. El 8% tendrá alguna forma de deterioro cognitivo.
Las personas mayores que viven con limitaciones de movilidad, condiciones crónicas o deterioro cognitivo tienen más probabilidades de necesitar atención y apoyo, como la que ofrece un centro de vida asistida.
Pero eso no es una realidad para muchos.
En su respuesta escrita al estudio de Health Affairs, Jennifer Molinsky, investigadora principal en el Joint Center for Housing Studies de la Universidad de Harvard, abordó las necesidades de las personas mayores que deciden quedarse en casa a medida que envejecen en lugar de ir a un hogar. Molinsky dijo que estos estadounidenses mayores enfrentan un conjunto diferente de desafíos.
“Uno de los desafíos es que la mayoría de las personas no viven en ciudades”, dijo Molinsky en una entrevista. “Y la mayoría de las casas en estas áreas son casas unifamiliares separadas. La infraestructura no está preparada para una caminata segura, por lo que tiene que conducir. Las personas a menudo dejan de conducir a medida que envejecen. Así que es difícil que se pueda proveer servicios a estas personas en esas áreas”.
Molinsky apuntó que otros temas a considerar son hacer que los hogares sean más accesibles al agregar rampas para sillas de ruedas o apoyabrazos en la ducha, y el costo de estas remodelaciones.
La otra advertencia del estudio: si bien los cónyuges y las hijas de mediana edad han proporcionado históricamente la mayor parte de la atención a las personas mayores, es una opción menos probable en el futuro debido a los cambios en los patrones de matrimonio, las tasas de natalidad más bajas y el número creciente de hijos adultos que viven lejos de sus padres. Algunas personas mayores necesitarán buscar cuidado pago.
El estudio sugiere que los legisladores podrían ampliar los beneficios de Medicare para incluir el acceso a una gama más amplia de servicios de apoyo, o crear un nuevo beneficio, “Medicare Parte E”, que financie la atención a largo plazo. Sin embargo, otros intentos de establecer un programa de este tipo han encontrado resistencia entre los legisladores debido al costo.
Si bien Medicaid es el principal pagador de la atención a largo plazo en hogares de adultos mayores, en este momento el programa está disponible solo para personas mayores de bajos ingresos. Los adultos mayores pueden ser elegibles si se empobrecen, es decir reducen sus ingresos. Sin embargo, los legisladores también podrían ampliar los requisitos de elegibilidad de ingresos de Medicaid o las opciones para incluir la atención domiciliaria para las personas con ingresos más altos.
Algunas personas mayores ya están recurriendo a soluciones creativas para hacer frente a su creciente necesidad de viviendas asequibles.
Carr dijo que una de las opciones innovadoras que ha visto es Village to Village Network, un programa comunitario que permite a las personas mayores quedarse en sus hogares, pero tener acceso a servicios de apoyo generales, como reparaciones, transporte, atención médica e incluso actividades sociales.
La vivienda compartida, donde las personas mayores comparten una residencia, como en el clásico programa de televisión, “Golden Girls”, es otra solución, dijo Carr.
Mace dijo que espera que el estudio genere más conversaciones entre los sectores público y privado para obtener ideas creativas que aborden el problema de albergar al creciente número de estadounidenses que cumplirán 75 años o más en la próxima década.
Su consejo tanto para los adultos mayores como para sus hijos es que discutan abiertamente el tema.
“Es una buena idea sentarse y hablar sobre los planes que tengan”, dijo Mace. “Conversar sobre qué son los activos financieros y las opciones de vivienda. Es un tema duro pero digno de abordar porque ayuda a evitar que tanto los hijos como los padres se encuentren en situaciones difíciles en el futuro”.