Uno de los seguros suplementarios más frecuentes en los Estados Unidos es el seguro de incapacidad laboral, que puede ser a corto o a largo plazo. Son pólizas pensadas para reponer el dinero que dejas de ingresar si por una enfermedad o accidente no laboral debes permanecer de baja y no puedes ir a trabajar.
Si te sucede algo inesperado que te impide ir a trabajar, necesitas una cobertura para no depender de tus ahorros o del endeudamiento. Para eso se han pensado estos seguros, para que puedas recuperarte tranquilamente sin que el nivel de vida de tu familia se vea resentido.
En este artículo te explicamos qué es un seguro de incapacidad laboral a corto y a largo plazo. Descubre cómo te puede resultar útil una póliza de este tipo.
Seguros de incapacidad laboral a corto y largo plazo: Qué vas a encontrar en este artículo
Seguro de incapacidad laboral: ¿qué cubre?
Ya sabes que si te sucede algún accidente en tu puesto de trabajo podrás disfrutar de la cobertura del seguro de compensación de trabajadores, la llamada indemnización del trabajador o, en inglés, ‘workers compesation’. Pero los seguros de tu empleador no siempre se hacen cargo de lo que te pueda suceder fuera del trabajo: si tienes una enfermedad no laboral que te impide acudir a tu puesto de trabajo, o si sufres un accidente doméstico, o practicando un deporte, o simplemente paseando por la calle en tu tiempo libre, puede que te encuentres de repente sin ingresos y sin cobertura.
Es importante que sepas que no hay ningún programa federal que cubra esa ausencia de ingresos, y solo unos pocos estados tienen algún tipo de cobertura para estos casos. Así, resulta muy aconsejable que contrates un seguro de incapacidad laboral para garantizar el dinero que dejas de recibir por no ir a trabajar.
Muchas personas piensan que no lo necesitan y confían en que no les suceda nada que les impida ir a trabajar. Pero debes saber que según la Oficina del Censo de Estados Unidos, la posibilidad de que un trabajador sufra alguna incapacidad es de una entre cinco. Es decir, estamos ante una probabilidad muy alta. De hecho, las estadísticas dicen que en 2016 se produjeron hasta 44,5 millones de accidentes y heridas, 16 cada segundo.
Ante este riesgo más que evidente, lo primero que debes preguntar es qué cobertura ofrece tu empleador. Es frecuente que estos seguros de incapacidad formen parte de los beneficios que ofrecen las empresas a sus trabajadores, como los seguros de vida grupales y otros productos colectivos. Sin embargo, también hay empleadores que no lo ofrecen. Si las condiciones de cobertura de tu empleador excluyen lo que te suceda fuera del trabajo, debes plantearte cómo protegerte frente a la posibilidad de sufrir esa incapacidad que te impida acudir a tu puesto. Y en este caso, lo mejor es contar con un seguro de incapacidad laboral, que puede ser a corto a largo plazo y que puedes contratar en una compañía aseguradora.
Así funciona el seguro de incapacidad laboral
Cuando vayas a contratar un seguro de incapacidad laboral, debes prestar atención a varios factores importantes. Consulta con la aseguradora para tener muy claros estos conceptos:
- ¿Qué entiende por incapacidad la póliza? No todas las aseguradoras entienden la incapacidad de la misma forma. Confirma qué tipo de enfermedades y lesiones se tienen en cuenta, o si hay alguna exclusión que te pueda perjudicar. Esto es muy importante, porque no todas las enfermedades, dolencias o lesiones estarán cubiertas. Si necesitas que lo estén, puedes contratar también algún seguro de salud complementario, incluso un seguro de accidente convencional o un seguro de muerte accidental y desmembramiento.
- ¿Cuándo se recibe el beneficio? Algunas cláusulas pueden tener periodos de carencia y, en ese caso, no recibirás tu indemnización hasta pasado ese periodo.
- ¿Cuánto tiempo dura el beneficio? Es muy importante que sepas durante cuánto tiempo vas a recibir ese dinero que te entrega el seguro si sufres una enfermedad o un accidente. Este parámetro es fundamental, porque te permitirá saber si es suficiente con una póliza de corto plazo o si necesitas una de largo plazo.
- ¿Cuánto dinero se entrega? El montante de la cobertura también es algo fundamental, porque debes calcular si con lo que te pagan es suficiente para mantener el nivel de vida mientras estás de baja y no puedes tener tus ingresos completos.
Cuando tengas toda la información sobre estos conceptos, ya puedes elegir la configuración de póliza de incapacidad que más te conviene y empezar a disfrutar de su cobertura.
Corto y largo plazo: ¿cómo funcionan?
Estos seguros de incapacidad tienen dos variantes principales: incapacidad laboral a corto plazo (STD, siglas inglesas de ‘short-term disability’) e incapacidad laboral a largo plazo, LTD por sus siglas inglesas: ‘long-term disability’.
- Corto plazo. Si crees que los problemas de salud o los accidentes que puedas sufrir nunca serán tan graves como para apartarte durante mucho tiempo de puesto de trabajo, puedes optar por el seguro de incapacidad a corto plazo. Generalmente, estos seguros te darán una indemnización que cubrirá entre el 50 y el 70 por ciento de los ingresos que dejes de percibir mientras estás de baja. La duración de la cobertura puede ser de solo diez semanas, pero la media está en 26 semanas, aunque esto varía notablemente entre las diferentes compañías.
Para que se te entregue el beneficio, debes reclamar rápidamente ante la aseguradora y demostrar que el accidente o la enfermedad no tienen carácter laboral y están cubiertos por los supuestos de discapacidad que recoge la póliza. Recuerda que algunas compañías exigen que hayas trabajado un mínimo de tiempo para poder acceder a los beneficios. - Largo plazo. Los seguros de incapacidad laboral a largo plazo están pensados para cubrir incapacidades que van más allá de las 26 ó 30 semanas y pueden durar años o, incluso, toda la vida. Cubren accidentes muy graves y enfermedades que requiere atención médica constante e impiden trabajar de forma total. Funcionalmente, toman el relevo donde lo dejan los seguros de corto plazo y extienden su cobertura a lo largo de los años. Por esta larga duración, y porque asumen riesgos mayores, las aseguradoras piden primas más elevadas para costear estas pólizas. También sus condiciones de elegibilidad son más duras y pueden tener en cuenta condiciones preexistentes, como enfermedades graves ya declaradas, para negar el acceso a la póliza.
Los seguros de larga duración pueden pagar beneficios durante periodos que van de los dos a los diez años de incapacidad, aunque lo más frecuente es optar por pólizas que cubren hasta la edad de retiro, que está en los 65 años.
En cuanto al beneficio, estas pólizas suelen cubrir entre un 50 y un 60 por ciento del salario que se deja de percibir. Sin embargo, esta cobertura irá en función del grado de incapacidad que tenga la persona asegurada: si puede trabajar en otra cosa, recibirá menos que si queda completamente inhabilitada para realizar cualquier actividad.
Por último, una cuestión fiscal: si pagas las primas de tu bolsillo y con tu dinero disponible tras pagar impuestos, los beneficios que obtengas del seguro serán libres de impuestos. En cambio, si tu empleador paga por ti las primas, tendrá que pagar impuestos por ese dinero que recibes en forma de beneficio.
Una cuestión interesante es que la aseguradora no puede cancelarte el seguro. Si has pasado un examen médico inicial y superas la calificación, podrás disponer de tu póliza sin que la compañía pueda cancelarla o aumentarte el precio de las primas. Para tener esta ventaja, debes contratar tu seguro en la modalidad de “renovación garantizada” o “guaranteed renewable”, en inglés.
Como ves, los seguros de incapacidad laboral, sean a corto o a largo plazo, son productos muy interesantes con los que complementar tu cobertura y proteger mejor a tu familia. Infórmate con más detalle acudiendo a un agente de seguros de confianza y elige con todas las garantías.