Es fácil para la mayoría comprender que cuando un órgano o sistema corporal deja de funcionar de manera adecuada se van a producir síntomas y signos que agrupados en un conjunto conceptualizan una enfermedad.
Ocurre que la enfermedad si no lleva a la muerte o la incapacidad, genera sufrimiento, deterioro en la calidad de vida y de disfrute de quién lo padece y lo acompaña.
De manera que el modelo médico que explica la salud y la enfermedad es comprendido por casi todos, cuando se trata de cualquier órgano o sistema corporal, con la sola excepción del cerebro, donde solo aceptamos que el estado de conciencia, la memoria, el habla o los movimientos corporales pueden afectarse por una lesión o proceso que dañe su funcionamiento.
Generalmente no relacionamos al cerebro con el funcionamiento de la mente y resulta que cuando el cerebro no va bien la mente no va bien.
¿Cómo entender la relación entre cerebro y mente?
Estas preguntas que suelo hacer a mis pacientes y familiares pueden ayudarte a comprender la relación entre cerebro y mente y que cuando el cerebro no va bien la mente tampoco va bien.
1) ¿Cuando el pulmón no funciona bien, por un trauma, un tumor o una infección, que pasa?
El paciente o sus familiares contestan con algunos de los síntomas: No respira bien, tose, le da fiebre, se asfixia etc.
2) ¿Qué hace el médico cuando llega el paciente?
Contestan: Lo interroga, lo examina y le hace exámenes.
3) ¿Al final qué hace con eso? Contestan: da un diagnóstico y un tratamiento.
Seguidamente pregunto:
4) ¿De qué se encarga el cerebro?
Algunos de manera rápida llegan a la conclusión que entre otras cosas es en el cerebro donde se piensa, se percibe, se sienten emociones, se deciden conductas y se ejecutan.
5) ¿Y qué pasa si el cerebro por algún motivo entre muchos que pueden existir no funciona bien?
Contestan: No van bien los pensamientos, ni las ideas, ni los sentimientos, ni las emociones.
6) Agrego: ¿Y cómo crees que se sienten quienes sufren de estos problemas y cómo se sienten sus familiares?
Contestan: Pues sufren.
7) ¿Y crees que con estas dificultades le puede ir tan bien en la vida como quisiera la persona?
Contestan que no.
Es necesario preguntarnos también estos interrogantes y sacar nuestras propias conclusiones.
1) ¿Si existe algo que mejore el funcionamiento del cerebro de esta persona que le permita desarrollar todo su potencial, pero sobre todo deje de sufrir por este estado, crees que sea legítimo usarlo?
2) ¿Crees que negando que estos problemas del funcionamiento del cerebro existen, puedas mejorar el sufrimiento y el impacto que esto genera en la vida?
Son interrogantes que reflexionamos en su oportunidad todos aquellos que hemos trabajado o sufrido con los trastornos mentales.
Siempre es recomendable acudir con un Médico profesional en salud mental como Psiquiatra o Neurólogo para un diagnóstico y tratamiento oportuno de los trastornos mentales.