Históricamente se indagó sobre la existencia de un lazo que une nuestro corazón y mente. Recientemente un grupo de investigadores encontró evidencia sobre ese vínculo, específicamente entre condiciones psiquiátricas causadas por experiencias estresantes y el riesgo de distintos problemas cardiovasculares.
A lo largo de su vida, una persona puede experimentar o sufrir eventos traumáticos o aterradores. Esto puede causarle recuerdos y pensamientos incontrolables sobre el hecho, pesadillas y angustia.
Con el tiempo y un buen cuidado personal se puede mejorar y dejar atrás esta experiencia, sin embargo, los síntomas pueden empeorar, durar meses o años e incluso interferir en las actividades diarias. De ser así, es posible que se trate de un trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Esta enfermedad de salud mental afecta aproximadamente a un 3.5% de los adultos en EE. UU., siendo más común en las mujeres.
Al diagnosticar TEPT, los médicos buscan síntomas como una reacción de sobresalto a ruidos fuertes, recuerdos y pesadillas, junto con sentimientos de tristeza, enojo, e irritabilidad que permanecen intensos y no disminuyen con el tiempo.
El trastorno de estrés agudo es una condición similar al TEPT, ya que puede ocurrir en respuesta a eventos traumáticos y tiene síntomas similares, pero, tiende a aparecer entre 3 y 30 días después al evento traumático. Alrededor de la mitad de las personas con trastorno de estrés agudo desarrollan TEPT.
Según American Psychiatric Association (APA) en EE. UU. entre el 13% y el 21% de los sobrevivientes de accidentes automovilísticos y hasta la mitad de quienes sobreviven a violaciones, asaltos o tiroteos en masa desarrollarán un trastorno de estrés agudo.
Si bien existen investigaciones que analizaron las relaciones entre las condiciones inducidas por el estrés y las enfermedades cardiovasculares, la mayoría ellas se basaron principalmente en veteranos de guerra u hombres en servicio militar activo.
Por ello, un grupo de investigadores de la Universidad de Islandia, en Reikiavik y del Instituto Karolinska, en Estocolmo, Suecia, compararon datos de más de 136,000 personas "con trastornos relacionados al estrés, como TEPT, reacción al estrés agudo y trastorno de adaptación" y más de 1,537,000 individuos en "condiciones libres de estrés". Sus hallazgos se publicaron en The BMJ.
Corazón y mente
El equipo calculó el promedio de enfermedad cardíaca entre los diferentes participantes y encontró que:
- Por cada 1,000 personas con problemas de estrés, 10.5 se encontraban expuestos a riesgo cardiovascular.
- Por cada 1,000 personas de la población general, 6.9 se encontraban expuestos a riesgo cardiovascular.
- El riesgo de un ataque cardíaco y otros eventos cardiovasculares repentinos era "especialmente" alto en los 6 meses posteriores al diagnóstico psiquiátrico.
- Para otros tipos de enfermedades cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca, el riesgo era 64% mayor en los 12 meses posteriores al diagnóstico psiquiátrico.
- Para la embolia y la trombosis, condiciones que se desarrollan a partir de coágulos de sangre, el riesgo era mayor tras un año del diagnóstico psiquiátrico.
Simon Bacon, profesor de la Universidad de Concordia, en Montreal, Canadá, planteó la posibilidad de que la causa esté en otra dirección. Por ejemplo, "¿Podría darse el caso de que las personas que ya tienen algún grado de enfermedad cardiovascular sean más susceptibles a desarrollar afecciones psiquiátricas inducidas por el estrés?". El profesor Bacon no fue parte del estudio.
Los autores reconocen que, debido a las limitaciones de la investigación, no pueden concluir que los trastornos relacionados con el estrés en realidad causen enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, advirtieron "Estos hallazgos requieren una mayor conciencia clínica y, si se verifican, el monitoreo o la intervención temprana entre pacientes con trastornos recientemente diagnosticados relacionados con el estrés".
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