Puede presentarse una reactivación del virus causando una inflamación en el ganglio cerca de la espina dorsal, en el rostro, nuca o piernas. Es una enfermedad muy molesta que ocasiona comezón, severo ardor y erupción de pústulas y fiebre.
Vitaminas al rescate:
- Haz una infusión con avena (para reducir la erupción), hierba de San Juan o St. John´s wort (refuerza el sistema nervioso y acelera la curación) y verbena (ayuda a tranquilizar al paciente) y toma tres tazas al día.
- Machaca dos aspirinas y revuélvelas con dos cucharadas de acetona, aplícalo localmente con un algodoncito, no la utilices si eres alérgico a la aspirina ni cerca de los ojos ni en los dobleces de la piel donde es difícil que seque. La aspirina quita sensibilidad a las terminaciones nerviosas y la acetona ayuda a remover las células muertas.
- Haz una pastita con canela, clavo y nuez moscada revueltas con agua y aplícala a las lesiones para aminorar el dolor.
- Coloca compresas o date un baño con dos de algunos de los siguientes aceites: manzanilla, geranio, eucalipto, lavanda o melissa. Estos tienen propiedades analgésicas y antivirales.
- Aplica aceite de vitamina E a las lesiones. Este acelera la curación.
- Toma té o jugo de apio para tonificar el sistema nervioso y reducir el dolor.
- Ingiere alimentos ricos en vitamina B (leche, quesos, carne, huevos, pescado, granos integrales, vegetales de hoja verde) y E (germen de trigo, soya, cacahuates, huevo, vegetales de hoja verde). Estos refuerzan el sistema nervioso y reducen los síntomas a largo plazo, respectivamente.
- Incrementa el consumo de vitamina C (cítricos, frutas y verduras frescas) para acelerar el proceso de curación de las lesiones.
- Arsenicum album, cuando empieza el malestar o cuando hay sensación de ardor en el área.
- Kalmia latifolia o mezereum, para el dolor y ardor.
- Rescue Remedy (remedio de urgencia), ayuda al paciente a tranquilizarse y tolerar el malestar; también pueden ponerse unas gotitas diluidas en agua directamente en las lesiones.
Nota: Los productos mencionados en este artículo, incluyendo los homeopáticos y los florales, se pueden encontrar en las herbolarias, tiendas de medicina natural o a través de Internet o revistas especializadas. Algunos remedios no tienen explicación científica, simplemente han sido pasados de generación en generación sólo porque han funcionado. Si tienes dudas consulta a tu médico.