Puede resultar divertido disfrutar de la noche y quedarse viendo una película, interactuando en las redes o salir con amigos, pero las personas que se acuestan tarde y se levantan a media mañana tienen diferencias fundamentales en su función cerebral, en comparación con aquellas que se acuestan temprano.
Esa es la conclusión de una investigación dirigida por la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, donde los científicos encontraron que las personas que se acuestan tarde (2:30 a.m.) y se despiertan alrededor de las 10:15 a.m. tienen una menor conectividad cerebral en reposo. Es decir, se ven afectadas las regiones cerebrales vinculadas con el mantenimiento de la conciencia.
Es importante destacar que esta conectividad cerebral inferior provocar limitaciones para desempeñarse en el trabajo, ya que se asoció con una atención más deficiente, reacciones más lentas y mayor somnolencia durante la jornada laboral.
Un problema de la vida moderna
Se sabe que los trabajos nocturnos afectan la salud de diferentes maneras al alterar el reloj biológico o reloj circadiano, que regula los ciclos de sueño y apetito, entre otras funciones. Pero también hay millones de personas que se acuestan tarde por placer, y esta tendencia crece con el avance de la tecnología y el uso de los dispositivos móviles.
Actualmente, alrededor del 40 al 50% de la población se identifica con el hábito de acostarse tarde en la noche. Por eso los investigadores ingleses destacaron que se necesita saber más sobre las implicaciones negativas en la salud y realizaron el estudio mencionado, que fue publicado en Sleep.
La investigadora principal, Dra. Elise Facer-Childs, del Centro para la Salud del Cerebro Humano de la Universidad de Birmingham, dijo: "Una gran cantidad de personas luchan por lograr un mejor desempeño durante el trabajo o las horas escolares y no están naturalmente adaptadas. Necesitamos aumentar nuestra comprensión de estos problemas para minimizar los riesgos de salud en la sociedad y maximizar la productividad".
Búhos de la noche Vs. Alondras de la mañana
Para medir la función cerebral en reposo y la relación con las capacidades cognitivas, se examinó a un total de 38 personas que se dividieron en dos grupos y luego se identificaron como “búhos de la noche” o “alondras de la mañana". Los voluntarios se sometieron a exámenes de resonancia magnética, tareas, pruebas de memoria, y además se midió su nivel de somnolencia a lo largo del día.
Tras analizar los resultados, los científicos observaron que las personas identificadas como alondras de la mañana reportaron tener menos sueño y tuvieron un tiempo de reacción más rápido durante las pruebas matutinas, que fue significativamente mejor que el de los búhos nocturnos.
También observaron que los noctámbulos tuvieron más somnolencia a lo largo del día, lo que sugiere que la conectividad cerebral en estado de reposo de los búhos nocturnos se ve afectada desde las 8:00 am hasta las 8:00 pm.
"Este desajuste entre el tiempo biológico y el tiempo social de una persona, que la mayoría de nosotros hemos experimentado en forma de jet lag, es un problema común para los noctámbulos que intentan seguir un día normal de trabajo” dijo la Dra. Facer-Childs.
“Nuestro estudio es el primero en mostrar un posible mecanismo neuronal detrás del por qué los 'noctámbulos' enfrentan desventajas como una disminución del rendimiento durante la mañana, menor conectividad cerebral en regiones vinculadas a la conciencia y un aumento de la somnolencia diurna. Si como sociedad pudiéramos ser más flexibles con respecto a la forma en que manejamos el tiempo, podríamos avanzar mucho para maximizar la productividad y minimizar los riesgos para la salud" concluyó la experta.
En síntesis, para rendir más en el trabajo o el estudio, lo ideal es acostarse temprano, teniendo en cuenta que un adulto necesita dormir en promedio unas 7 a 8 horas diarias.
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