Una sencilla prueba podría evaluar el riesgo de demencia

JUEVES, 20 de abril de 2023 (HealthDay News) -- ¿Hay una forma sencilla de evaluar el riesgo de demencia de las personas mayores años antes de que haya señales de pérdida de la memoria o deterioro en el pensamiento?

Sí, informan unos investigadores.

Una sencilla prueba podría evaluar el riesgo de demencia

Se trata de una prueba llamada SOMI, por las siglas en inglés de Etapas del deterioro objetivo de la memoria.

El proceso es sencillo. Tras mostrarles una serie de imágenes, se pidió a unos pacientes sin síntomas de demencia que recordaran lo que había visto, a veces (si resultaba necesario) con la ayuda de pistas.

Tras puntuar las habilidades de memoria, los participantes se califican según cinco etapas del riesgo. La etapa 0 representa que no hay problemas actuales con la memoria, y un riesgo futuro de demencia bajo. La etapa 4 representa la memoria menos fiable, y el grado más alto de riesgo futuro de demencia.

El nuevo estudio indica que los que fueron clasificados en la etapa 3 o 4 parecen enfrentarse a un riesgo de demencia tres veces más alto que los que fueron clasificados en la etapa 0.

La autora del estudio, Ellen Grober, profesora del departamento de neurología del Colegio de Medicina Albert Einstein en la ciudad de Nueva York, comentó que tiene "una confianza razonable en la capacidad de SOMI de identificar a las personas con una cognición normal que tienen un riesgo alto de progresión clínica" a la demencia.

Y explicó que las pruebas de este tipo podrían ser útiles de un par de formas.

Por una parte, dijo Grober, "los estudios sobre un envejecimiento sano del cerebro en los últimos 10 años proveen cosas que se pueden hacer para mitigar el riesgo" cuando el riesgo de demencia se identifica más bien temprano que tarde.

Al mismo tiempo, añadió, una herramienta precisa para predecir el riesgo de demencia a largo plazo serviría como "ayuda" en las iniciativas de investigación que se están llevando a cabo actualmente, que buscan desarrollar nuevos tratamientos que podrían ralentizar o prevenir el deterioro mental.

En esta última investigación participaron 969 hombres y mujeres, que tenían de 40 a 100 años, con una edad promedio de 69 años. Alrededor de 6 de cada 10 eran mujeres, y casi un 84 por ciento eran blancos.

Todos se sometieron a la prueba SOMI, que Grober afirmó que "es distinta de otras pruebas de la memoria, porque comienza con una fase de estudio".

En esta fase, anotó, "se muestran a las personas las imágenes de cuatro artículos, y se les pide que identifiquen el artículo [por ejemplo unas uvas] que pertenece a una pista de la categoría [por ejemplo] fruta. Este tipo de estudio enriquece el significado del artículo, lo que hace que recordarlo resulte más fácil".

Entonces, se evaluó la recuperación de los recuerdos al pedir a cada participante que recordara lo que había visto. En situaciones en que las personas tenían dificultades para hacerlo, se ofrecieron pistas sobre la categoría para activar la recuperación del recuerdo.

Entonces, se clasificó la habilidad de memoria de 0 a 4.

Se consideró que un poco menos de la mitad (un 47 por ciento) de los pacientes estaban en la etapa 0, es decir, libres de problemas de la memoria. Pero alrededor de un tercio (un 35 por ciento) se clasificaron en etapa 1, mientras que un 13 por ciento se clasificaron en etapa 2. Más o menos un 5 por ciento se caracterizaron en las etapas 3 o 4.

A lo largo de la década siguiente, 243 de los participantes desarrollaron algún grado de deterioro del pensamiento.

Tras tomar en cuenta una variedad de factores que pueden tener un rol en el riesgo de demencia (entre ellos el sexo, la edad y la predisposición genética), los investigadores concluyeron que los que habían sido calificados en las etapas 1 o 2 tenían un riesgo dos veces más alto de demencia que los calificados en la etapa 0, mientras que los que se caracterizaron en las etapas 3 o 4 se enfrentaban al triple de riesgo.

El equipo del estudio dijo que, basándose en este cálculo, alrededor de 7 de cada 10 de los que estaban en las etapas 3 o 4, y casi 6 de cada 10 de los que estaban en la etapa 2, al final tendrían que enfrentarse a un deterioro de la memoria en el futuro.

Los hallazgos del estudio se publicaron en la edición en línea del 19 de abril de la revista Neurology.

Christopher Weber es director de iniciativas científicas globales de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association), uno de los copatrocinadores del estudio.

Weber sugirió que el método SOMI se diferencia de las demás pruebas "por su capacidad de detectar los déficits sutiles de la memoria que con frecuencia acompañan a las etapas muy tempranas de la enfermedad de Alzheimer".

Enfatizó que "la detección temprana puede ayudar a los individuos y a sus proveedores de atención de la salud a tomar medidas para gestionar los síntomas, planificar el futuro, y potencialmente ralentizar la progresión de la causa del deterioro cognitivo a través de intervenciones farmacológicas o de estilo de vida".

Aun así, Weber advirtió que el estudio se enfocó sobre todo en individuos blancos y con un buen nivel educativo, lo que dificulta que los hallazgos se generalicen a un grupo más diverso de pacientes.

Al mismo tiempo, enfatizó que "no hay ninguna prueba individual que pueda predecir de forma definitiva el inicio de la demencia". Obtener un diagnóstico preciso requiere una "evaluación integral", añadió Weber, que implique no solo pruebas de memoria sino también pruebas neurológicas y de imágenes.

Más información

Aprenda más sobre la demencia en el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento de EE. UU.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Ellen Grober, PhD, professor, department of neurology, Albert Einstein College of Medicine, New York City; Christopher Weber, PhD, director, global science initiatives, Alzheimer’s Association, New York City; Neurology, April 19, 2023, online

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