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Una crianza 'dura' puede dañar la salud mental de los niños, según un estudio

VIERNES, 31 de marzo de 2023 (HealthDay News) -- Los padres que disciplinan a sus hijos pequeños con dureza podrían estarlos poniendo en una trayectoria hacia unos síntomas duraderos de salud mental, sugiere un nuevo estudio.

Unos investigadores encontraron que, entre 7,500 niños a quienes se dio seguimiento desde los 3 hasta los 9 años, alrededor de un 10 por ciento caían en el grupo de "alto riesgo" en que los síntomas de salud mental (desde una tristeza persistente hasta una mala conducta) empeoraban con los años.

Una crianza 'dura' puede dañar la salud mental de los niños, según un estudio

Y los niños cuyos padres usaban con frecuencia una disciplina dura, lo que incluía gritarles o los castigos físicos, tenían alrededor de un 50 por ciento más de probabilidades que sus pares de acabar en ese grupo.

Los expertos dijeron que los hallazgos, que se publicaron en la edición del 30 de marzo de la revista Epidemiology and Psychiatric Sciences, subrayan una importante realidad: algunos padres deben aprender mejores estrategias para gestionar la conducta de sus hijos pequeños.

Esto podría significar un "tiempo fuera" para evitar un berrinche, según el líder del estudio, Ioannis Katsantonis, investigador doctoral de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.

Pero también significa crear unas normas de conducta claras y constantes que los niños pequeños puedan comprender.

En este estudio, las técnicas de crianza "constantes" parecieron tener beneficios para el bienestar mental de los niños. En esas familias, la conducta y los problemas emocionales de la niñez temprana de los niños en general mejoraron con el tiempo.

"Esto podría deberse a que una crianza constante provee a los niños una sensación de predictibilidad y seguridad, que puede actuar como protección contra un empeoramiento de la salud mental", añadió Katsantonis.

Cuando los padres son constantes, dijo, sugiere que "tienen una relación positiva y segura con su hijo, en la cual son sensibles y cariñosos con su hijo, al mismo tiempo que fijan unos límites y unas expectativas claras".

Los hallazgos se basan en poco más de 7,500 niños de Irlanda, que participaron en un estudio nacional sobre la salud. Cuando los niños tenían 3, 5 y 9 años, sus padres completaron cuestionarios estándar que medían las conductas "internalizantes" y "externalizantes" de los niños.

Los síntomas internalizantes tienen que ver con las emociones, por ejemplo cuando los niños tienen una tristeza, ansiedad o retraimiento persistentes. Los síntomas externalizantes se dirigen hacia el exterior, e incluyen a problemas como la agresividad, la impulsividad y el desafío.

En general, encontró el estudio, alrededor de un 10 por ciento de los niños mostraban un patrón de empeoramiento en los síntomas internalizantes o externalizantes a lo largo de los años. Al contrario, la mayoría de los niños (alrededor de un 84 por ciento) se encontraban de forma constante en el extremo inferior del espectro de síntomas emocionales, y con la edad superaron cualquier problema de conducta de la niñez temprana.

Un pequeño porcentaje de los niños tenían unos niveles de síntomas más altos de lo normal, pero mostraron cierta mejora con el tiempo.

Resultó que la forma en que los padres gestionaban la conducta de sus hijos de 3 años era clave para la trayectoria de salud mental de sus hijos. Cuando los padres puntuaban alto (según sus propios reportes) en la escala de "crianza hostil", su hijo tenía un 50 por ciento más de probabilidades de caer en el grupo de alto riesgo, frente a los niños cuyos padres puntuaban bajo en esa escala.

Una crianza hostil pude significar gritar con frecuencia, castigar de forma impredecible, poner motes o castigar físicamente al niño.

Dado lo que ya se sabe sobre estas tácticas, los nuevos hallazgos no resultan sorprendentes, aseguró Gregory Fosco, profesor de estudios sobre el desarrollo humano y la familia de la Universidad Estatal de Pensilvania.

"Estas estrategias duras y excesivamente reactivas de crianza ponen a los niños en riesgo", dijo Fosco, que no participó en el estudio.

Anotó que las formas en que los padres gestionan a la conducta de sus hijos pequeños no existen en un vacío: los padres que usan medios duros quizá tengan muchos factores estresantes en sus vidas, y es posible que tengan sus propios problemas de salud mental, por ejemplo.

Pero incluso cuando es así, dijo Fosco, los padres pueden aprender "habilidades alternativas" que podrían mejorar el bienestar de toda la familia.

"Cuando un niño muestra que le está yendo mejor, con frecuencia esto también ayuda a la salud mental de sus padres", aseguró Fosco.

Como Katsantonis, apuntó a la importancia de la consistencia y de mantener la calma: crear unas normas claras sobre cómo espera que su hijo se comporte, y ser constante respecto al cumplimiento, con unas "consecuencias razonables" para la mala conducta, por ejemplo un tiempo fuera. Además, use unos tonos calmados y neutrales, en lugar de gritos y amenazas.

"Puede aprender a usar unas consecuencias claras, sin que las cosas lleguen a ese nivel", enfatizó Fosco.

Al mismo tiempo, añadió, no todas las malas conductas necesitan una repuesta. A veces los padres pueden evitarle el drama a todo el mundo si permiten que un incidente menor pase desapercibido.

Fosco también recomendó que los padres aprendan a "ser amables consigo mismos", y que encuentren formas de aliviar parte del estrés.

"Podrá responder a sus hijos con más calma si también cuida de sí mismo", dijo.

Más información

La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) ofrece consejos sobre cómo disciplinar a sus hijos.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Ioannis Katsantonis, MPhil, doctoral researcher, Faculty of Education, University of Cambridge, Cambridge, U.K.; Gregory M. Fosco, PhD, professor, human development and family studies, and psychology, Pennsylvania State University, University Park; Epidemiology and Psychiatric Sciences, March 30, 2023, online

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