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Un tratamiento de 'arreglo' celular se muestra promisorio para la ELA en un pequeño estudio

JUEVES, 20 de octubre de 2022 (HealthDay News) -- Unos investigadores han logrado un progreso inicial hacia un nuevo método para tratar la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una letal enfermedad del cerebro: usar las células T del sistema inmunitario del propio paciente.

La ELA es una afección rara que mata a las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal que contralan el movimiento. Con el tiempo, le quita a la persona su capacidad de moverse, hablar, comer y respirar.

Un tratamiento de 'arreglo' celular se muestra promisorio para la ELA en un pequeño estudio

No tiene cura, y, en general, las personas con ELA fallecen de insuficiencia respiratoria en un plazo de tres a cinco años. La afección se conoce con frecuencia como enfermedad de Lou Gehrig, por el jugador de béisbol que falleció de ella en 1941.

En el nuevo estudio, los investigadores evaluaron un tratamiento experimental que se enfocó en las células T reguladoras, o "Treg". Son un tipo de célula del sistema inmunitario que en general ayudan a suprimir una inflamación excesiva en el cuerpo.

La investigación ha mostrado que las Treg pierden esa capacidad en ciertas enfermedades, entre ellas la ELA. Y se piensa que esta disfunción de las Treg acelera la progresión de la ELA.

La esperanza es que restaurar la función de las Treg en un momento temprano del curso de la ELA pueda ayudar a estabilizar la enfermedad, explicó el Dr. John Thonhoff, investigador principal del nuevo estudio.

Él y sus colegas han estado desarrollando un proceso que buscar lograr justo esto: sacan las Treg de la sangre de los pacientes, amplían las células en el laboratorio durante un periodo de unas cuantas semanas, y vuelven a infundirlas en los cuerpos de los pacientes.

Encontraron que no hay nada inherentemente malo con las Treg de los pacientes, explicó Thonhoff, neurólogo en el Instituto de Investigación del Hospital Metodista de Houston.

Dijo que eliminar las células de la inflamación "tóxica" que caracteriza a la ELA es una parte de restaurar su función. El proceso de ampliarlas en el laboratorio mejora más su capacidad de suprimir la inflamación.

En un estudio anterior con tres pacientes, los investigadores encontraron que el método era seguro y que reducía los marcadores de inflamación en los cuerpos de los pacientes.

Basándose en esto, en este estudio más reciente participaron siete pacientes, que fueron asignados al azar a someterse al mismo procedimiento o a recibir infusiones placebo (inactivas) cada cuatro semanas a lo largo de seis meses. Después de esto, seis pacientes, junto con dos adicionales, pasaron a un estudio de "etiqueta abierta", en que todos recibieron las infusiones de Treg durante seis meses adicionales.

La terapia también implicó inyecciones cutáneas de un fármaco llamado IL-2, una forma sintética de una proteína natural del sistema inmunitario. Los pacientes recibieron estas inyecciones tres veces por semana.

Al final, una vez más, el tratamiento resultó seguro. Y unas pruebas sanguíneas mostraron que restauró parte de la capacidad de las células Treg de suprimir la inflamación.

"Esto ofrece más evidencias de que este método es factible y se tolera bien", dijo Kuldip Dave, vicepresidente sénior de investigación de la Asociación de la ELA (ALS Association), una organización sin fines de lucro que ayudó a financiar el estudio.

Dave también señaló que parece que la táctica "hace lo que debería hacer", es decir, potenciar la función normal de las Treg.

La gran pregunta es si esto ralentiza la progresión de la ELA. De los ocho pacientes a quienes se dio seguimiento a lo largo de un año, seis mostraron una progresión lenta o ninguna progresión.

Pero Dave instó a la precaución al interpretar los resultados de un grupo tan reducido de pacientes.

Thonhoff se mostró de acuerdo, pero añadió que su equipo está "emocionado" por el hallazgo en los seis pacientes. Han planificado un estudio de mayor tamaño, apuntó.

Dave anotó que no hay evidencias de que el tratamiento empeorara la progresión de la ELA.

"No hubo efectos nocivos, algo que es importante", enfatizó.

Nadie afirma que la terapia basada en Treg pudiera curar la ELA. Thonhoff dijo que la esperanza es estabilizar el curso del paciente, y mejorar y alargar su vida.

Pero si se muestra que el método lo logra, no sería un tratamiento sencillo: las Treg no duran mucho tiempo en el cuerpo, y habría que repetir las infusiones.

Thonhoff reconoció los obstáculos en el mundo real, pero observó que habría formas de hacer que el régimen sea menos molesto para los pacientes. Podría, por ejemplo, permitir a un centro médico local recolectar sus Treg y enviarlas al procesamiento, y quizá tener que hacerlo una o dos veces al año.

Thonhoff y Dave apuntaron a otra posibilidad. ¿Se podrían extraer Treg de donantes sanos, para crear un suministro "listo para usar" para los pacientes con ELA?

Pero estas son preguntas para el largo plazo. En este momento, dijo Thonhoff, su equipo espera comenzar un ensayo de mayor tamaño a finales de año, dependiendo de la financiación.

Ahora mismo, en Estados Unidos hay tres medicamentos aprobados para la ELA, entre ellos uno que obtuvo la aprobación el mes pasado. Ese fármaco, llamado Relyvrio, fue aprobado basándose en un pequeño ensayo que sugirió que puede alargar las vidas de los pacientes unos cinco meses.

La ELA es una enfermedad compleja, y Dave comentó que los investigadores todavía intentan comprender la biología subyacente.

Quizá se necesite una combinación de tratamientos, que se dirijan a distintos mecanismos subyacentes de la enfermedad, planteó.

Los hallazgos se publicaron en una edición reciente de la revista Neurology: Neuroimmunology and Neuroinflammation.

Más información

Aprenda más sobre la ELA en la Asociación de la ELA.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com


FUENTES: Jason Thonhoff, MD, PhD, assistant professor, neurology, assistant member, Houston Methodist Hospital Research Institute, Houston; Kuldip Dave, PhD, senior vice president, research, ALS Association, Washington, D.C.; Neurology: Neuroimmunology and Neuroinflammation, November 2022

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