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Un peligroso parásito que puede infectar a las personas se encuentra ahora en zorros de EE. UU.

JUEVES, 17 de noviembre de 2022 (HealthDay News) -- Una rara enfermedad parasitaria que se ha documentado desde hace mucho en Europa parece haberse arraigado en Estados Unidos.

Unos investigadores de Vermont reportan dos casos en humanos de la enfermedad, llamada equinococosis alveolar (EA), que fueron provocados por una cepa europea del parásito E. multilocularis.

Un peligroso parásito que puede infectar a las personas se encuentra ahora en zorros de EE. UU.

También encontraron evidencias de la cepa en dos zorros rojos de Virginia.

Hasta ahora, solo se habían reportado casos de la enfermedad en Estados Unidos (hace muchos años) en Alaska y Minnesota. Y habían sido provocados por cepas norteamericanas del parásito E. multilocularis, que se consideran menos virulentas que las cepas europeas.

Entonces, los dos pacientes de Vermont representan los primeros casos de EA en la parte oriental de Estados Unidos, y los primeros provocados por la cepa europea, que es más nociva.

"No lo hemos visto antes en EE. UU.", señaló el Dr. Louis Polish, especialista en enfermedades infecciosas del Colegio de Medicina de la Universidad de Vermont.

Enfatizó que nadie debe alarmarse sobre su riesgo personal. "La enfermedad es extremadamente rara", aseguró Polish. "Pero queríamos reportarlo para que los médicos puedan estar al tanto".

Polish y sus colegas describen los casos en una carta de investigación, que se publicó en la edición del 17 de noviembre de la revista New England Journal of Medicine.

La E. multilocularis es una pequeña solitaria que infecta a los caninos, con frecuencia a los coyotes y zorros, y que es más bien inocua para ellos. Hace mucho que se sabe que existe en la fauna norteamericana, pero los casos humanos de EA han sido raros.

Estas infecciones humanas suceden cuando una persona ingiere de forma accidental los huevos de la solitaria, por ejemplo en agua contaminada. Esto resulta en que el parásito crezca en el hígado.

En las pruebas de imágenes, el crecimiento del parásito se parece mucho a un tumor, y cuando la EA progresa hasta el punto de provocar síntomas (que incluyen dolor, ictericia, debilidad y pérdida de peso), esto también sugiere un cáncer.

El primer caso de EA de Vermont se identificó por casualidad en una mujer de 36 años que se sometió a una monitorización de rutina por una afección de la tiroides. Las pruebas mostraron que sus enzimas hepáticas estaban altas, de forma que los médicos realizaron un ultrasonido para ver qué sucedía. Encontraron una gran masa en su hígado.

Realizaron una biopsia de la masa y, basándose en su apariencia, los médicos sospecharon que la culpa la tenía un parásito. La remitieron a una clínica de enfermedades infecciosas, y al final le dieron un diagnóstico: tenía EA, y el culpable era una cepa europea de la E. multilocularis.

El segundo paciente, un hombre de 82 años, fue diagnosticado después de que desarrollara ictericia y una prueba de imagen revelara una masa en el hígado.

Polish apuntó que ambos pacientes se encuentran ahora estables. Con frecuencia, las masas en el hígado se pueden extirpar mediante cirugía. En el caso de la paciente de sexo femenino, anotó Polish, la masa estaba en una ubicación que hace que la extirpación quirúrgica sea demasiado riesgosa. Está esperando un trasplante de hígado.

No se sabe con certeza cómo los pacientes contrajeron el parásito.

"La dificultad es que el periodo de incubación de este parásito es muy largo", apuntó Polish.

Puede vivir en los cuerpos de las personas durante hasta 10 o 15 años antes de provocar señales y síntomas. En ese momento, afirmó Polish, es muy difícil determinar cuándo y de qué forma se contrajo.

Los investigadores intentaron vincular genéticamente los casos con un potencial "reservorio animal". Evaluaron las muestras de heces de más de 400 zorros y coyotes en Virginia, y encontraron dos zorros que tenían evidencia genética de E. multilocularis.

Las muestra de ambos animales y de ambos pacientes mostraron una similitud estrecha con la cepa eslovaca "E5" del parásito.

¿Cómo llegó una cepa europea a zorros estadounidenses?

"Es la gran pregunta", planteó Polish.

Los casos son los primeros en Estados Unidos, pero no en Norteamérica. Los primeros casos de EA de Alberta, en Canadá, ocurrieron hace alrededor de una década, y desde entonces la provincia se ha convertido en el "foco" de la enfermedad en el continente.

"Ya tenemos bastante más de 20 casos confirmados", observó el Dr. Stan Houston, especialista en enfermedades infecciosas y profesor emérito de la Universidad de Alberta.

Comentó que la historia comenzó con unos veterinarios que encontraron evidencias de las cepas europeas de E. multilocularis en coyotes y en roedores (que tienen el hábito de comer las heces de los coyotes). No pasó mucho tiempo antes de que apareciera el primer caso humano de EA, en un paciente de trasplante cuyo sistema inmunitario se encontraba suprimido debido a los fármacos antirrechazo.

Varios de los pacientes posteriores, comentó Houston, también estaban inmunocomprometidos, lo que podría hacer que las personas sean más vulnerables a enfermarse con el parásito, o acelerar el curso de la infección.

Como Polish, Houston dijo que nadie sabe cómo el parásito europeo llegó a los coyotes de Alberta. Pero parece ser "muy eficiente" al propagarse, anotó. En partes de la provincia, hasta un 80 por ciento de los coyotes portan ahora el parásito.

Houston señaló que las personas podrían ingerir los huevos del parásito sin darse cuenta, por ejemplo si comen productos de un huerto por donde se ha paseado un coyote. Anotó que no está claro si los perros mascotas son un "puente importante". Pero en teoría es posible: por ejemplo, el perro de una granja podría comerse a un roedor que tenga el parásito. Entonces, una persona que entre en contacto con las heces del perro podría infectarse.

Según el equipo de Polish, ha habido informes recientes de dos perros mascotas, en dos estados de EE. UU., que tenían el parásito.

Pero ambos médicos enfatizaron que esto no es algo que deba preocupar a la gente. Incluso en Europa, donde hace mucho que se han establecido los casos de EA en humanos, no es común.

Sin embargo, Houston añadió que es importante mantenerse atentos a la enfermedad en los animales, y recordar que se puede transmitir a los humanos, algo que la pandemia de COVID ha subrayado.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre la equinococosis alveolar.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Louis B. Polish, MD, associate professor, medicine, University of Vermont Larner College of Medicine, Burlington; Stan Houston, MD, professor emeritus, medicine and public health, University of Alberta, Edmonton, Canada; New England Journal of Medicine, Nov. 17, 2022

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