Muchos adolescentes de EE. UU. están en crisis de salud mental, según un informe

JUEVES, 27 de abril de 2023 (HealthDay News) -- Los adolescentes de EE. UU. siguen sin estar bien.

Al contrario, muchos continúan implicados en conductas riesgosas, informaron el jueves las autoridades de salud de EE. UU.

Muchos adolescentes de EE. UU. están en crisis de salud mental, según un informe

La principal de estas es un aumento en los pensamientos, la planificación y los intentos de suicidio entre las chicas adolescentes, según un nuevo estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Pero las tasas entre los chicos adolescentes han permanecido estables.

Por otra parte, los estudiantes LGBQ+ tuvieron unos aumentos particularmente altos en los pensamientos y las conductas suicidas cuando se les comparó con los estudiantes heterosexuales, y lo mismo sucedió con los estudiantes minoritarios cuando se les comparó con los blancos, encontraron los investigadores.

"La pandemia de COVID-19 exacerbó los problemas de la salud mental entre los niños y los adolescentes", afirmó el Dr. Scott Krakower, un psiquiatra de adolescentes del Centro Médico Zucker Hillside en Great Neck, Nueva York, que no participó en el informe. "Estos temas siguen siendo problemáticos, y hay unas disparidades crecientes en los grupos minoritarios".

El acceso a la atención de la salud mental es clave, anotaron los investigadores.

"Un número sustancial de estudiantes dependen de la atención de la salud mental en la escuela, sobre todo los jóvenes de los grupos raciales y étnicos minoritarios de familias con pocos recursos", señaló Karin Mack, directora asociada de ciencias de la División de Prevención de las Lesiones de los CDC.

"Aunque la falta de acceso a los servicios de salud mental podría haber contribuido al aumento en el riesgo de suicidio, muchos factores más, por ejemplo el abuso de sustancias, los problemas familiares o en las relaciones, la violencia comunitaria, la discriminación, entre otros, también podrían haber contribuido al aumento en el riesgo", añadió Mack.

Pero, sin duda, la pandemia tuvo un efecto en la salud mental de los adolescentes, al igual que las redes sociales, concurrió Neil Bernstein, un psicólogo clínico de Washington, D.C., y vocero de la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association).

"Pienso que hay un aumento en muchos de estos problemas, desde luego debido a la COVID, sin ninguna duda", afirmó Bernstein, que no participó en el informe. "La tecnología también alimenta el fuego. Los niños se preguntan qué dicen todos los demás sobre ellos, y esto hace que muchos piensen en el suicidio".

"Además", apuntó Mack, "a pesar de las buenas intenciones, los medios de comunicación (lo que incluye a las redes sociales, los medios tradicionales y el entretenimiento) podrían empeorar el riesgo de suicidio de un individuo. Por ejemplo, la investigación sugiere que la exposición a los reportes sensacionalistas o de otra forma desinformados sobre el suicidio podría aumentar el riesgo de suicidio entre los individuos desproporcionadamente afectados, y podría contribuir accidentalmente a lo que se conoce como el contagio del suicidio".

Un punto positivo es que el uso de sustancias se ha reducido entre los estudiantes de escuela secundaria, según el informe. Pero el uso de cigarrillos electrónicos que contienen THC, el ingrediente activo de la marihuana, ha aumentado.

Uno de los factores que podrían fomentar el aumento tanto en la conducta suicida como en el abuso de sustancias podría ser un aumento en la violencia que los adolescentes experimentan, observaron los investigadores.

Por ejemplo, 1 de cada 5 estudiantes de secundaria ha sido testigo de violencia en su comunidad, lo que hizo que fuera más probable que portara una pistola, usara drogas y pensara en el suicidio, encontraron los investigadores.

Los estudiantes también están experimentando más violencia interpersonal, lo que incluye la violencia de pareja, la violencia sexual y el acoso. Estas experiencias fueron más comunes entre las chicas, los adolescentes LGBQ+ y algunas minorías.

Una forma de mitigar estas experiencias y resultados negativos es cuando los padres se implican en las vidas de sus hijos, anotaron los autores del informe.

Por suerte, esto parece estar ocurriendo con frecuencia: la mayoría de los adolescentes (un 86 por ciento) dijeron que sus padres se mantenían al tanto de sus actividades, lo que incluía dónde estaban y quiénes eran sus amigos. Aquellos cuyos padres estaban más implicados en sus vidas tenían unos mejores resultados de salud mental, lo que incluía menos experiencias de violencia y problemas de salud mental. También fue menos probable que participaran en conductas sexuales riesgosas o usaran drogas, o que tuvieran pensamientos o intentos suicidas.

Pero Bernstein anotó que los padres que son demasiado controladores también pueden provocar problemas.

"En realidad, si un adolescente me habla de que sus padres están obsesionados con el control, lo que sucede es lo contrario", afirmó.

"Ser un padre informado es bueno. Ser obsesivo con el control, que controla y monitoriza todo hasta tal punto que el adolescente no tiene privacidad, es buscarse problemas. Los padres tienen que alcanzar un equilibrio entre ser lo que los jóvenes llaman un padre chévere y un controlador", planteó Bernstein.

La meta es una relación sólida. "Una relación sólida se basa en la comunicación y la comprensión mutuas. Los niños tienen que sentirse seguros cuando comparten cosas", explicó.

Mack se mostró de acuerdo, y anotó que "los padres pueden dar un buen ejemplo a los jóvenes al iniciar conversaciones sobre el suicidio y la prevención del suicidio. Esto puede ayudar a los jóvenes a sentirse más seguros al hablar sobre estos temas, y puede subrayar que la esperanza es posible, y que hay ayuda disponible".

Las escuelas también tienen un rol importante para evitar que los adolescentes se impliquen en conductas riesgosas, apuntaron los investigadores. La mayoría de los adolescentes (un 62 por ciento) se sentían conectados con otros en la escuela, lo que redujo las probabilidades de que se implicaran en conductas riesgosas, mostraron los hallazgos.

En el informe, que se publicó en la edición del 28 de abril de la revista de los CDC Morbidity and Mortality Weekly Report, los investigadores recurrieron a los datos del Sistema de Vigilancia de Conductas Riesgosas en Jóvenes de 2021.

Estos informes resaltan la importancia de reconocer la conexión en la escuela como factor contribuyente a unos mejores resultados de salud, apuntó Krakower.

"Un espacio creativo, seguro y comprensivo en la escuela ayudaría a fomentar la conexión", afirmó. "Esto se puede hacer mediante el desarrollo de programas e iniciativas que incorporarían la diversidad y la concienciación alrededor de los jóvenes de minorías raciales, étnicas y sexuales".

Bernstein tiene la esperanza de que, a medida que los jóvenes vuelvan a la normalidad cuando la pandemia se apacigüe, estas tendencias negativas se puedan revertir. Pero la COVID-19 y la tecnología han cambiado para siempre el mundo en que las personas viven, añadió.

"Pienso que volverán a la normalidad, hasta cierto punto", añadió Bernstein. "Pero ahora vivimos en un mundo distinto, tanto para los adultos como para los niños. Hay muchas cosas a las que todos nos estamos ajustando".

Más información

Para más información sobre la salud mental de los adolescentes, visite los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Neil Bernstein, PhD, clinical psychologist, Washington, D.C., and spokesman, American Psychological Association; Scott Krakower, DO, adolescent psychiatrist, Zucker Hillside Medical Center, Great Neck, N.Y.; Karin Mack, associate director, science, division of injury prevention, U.S. Centers for Disease Control and Prevention; Morbidity and Mortality Weekly Report, April 28, 2023

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