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Los pacientes que se recuperan de la COVID con frecuencia se enfrentan a 'lagunas mentales' a largo plazo

LUNES, 25 de octubre de 2021 (HealthDay News) -- Incluso meses tras superar una COVID-19, muchas personas sufren lapsus de memoria, dificultades para concentrarse y otros síntomas de "lagunas mentales", muestra un estudio reciente.

Los investigadores encontraron que este tipo de síntomas eran prevalentes siete meses tras un diagnóstico de COVID, tanto en pacientes que enfermaron de gravedad y fueron hospitalizados, como en los que gestionaron un caso leve en casa.

Los pacientes que se recuperan de la COVID con frecuencia se enfrentan a 'lagunas mentales' a largo plazo

Junto con la persistencia de las lagunas mentales, lo llamativo es que muchos pacientes eran relativamente jóvenes y sanos, señaló la investigadora principal, Jacqueline Becker, neuropsicóloga de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

Su edad promedio era de 49 años, y la mayoría estaban libres de afecciones de salud como la diabetes y la hipertensión.

El estudio, que se publicó en la edición del 22 de octubre de la revista JAMA Network Open, es el más reciente en observar el misterio de la "COVID prolongada", que es un conjunto de síntomas persistentes de los que sufren las personas mucho después de haber superado la infección. Lo más misterioso es el hecho de que la COVID prolongada ocurre incluso en personas que solo han sufrido una enfermedad leve.

Becker y sus colaboradores evaluaron a 740 pacientes con un historial de COVID-19, a quienes se daba seguimiento a través de un registro de Mount Sinai. En promedio, habían pasado la COVID hacía más de siete meses.

Sin embargo, los síntomas cognitivos persistentes fueron comunes, entre ellos alteraciones en pruebas de la atención, la memoria y la velocidad de procesamiento mental.

Los pacientes que habían estado hospitalizados fueron los más afectados: más de un tercio mostraron alteraciones en varias pruebas de la memoria, mientras que más de una cuarta parte tenían problemas con la función ejecutiva, que son las habilidades mentales, como la planificación y la organización, que las personas utilizan de forma rutinaria para realizar las tareas diarias.

Entre las personas que han gestionado la COVID en casa, entre un 12 y un 16 por ciento de cualquier forma presentaban alteraciones de la memoria o de la función ejecutiva.

En la vida diaria, apuntó Becker, estos tipos de déficits podrían presentarse como dificultades para concentrase o cometer errores en el trabajo, por ejemplo.

El Dr. Lawrence Purpura, que no participó en el estudio, estableció una clínica para la COVID prolongada en el Centro Médico Irving Nueva York-Presbiteriano/Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.

Dijo que no es sorprendente que algunos pacientes con COVID tengan problemas a largo plazo relacionados con la enfermedad.

Por ejemplo, los médicos saben que las personas gravemente enfermas en los hospitales desarrollan un "síndrome post-UCI", un conjunto de síntomas que incluyen desde debilidad muscular y fatiga hasta problemas cognitivos y estrés postraumático. Y dado que el SARS-CoV-2 es un virus respiratorio, se puede prever cierto grado de problemas respiratorios persistentes.

Lo que resulta sorprendente, apuntó Purpura, es la prevalencia de COVID prolongada entre personas que tuvieron una enfermedad leve con la infección.

En su propia investigación, él y sus colaboradores han encontrado que los pacientes que tuvieron casos leves son casi igual de propensos a reportar al menos un síntoma neurológico de la COVID prolongada que los que enfermaron de gravedad.

Y aunque las lagunas mentales son un problema, la COVID prolongada incluye una amplia variedad de síntomas, entre ellos fatiga, dolores de cabeza, dolores de las articulaciones, palpitaciones del corazón y problemas gastrointestinales.

Los investigadores siguen trabajando para comprender cuáles son los mecanismos subyacentes, según Purpura.

"Nuestra mejor hipótesis es que implica una activación excesiva del sistema inmunitario", indicó.

Becker se mostró de acuerdo en que una activación excesiva de este tipo, que resulte en una inflamación generalizada del cuerpo, podría estar implicada.

¿Cómo es la recuperación de las lagunas mentales? Becker comentó que los investigadores tardarán un tiempo en comprender con qué frecuencia las personas mejoran solas, o averiguar cómo gestionar una "nueva normalidad", por ejemplo. Aseguró que, con algo de suerte, los estudios posteriores también conducirán a unas formas más dirigidas de ayudar a los pacientes en su recuperación.

Purpura dijo que, en su experiencia, ha visto a pacientes que mejoran de forma gradual en cuestión de meses. Otra situación común es que los pacientes sufran recaídas, cuando un desencadenante (quizá agotarse mentalmente) provoca que sus síntomas cognitivos se exacerben durante un tiempo, observó.

Aprender a controlar el ritmo forma parte de la gestión de los síntomas cognitivos posteriores a la COVID.

Becker animó a las personas con síntomas persistentes posteriores a la COVID a hablar con el médico. Un motivo, anotó, es que podría haber causas específicas para algunos de los problemas. En algunos casos, por ejemplo, los problemas de memoria y otros síntomas cognitivos pueden relacionarse con la depresión.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre la COVID prolongada.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com


FUENTES: Jacqueline Becker, Ph.D., neuropsychologist, Icahn School of Medicine at Mount Sinai, New York City; Lawrence Purpura, M.D., division of infectious diseases, NewYork-Presbyterian/Columbia University Irving Medical Center, New York City; JAMA Network Open, Oct. 22, 2021, online

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