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Las prohibiciones de los desalojos y los cortes de servicios frenan a las infecciones con la COVID: estudio

LUNES, 8 de febrero de 2021 (HealthDay News) -- Las prohibiciones de los desalojos y los cortes de servicios básicos durante la pandemia quizá no solo mantengan a las personas seguras y calientes en sus hogares: también podrían limitar la propagación de la COVID-19, sugiere una investigación reciente.

En los primeros nueve meses de la pandemia, encontró el estudio, los condados de EE. UU. con esas políticas redujeron las tasas de infección con la COVID-19 en alrededor de un 4 por ciento.

Las prohibiciones de los desalojos y los cortes de servicios frenan a las infecciones con la COVID: estudio

El impacto en las muertes pareció ser más notable: las moratorias de los desalojos, específicamente, se vincularon con una reducción de un 11 por ciento en las muertes relacionadas con la COVID, mientras que las prohibiciones de la suspensión de los servicios básicos se vincularon con una reducción del 7 por ciento.

Los hallazgos no pueden probar que las protecciones de vivienda previnieran de forma directa a las infecciones con la COVID-19, apuntaron los investigadores.

Pero el equipo, de la Universidad de Duke, tomó en cuenta muchos factores adicionales que podrían explicar la conexión, por ejemplo las medidas estatales y federales que se implementaron en ese periodo, desde las órdenes de confinamiento en casa hasta la obligatoriedad del uso de las máscaras. También sopesaron la información demográfica de los condados, como los ingresos medios y la cobertura de seguro de salud, el porcentaje de adultos mayores y los porcentajes de personas con obesidad y diabetes.

Aun así, las políticas para que las personas pudieran permanecer en sus viviendas parecieron importar.

Y tiene sentido, según la investigadora Kay Jowers, asociada sénior de política del Instituto de Soluciones de Política Ambiental de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.

Cuando las personas son desalojadas de sus hogares, es probable que tengan que mudarse con sus familiares o amigos, o acudir a un refugio. Durante una pandemia, en que el distanciamiento social es crítico, esto hace que más personas sean vulnerables, apuntó Jowers.

Si algunas personas en esas viviendas hacinadas también son trabajadores esenciales, la situación es incluso más riesgosa, anotó.

A principios de la pandemia, el gobierno federal implementó una suspensión temporal de los desalojos, que debía expirar el 31 de enero de 2021. Desde entonces, la amplió hasta el 31 de marzo de 2021.

Pero la prohibición nacional tuvo limitaciones, y las políticas locales ayudaron a fortalecer las protecciones para los inquilinos, según Diane Yentel, presidenta de la Coalición Nacional de Viviendas para Personas de Bajos Ingresos, en Washington, D.C.

Yentel se mostró de acuerdo en que es probable que estas medidas ayudaran a contener la propagación de la COVID-19, al evitar que los estadounidenses recurrieran a las viviendas comunitarias.

"Incluso antes de la pandemia, estaba claro que la vivienda es atención de la salud", aseguró Yentel, que no participó en el nuevo estudio.

Una vivienda estable y segura es clave para el bienestar físico y mental, anotó, ya sea que esto signifique proteger a los niños de intoxicación con plomo o evitar la exposición a los desencadenantes del asma, como las cucarachas.

Un estudio reciente de California también encontró una conexión entre la vivienda asequible y el uso de la atención de la salud. De las personas que se habían mudado en los últimos cinco años porque no podían pagar la hipoteca o el alquiler, alrededor del 27 por ciento prescindieron o retrasaron la atención médica que necesitaban.

"Y, sin duda, durante la pandemia de COVID-19, el vínculo entre la vivienda y la salud pública se ha aclarado", añadió Yentel.

La capacidad de permanecer en casa, sin hacinamiento, es esencial para el riesgo de cualquier persona de contraer la infección y para controlar su propagación en la comunidad.

El estudio, que se publicó como un documento de trabajo de la Oficina Nacional de Investigación Económica, también incluyó algunos cálculos "hipotéticos".

Si las moratorias se hubieran implementado en todos los condados de EE. UU. a partir del 1 de marzo del año pasado, se podría haber reducido las infecciones con la COVID-19 en un 14 por ciento, estimaron los investigadores. Dijeron que las muertes se podrían haber reducido en hasta un 40 por ciento.

El coautor del estudio, Christopher Timmins, advirtió que se trata de estimados. Pero la idea dominante, enfatizó, es que "estas políticas son buenas para la salud pública, en general".

Si bien mantener a las personas en sus casas, con calor y agua caliente, es sin duda algo bueno, también es una medida provisional.

"Al final de la pandemia, no deseamos que las personas sean desalojadas", dijo Timmins, profesor de economía de la Duke.

Las moratorias de los desalojos fueron solo "media medida", aseguró Yentel.

Hay que pagar las facturas de alquiler y servicios, y en este momento, apuntó Yentel, se estima que, colectivamente, los estadounidenses tienen un atraso de 57 mil millones de dólares.

"Esto es mucho más de lo que podrán pagar", dijo.

El gobierno federal ha intervenido. La medida de alivio para la COVID que se promulgó a finales de año pasado proveyó 25 mil millones de dólares en asistencia de emergencia para los inquilinos que están atrasados con sus facturas.

Si bien esto es positivo, dijo Yentel, claramente no es suficiente, y la pandemia no ha acabado.

El paquete de alivio para la pandemia propuesto por el Presidente Joe Biden, de 1.9 billones de dólares, proveería 30 mil millones de dólares adicionales en ayuda a los inquilinos que tienen dificultades.

Yentel apuntó a otro factor: EE. UU. tenía una crisis de vivienda asequible antes de la pandemia, y no desaparecerá cuando la pandemia acabe.

Esta es una oportunidad de hacer reformas abarcadoras que ayuden a los estadounidenses con unos ingresos bajos a obtener una vivienda asequible, planteó Yentel. Entre ellas se encuentran la inversión en viviendas públicas nuevas, cambios en las leyes de zonificación que limitan las viviendas residenciales, y poner unos cupones para la vivienda a disposición de todos los estadounidenses necesitados elegibles según sus ingresos.


Más información

La Coalición Nacional de Viviendas para Personas de Bajos Ingresos ofrece más información sobre la COVID-19 y la vivienda.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Kay Jowers, PhD, JD, senior policy associate, Nicholas Institute for Environmental Policy Solutions, Duke University, Durham, N.C.; Christopher Timmins, PhD, professor, economics, Duke University, Durham, N.C.; Diane Yentel, president and CEO, National Low-Income Housing Coalition, Washington, D.C.; National Bureau of Economic Research working paper, Jan. 25, 2021

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