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La financiación colectiva para los costos médicos casi siempre fracasa

VIERNES, 4 de febrero de 2022 (HealthDay News) -- Casi sin duda ha visto las solicitudes mientras explora las redes sociales: mediante lo que se conoce como financiación colectiva (crowdfunding), las personas intentan recaudar dinero para pagar las crecientes facturas médicas de un ser querido.

Pero una investigación reciente muestra que estas campañas comunitarias raras veces recaudan suficiente dinero como para hacer una diferencia.

La financiación colectiva para los costos médicos casi siempre fracasa

Según GoFundMe, que acapara más de un 90 por ciento del mercado de financiación colectiva de EE. UU., más de un tercio de sus iniciativas de recaudación de fondos son para necesidades médicas.

Pero la financiación colectiva se debe considerar como un "síntoma" del fracaso del sistema de atención de la salud de EE. UU., no como una solución, planteó Sara Collins, vicepresidenta de cobertura y acceso de la atención de la salud de Commonwealth Fund, una organización sin fines de lucro, que no participó en el estudio. Más bien, los legisladores deberían resolver los motivos de que los estadounidenses tengan que recurrir a campañas en línea, anotó.

Esto podría incluir la ampliación de Medicaid, el programa de seguro de salud del gobierno para los estadounidenses con unos ingresos bajos, además de medidas para reducir los gastos de desembolso de las personas que tienen un seguro privado.

Bajo la "Obamacare", la mayoría de los estados de EE. UU. ampliaron sus programas de Medicaid para cubrir a más residentes. Pero 12 estados, la mayoría en el Sur, se han resistido.

Con frecuencia, se ha hablado de la financiación colectiva para las facturas médicas como una red de seguridad "ad-hoc", un lugar al que recurrir para las personas sin seguro o con un seguro insuficiente en momentos de necesidad.

Pero los nuevos hallazgos, que se publicaron en la edición del 3 de febrero de la revista American Journal of Public Health, revelan una realidad distinta.

Las personas que afrontan una deuda médica con frecuencia se enfrentan a unos costos "astronómicos", explicó la investigadora principal, Nora Kenworthy, profesora asociada de la Universidad de Washington, en Bothell.

Entonces, incluso una campaña de financiación colectiva que resulte relativamente bien podría quedarse corta para librar a las personas de las facturas médicas.

Los sitios de financiación colectiva tampoco hacen lo que una red de seguridad real haría, apuntó Kenworthy, es decir, rescatar a las personas de forma igualitaria.

En el estudio, ella y su colaborador, Mark Igra, recolectaron datos del sitio web de GoFundMe, y usaron su motor de búsqueda para encontrar campañas en todos los códigos postales de EE. UU.

Los investigadores encontraron más de 437,000 campañas de financiación colectiva en la categoría de necesidades médicas entre 2016 y 2020. En total, estas campañas recaudaron 2 mil millones de dólares, una cifra que suena impresionante.

Pero hubo una amplia variación en el éxito de las campañas: la que mejor resultó recaudó 2.4 millones de dólares, de más de 70,000 donantes, mientras que un 16 por ciento de esas campañas no recaudaron nada.

Cuando las campañas recolectaron dinero, en general tuvieron un éxito modesto, con una mediana de 1,100 dólares en 2020. ("Mediana" significa que la mitad de las campañas recaudaron más, y la mitad menos).

Y a lo largo de los años del estudio, casi un 90 por ciento de las campañas no lograron alcanzar sus metas; la mitad alcanzaron un 25 por ciento, mientras que un tercio recaudaron la mitad de lo que esperaban.

¿Quién tuvo el mayor éxito con la financiación? Las personas que ya tenían algunas ventajas.

El estudio encontró que más campañas se lanzaron en los estados de EE. UU. con las tasas más altas de deuda médica y las tasas más bajas de residentes asegurados. Pero esas mismas campañas son las que menos ganaron.

Al ver los datos según los ingresos, se observó un patrón similar: las campañas en la quinta parte de los códigos postales de EE. UU. con los mayores ingresos reunieron 152 millones de dólares en 2020. Esto es en comparación con 70 millones de dólares en la quinta parte de los códigos postales de EE. UU. con los ingresos más bajos.

Esta disparidad no resulta sorprendente. "Las redes sociales tienen mucho que ver", dijo Igra, estudiante de postgrado en sociología. "La mayoría de las campañas no llegan a muchas personas. No se hacen virales".

Más bien, aclaró Igra, las personas que intentan hacer una financiación colectiva llegan a las personas que conocen. Y, para los estadounidenses con unos ingresos bajos, en general esto significa otras personas que se enfrentan a dificultades financieras similares.

Nadie está aconsejando a las personas que eviten la financiación colectiva. Incluso 1,000 dólares podría ayudar con las necesidades médicas, aseguró Kenworthy.

Pero las personas deben ser conscientes de que las grandes campañas que se propagan por las redes sociales no son típicas, anotaron los investigadores. La financiación colectiva también puede plantear desventajas, anotó Kenworthy, como problemas de privacidad e ingresos que podrían considerarse como ganancias.

Todos concurrieron en que la tendencia a la financiación colectiva apunta a unos problemas sistémicos subyacentes: muchos estadounidenses necesitan una mejor cobertura de atención de la salud y programas de asistencia social.

Y, en última instancia, enfatizó Collins, lo que hay que resolver son los altísimos costos de la atención de la salud en Estados Unidos.

"El problema no es la utilización, sino los precios", añadió.

Más información

USA.gov ofrece información sobre cómo obtener ayuda del gobierno para las facturas médicas.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Nora Kenworthy, PhD, associate professor, nursing and health studies, University of Washington, Bothell; Mark Igra, MA, graduate student, sociology, University of Washington, Bothell; Sara Collins, PhD, vice president, health care coverage and access, Commonwealth Fund, New York City; American Journal of Public Health, Feb. 3, 2022, online

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