En general, la expectativa de vida de los residentes del condado de Los Ángeles era de alrededor de 82 años en el 2011, comparado con cerca de 76 años en 1991, de acuerdo con un reporte del Roybal Institute of Aging de la Universidad del Sur de California. Gran parte de esta mejora se puede atribuir a la disminución de la enfermedad cardíaca coronaria, los ataques cerebrales y el cáncer de pulmón, destacó el informe.
Pero los afroamericanos pueden esperar vivir un promedio de sólo unos 76 años, mientras que el promedio para los asiáticos y habitantes de las Islas del Pacífico se aproxima a los 86, según el informe. Y los residentes que han llegado a los 50 años en la parte del condado más rica, al oeste, tienen una esperanza de vida de alrededor de cinco años más que aquéllos que viven en la extensa zona pobre del sur de Los Ángeles.
De la misma manera, los investigadores hallaron marcadas diferencias entre grupos étnicos cuando se trata de enfermedades crónicas. Los latinos de 50 años o más que viven en el condado tienen el doble de tasa de diabetes que los blancos no hispanos, y los afroamericanos mayores tienen una tasa mucho mayor de hipertensión que otros grupos étnicos.
El informe presenta una detallada y exhaustiva pintura de los desafíos en el cuidado de las personas que están envejeciendo, en un condado en donde cerca de la mitad de los residentes de 50 años o más nacieron en el extranjero y más de dos tercios dicen que no hablan inglés muy bien. Los investigadores esperan que esta información guíe al condado y a los líderes estatales en la búsqueda de una mejor calidad de vida para las personas mayores.
Las disparidades en el condado de Los Ángeles son un espejo de las tendencias nacionales y pueden arrojar luz sobre los desafíos que se enfrentan en todo el país. Se espera que el número de residentes del condado de más de 50 años aumente un 27 por ciento para el 2020, y el número de residentes de más de 65 años aumentará un 43 por ciento. La mayor parte del aumento en California será entre latinos.
Uno de los hallazgos que más perturbó a los investigadores fue la diferencia en el número de médicos con licencias profesionales en las comunidades a lo largo del condado. En el sur de Los Ángeles, por ejemplo, menos de 50 doctores por cada 100.000 residentes tienen licencias para practicar la medicina, comparado con más de 1.000 doctores en la zona oeste del condado.
"La distribución de estos recursos de cuidado de salud están densamente concentrados en las áreas más ricas del condado de Los Ángeles”, dijo William Vega, director ejecutivo del Roybal Institute.
En general, expresó Vega, no hay suficientes profesionales de la salud para hacer frente a la creciente población de la tercera edad, un 20 por ciento de los cuales dice que su salud es regular o mala. Incluso con la cobertura de Medicare para los adultos mayores y la expansión de los seguros para los jóvenes bajo la Ley de Cuidado de Salud, el 25 por ciento de los adultos aún carece de atención regular, según el informe.
Esto hace que algunos adultos mayores recurran a los hospitales para la atención primaria y el manejo de enfermedades crónicas, dijo Vega. La gran mayoría de las visitas de los adultos mayores de 50 a las salas de emergencia en el 2013 fue por la presión arterial alta.
Las disparidades en la prevalencia de enfermedades crónicas y en la distribución de los profesionales de la salud es una “crisis emergente” y no se limita al condado de Los Ángeles, dijo Lucille Roybal-Allard, demócrata que representa gran parte de la región suroeste del condado.
"Existe en todo Estados Unidos, donde los profesionales de la salud se están jubilando en mayor número que los nuevos trabajadores que se incorporan a la profesión", aseguró.
Roybal-Allard, hija del fallecido congresista Edward R. Roybal —el instituto de envejecimiento lleva su nombre—dijo que las autoridades no invierten suficientes recursos en los centros de la tercera edad y otros programas para las personas mayores.
"En cualquier medida, Los Ángeles, nuestro estado y nuestra nación no están preparados para el impacto de nuestro cambio demográfico, la fuerza de trabajo inadecuada y los numerosos desafíos sociales y de salud que representan", dijo.
El informe fue elaborado como parte de la iniciativa de un envejecimiento saludable del condado, en colaboración con investigadores de la USC, UCLA y de organizaciones de salud pública.
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