El trabajo en turnos podría hacer más daño a la salud de los hombres que a la de las mujeres

MIÉRCOLES, 17 de mayo de 2023 (HealthDay News) -- Trabajar de noche puede ser duro para el cuerpo, y un nuevo estudio sugiere que quizá sea particularmente oneroso para la salud de los hombres.

La investigación, enfocada en ratones de laboratorio y en humanos, apunta a que los machos de las especies quizá sean más vulnerables a las alteraciones del "reloj corporal" que el trabajo en turnos conlleva.

El trabajo en turnos podría hacer más daño a la salud de los hombres que a la de las mujeres

En el laboratorio, los investigadores encontraron que los ratones macho mostraban una variedad de efectos negativos al ser expuestos a unos ciclos de día y noche anómalos. Todo, desde su actividad genética hasta sus bacterias intestinales y su presión arterial, se descontroló.

Al contrario, los ratones hembra parecieron estar protegidos en gran medida.

Entonces, usando datos de más de 90,000 trabajadores en turnos de Reino Unido, los investigadores encontraron que los hombres también parecían verse más afectados. Los hombres que trabajaban turnos de noche eran más propensos que los hombres que trabajaban en un horario estándar a tener el síndrome metabólico, que es un conjunto de factores de riesgo de la enfermedad cardiaca y la diabetes, que incluyen a una presión arterial, un colesterol y un azúcar en la sangre elevados, además de grasa excesiva alrededor de la cintura.

Por otra parte, las mujeres que trabajaban en turnos también tenían un riesgo más alto de síndrome metabólico que las mujeres que trabajaban en un horario estándar. Pero este riesgo se redujo después de que los investigadores tomaran en cuenta el tipo de trabajo, por ejemplo, si las personas que trabajaban en turnos eran una profesional médica o una empleada de una fábrica.

El tipo de trabajo es importante, porque no todos los trabajos en turnos son iguales, señaló el investigador, el Dr. Garret FitzGerald, profesor de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia.

Hay distintas exposiciones, dependiendo del trabajo, apuntó, y diferencias en el nivel educativo y los ingresos de los trabajadores, entre otras cosas.

En conjunto, apuntó FitzGerald, los hallazgos sugieren que el trabajo en turnos podría tener un impacto más bajo en el reloj corporal femenino, aunque los motivos no están claros.

Los experimentos en laboratorio apuntaron a que el estrógeno tiene un rol: los ratones hembra cuyos ovarios se extirparon, y que por tanto no producían estrógeno, contaron con menos protección contra el impacto de los ritmos de día y noche alterados que los ratones hembra con una producción normal de estrógeno.

Pero esta no era toda la historia, apuntó FitzGerald, dado que a los ratones macho seguía yéndoles peor.

El estudio, que se publicó en la edición del 17 de mayo de la revista Science Translational Medicine, es el más reciente de los que examinan los daños potenciales del trabajo en turnos.

Investigaciones anteriores han vinculado el trabajo en turnos con aumentos en el riesgo de hipertensión, diabetes, enfermedad cardiaca y otras afecciones. Se piensa que podría haber motivos indirectos (es más difícil tener una alimentación saludable y hacer ejercicio cuando se trabaja de noche), además de efectos directos del cambio entre día y noche.

Los ritmos circadianos naturales del cuerpo humano establecen que las personas sean activas y coman durante el día, y que duerman cuando está oscuro. El trabajo en turnos altera a estos ritmos.

Pero algunas investigaciones han apuntado a que las mujeres que trabajan en turnos quizá sean más resilientes ante estos efectos que sus contrapartes masculinas, y que los hombres muestran unas tasas más altas de síndrome metabólico y diabetes.

El nuevo estudio, comentó FitzGerald, profundiza más en los mecanismos potenciales. La parte en el laboratorio mostró que cuando los ritmos circadianos de los ratones macho se alteraban, los efectos eran amplios. (A los animales también se les alimentó con una dieta rica en grasa, similar a los patrones de alimentación de muchas personas que trabajan en turnos nocturnos).

"Lo llamativo fue lo generalizada que es la alteración", dijo FitzGerald. "Los genes, las proteínas, los gérmenes intestinales, la presión arterial... todo se desreguló".

Pero los ratones hembra expuestos a la misma alteración de los ritmos circadianos y a la dieta rica en grasa no se vieron afectados en gran medida.

La parte humana del estudio usó datos del UK Biobank, un proyecto de investigación que recolecta información genética y de la salud de medio millón de adultos británicos de mediana edad y mayores.

Los investigadores identificaron a 90,000 participantes con un historial de trabajo en turnos, y los compararon con los participantes que solo habían trabajado en turnos estándar. Entre los hombres, alrededor de un tercio de los trabajadores en turnos tenían el síndrome metabólico, en comparación con poco más de una cuarta parte de los que no trabajaban en turnos.

La afección fue menos prevalente entre las mujeres en general, y la diferencia entre las trabajadoras en turnos y otras trabajadoras fue más pequeña. Entonces, después de que los investigadores tomaran en cuenta el tipo de trabajo, ya no hubo una diferencia significativa entre las mujeres que trabajaban en turnos y las demás, señaló FitzGerald. Pero la diferencia persistió entre los hombres.

Aunque los hallazgos en humanos respaldan a los hallazgos en el laboratorio, una especialista en medicina del sueño que no participó en el estudio advirtió que hay una gran brecha entre los ratones de laboratorio y las personas que trabajan en turnos.

"No quiero que las personas interpreten que esto afirma que el trabajo en turnos no es malo para las mujeres", enfatizó la Dra. Sabra Abbott, profesora asociada de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Suroeste, en Chicago.

"Esto sugiere que el trabajo en turnos podría ser un poco menos malo para las mujeres, pero necesitamos más investigaciones para averiguar por qué", planteó Abbott.

"Es interesante que vieran esta señal", añadió. "Pero hay que tomárselo con un grano de sal".

FitzGerald también subrayó que todo este tema es complejo. Encontrar algún vínculo definitivo entre los riesgos de enfermedad y el trabajo en turno es difícil, aseguró, porque hay muchas variables, entre ellas las diferencias en el nivel educativo, los ingresos y las exposiciones diarias, entre las personas que tienen distintos tipos de trabajo.

Hechas estas salvedades, ambos expertos comentaron que los hallazgos resaltan los efectos potenciales del trabajo en turnos para la salud.

De manera más amplia, anotó FitzGerald, todo el mundo debe ser consciente de la importancia de una "buena higiene del sueño". Esto incluye recibir luz del sol durante el día, indicó, así como apagar los dispositivos (y su luz artificial) de noche.

Más información

La Sleep Foundation ofrece más información sobre una buena higiene del sueño.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Garret A. FitzGerald, MD, professor, translational medicine and therapeutics, University of Pennsylvania Perelman School of Medicine, Philadelphia; Sabra M. Abbott, MD, PhD, associate professor, neurology, sleep medicine division, Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago; Science Translational Medicine, May 17, 2023, online

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