El difícil camino de recuperación de la adicción a los opioides de una pareja

En 2016, casi 174 estadounidenses murieron cada día debido a sobredosis de medicamentos y drogas, y unos dos tercios de esos fallecimientos fueron provocados por opioides. Las estadísticas son sorprendentes, y hacen que el problema parezca un caso perdido.

Pero, ¿lo es?

El difícil camino de recuperación de la adicción a los opioides de una pareja
En general, la recuperación no ocurre con un solo intento.

Vencer una adicción, ya sea a los opioides (como OxyContin), a la metanfetamina o a otra cosa, sin duda es un reto y un proceso continuo. Con frecuencia, la recuperación no ocurre con un solo intento. Las personas frecuentemente recaen una o más veces durante el proceso, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU.

Pero es posible recuperarse incluso de las adicciones más graves.

Solo hay que preguntarle a Katelyn y Jeffrey Hoglund, una pareja del área de Cincinnati. Antes de conocerse, su adicción era tan grave que sus vidas cotidianas se centraban exclusivamente en conseguir la próxima dosis.

Hoy, están celebrando cinco años libres de sustancias, y su primer aniversario de bodas (se conocieron mientras se recuperaban). Ambos tienen buenos trabajos, y acaban de comprar una nueva casa para darles más espacio a sus cinco perros.

Los caminos que conducen a la adicción

Pero sus viajes no estuvieron exentos de problemas. "No creía para nada que podía ser algo más que una drogadicta cuando consumía", comentó Katelyn.

Tanto Katelyn como Jeffrey se sorprendieron de lo fácil que es convertirse en un adicto.

En el caso de Katelyn, todo comenzó en una fiesta donde tomó unas pastillas analgésicas opioides. Le gustó la sensación de drogarse, y comenzó a usarlas cada vez más. Apuntó que fue ingenua, y que no se dio cuenta de que las pastillas eran adictivas.

"Pensé que como estaban hechas en un laboratorio, no podían ser malas. Pero un día me levanté y me sentía realmente enferma", dijo. "No lo sabía en ese momento, pero estaba enferma por la abstinencia. Ese mismo día conseguí algunas pastillas, y recuerdo vívidamente que me sentí mejor, y entonces pensé 'vaya...'".

Pero siguió usándolas, y dijo que probablemente pasaron solo uno o dos meses antes de que supiera que tenía una adicción. El punto de inflexión fue cuando pasó de las pastillas analgésicas a inyectarse heroína. "En ese punto, mi vida estaba destrozada", comentó.

Katelyn dijo que consumió durante probablemente cinco años, y durante ese tiempo la arrestaron unas cuantas veces, incluso por robarle una gran cantidad de dinero a sus padres.

"Al final comencé a pagar las consecuencias", dijo. "Me levantaba por la mañana enojada de haberme despertado, de no haber sufrido una sobredosis. Sabía que no podía seguir viviendo así".

Katelyn se entregó a las autoridades, y le dieron una oportunidad de ir a un centro de tratamiento para pacientes internos en lugar de la cárcel.

La historia de Jeffrey es similar. Tenía una relación muy estrecha con sus padres, sobre todo su papá. En 2001, se enteró de que su papá tenía cáncer de páncreas. Se sintió devastado. Un amigo le dijo "compañero, no tienes que sentirte así". Esa noche fue la primera vez que probó las drogas duras.

"La droga me dio todo lo que ni sabía que estaba buscando, y desde ese momento hasta 2013 (12 años) no importaba qué drogas consiguiera, siempre y cuando no tuviera que sentir nada", contó Jeffrey.

Como Katelyn, dijo que su vida anterior se destrozó cuando cruzó la línea y se inyectó drogas. Jeffrey también fue arrestado y entró a rehabilitación para la drogadicción varias veces antes de al final tomarse la recuperación en serio.

El respaldo es esencial para la recuperación

¿Qué hizo que su última estancia en rehabilitación fuera la vencida?

Jeffrey dijo que no está seguro del todo, pero cree que las visitas semanales de su mamá ayudaron. Su mamá lo animaba y le dijo que vio que algo iba cambiando en él. "Siempre pensé que moriría siendo un drogadicto. Pero verme a través de sus ojos me permitió verme a mí mismo como algo mejor", señaló.

Marjorie Clifton, directora ejecutiva del Centro de Farmacias Seguras de Internet, dijo que lo que muchas personas no comprenden sobre la adicción a los opioides, en particular, es que esas sustancias reprograman al cerebro.

"Las personas adictas a los opioides no buscan sentirse drogadas, intentan evitar enfermar por la abstinencia. Se ponen tan enfermos cuando el efecto de la droga pasa que harían cualquier cosa para evitar sentirse así, y es algo que uno no puede comprender a menos que haya pasado por ello", afirmó Clifton.

Fred Muench, director ejecutivo de Partnership for Drug-Free Kids, y adicto en recuperación, dijo que el estigma que rodea a la adicción es un problema inmenso.

"He escuchado a personas preguntar por qué se debería resucitar a las personas que han sufrido sobredosis, porque creen que la adicción es una elección. Pero la adicción es una enfermedad, e independientemente de qué provoca esa enfermedad, debemos dejar de culpar al individuo y de ver a la adicción como un fracaso moral. La adicción es la única enfermedad que tratamos mandando a las personas a la cárcel", lamentó.

Muench dijo que si uno tiene seguro, es probable que tenga opciones de tratamiento. Las tasas de éxito no son drásticamente distintas entre el tratamiento de paciente interno y el ambulatorio, pero cualquier opción que elija, asegúrese de investigar el centro de tratamiento y asegurarse de que su mercadeo no se base en promesas incumplibles. Los familiares pueden ayudar en esa investigación si quieren involucrarse, sugirió.

Las personas sin seguro tienen que depender de los programas gubernamentales estatales y locales. Con frecuencia, esos programas tienen listas de espera, anotó.

Muench también animó a los familiares a no darse por vencidos, aunque su ser querido haya tratado de dejar las drogas una y otra vez. Pero, añadió, es importante fijar unos límites, y el respaldo no necesariamente significa darle dinero a alguien.

"Comprenda que el hecho de ofrecer ayuda puede cambiarle la vida a alguien. Cuando yo no podía sentir esperanza, otras personas cercanas que podían ver que yo no era una mala persona, sino simplemente alguien que estaba pasando por dificultades, me dieron esperanza. Eso puede hacer que en lugar de pensar en suicidarse alguien vaya a tratamiento", enfatizó Muench.

Más información

Para más información sobre un uso seguro de los medicamentos y qué opciones de tratamiento hay disponibles para las personas adictas a las sustancias, visite MedicineSafe.

Comparte tu opinión