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Durante la pandemia, el trabajo en un hospital era como una zona de guerra, según un estudio

MARTES, 5 de abril de 2022 (HealthDay News) -- Los trabajadores de la atención de la salud que luchan contra la pandemia podrían sufrir unos traumas morales con una frecuencia parecida a la de los soldados en las zonas de guerra, sugiere un estudio reciente.

Durante la pandemia han salido a la luz toda una serie de historias de trabajadores de la atención de la salud sobrecargados, que se enfrentan a repetidas oleadas de COVID, a la escasez de recursos y a la resistencia del público a las vacunas que pueden evitar que las personas tengan que internarse en el hospital. El sufrimiento de los trabajadores con frecuencia se conoce como agotamiento laboral.

Durante la pandemia, el trabajo en un hospital era como una zona de guerra, según un estudio

Pero el nuevo estudio observó un concepto distinto, llamado "daño moral". Se refiere al daño sufrido cuando las personas provocan, son testigos o no logran prevenir actos que violentan a sus creencias morales.

El daño moral se definió por primera vez hace poco más de una década, en veteranos militares que quedaron marcados por sus experiencias de combate, pero en una forma que era distinta de la ansiedad, las pesadillas y los recuerdos vívidos que caracterizan al trastorno por estrés postraumático (TEPT).

"Es distinto del TEPT", señaló el autor principal, Jason Nieuwsma, profesor asociado de psiquiatría y ciencias de la conducta de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte. "Se trata más de la culpa, la vergüenza, la pérdida del sentido de la identidad, o sentirse traicionado por las figuras de autoridad cuando se está en una situación de alto riesgo".

La mayor parte de la investigación sobre el daño moral se ha enfocado en militares. Pero, en los últimos años, ha habido un creciente reconocimiento de que el daño moral también afecta a los médicos, enfermeros y otros trabajadores de la atención de la salud.

"Esto no comenzó con la pandemia", aseguró la Dra. Wendy Dean, cofundadora de Moral Injury of Healthcare, una organización sin fines de lucro. Pero, añadió, la pandemia ha puesto el foco en la situación hasta tal punto que "no podemos pasarla por alto".

La organización sin fines de lucro está trabajando para replantear como daño moral lo que hace mucho que se describe como agotamiento laboral, y para identificar sus causas. Lo que está claro es que los profesionales médicos no solo están saturados de trabajo y fatigados.

"Todos los que entran en el campo saben que va a ser difícil. Saben que va a ser agotador", aseguró Dean, que no participó en el estudio. "Lo que no previeron fue lo difícil que sería administrar a los pacientes la atención que necesitan".

Según Dean, los orígenes del daño moral de los trabajadores de la atención de la salud están en el sistema de atención de la salud en sí. Los proveedores desean dar a cada paciente la mejor atención que saben dar, pero la parte empresarial de la atención de la salud puede erigir barreras.

"Se pide de forma constante a los trabajadores de la atención de la salud que negocien entre las necesidades de sus pacientes y las necesidades de su organización", señaló Dean.

"Los profesionales clínicos saben lo que sus pacientes necesitan", añadió, "pero debido a restricciones fuera de su control, quizá no puedan proveerlo".

Durante la pandemia de la COVID-19, los problemas existentes se magnificaron y aparecieron otros nuevos. Los trabajadores de la atención de la salud quizá hayan experimentado el racionamiento de la atención, el riesgo de su propia seguridad debido a la falta de equipo de protección, o tal vez tuvieran que ejecutar políticas que evitaban que las familias visitaran a un ser querido agonizante, por nombrar apenas algunos ejemplos.

Aun así, la investigación sobre el daño moral en la atención de la salud está en su infancia, dijo Dean, y todavía queda mucho por aprender sobre su prevalencia, consecuencias y soluciones.

En el nuevo estudio, Nieuwsma y sus colaboradores deseaban comparar los patrones de daño moral entre los trabajadores de la atención de la salud con los de los veteranos de combate.

Encuestaron a casi 2,100 profesionales de la atención de la salud que trabajaron durante la pandemia, además de 618 veteranos miliares desplegados en zonas de combate después del 11 de septiembre de 2001.

En general, encontró el estudio, los dos grupos eran similares en cuanto a los informes de indicadores de daño moral. Poco más de la mitad de los trabajadores de la atención de la salud se mostraron de acuerdo con la afirmación "Me preocupa haber sido testigo de la acciones inmorales de otras personas", al igual que un 46 por ciento de los veteranos.

Por otra parte, un 18 por ciento de los trabajadores de la atención de la salud y un 24 por ciento de los veteranos dijeron que les preocupaba haber transgredido sus propios estándares morales.

Estas son señales de un daño moral "potencial", aseguró Nieuwsma. En este momento, no hay un umbral consensuado para definir el daño moral, y no está claro si y hasta qué grado los participantes del estudio se vieron afectados por sus experiencias.

Pero el estudio sí encontró unos patrones generales. Las personas con un daño moral potencial tendían a reportar más síntomas de depresión y una peor calidad de vida, en comparación con los otros participantes del estudio.

Pero el daño moral, en sí, no es algo que se diagnostique. Dean dijo que no se sentía cómoda con la idea de considerarlo como una afección psiquiátrica, dado que el problema surge del sistema.

El hecho de que los trabajadores de la atención de la salud con frecuencia se sintieran perturbados por las acciones de terceros concuerda con la idea de que una sensación de traición puede fomentar al daño moral, según los investigadores. Los profesionales de la atención de la salud podrían haberse sentido traicionados por las autoridades, los colegas o el público.

Todavía están por verse las repercusiones de todo esto, dijo Nieuwsma.

"Pero ya observábamos que los trabajadores de la atención de la salud se iban", anotó.

Dean dijo lo mismo, y anotó que un 18 por ciento de los trabajadores de atención de la salud de EE. UU. han renunciado desde el inicio de la pandemia. Todavía no está claro hasta qué grado el daño moral tiene la culpa, y cuáles son las soluciones.

Pero un punto de partida, planteó Dean, podría ser que los sistemas de atención de la salud reconozcan el problema y su rol, y que aseguren a los empleados que "estamos todos juntos en esto".

En cuanto al público, comentó, podrían ayudar al vacunarse contra la COVID-19, tomar medidas de precaución durante las oleadas, y al mostrar agradecimiento a los proveedores de atención de la salud.

Los hallazgos se publicaron en la edición del 5 de abril de la revista Journal of General Internal Medicine.

Más información

El Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. ofrece más información sobre el daño moral en la atención de la salud.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Jason Nieuwsma, PhD, associate professor, psychiatry and behavioral sciences, Duke University School of Medicine, Durham, N.C., and associate director, Integrative Mental Health, U.S. Department of Veterans Affairs; Wendy Dean, MD, co-founder, Moral Injury of Healthcare; Journal of General Internal Medicine, online, April 5, 2022

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