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Cuando se acaba el plazo, las mujeres son menos propensas a pedir más tiempo

MIÉRCOLES, 3 de noviembre de 2021 (HealthDay News) -- Es un caso de convertirse en su propio peor enemigo: una nueva investigación muestra que las mujeres son más renuentes a pedir ampliaciones de las fechas de entrega que sus compañeros de sexo masculino, en parte porque les preocupa parecer incompetentes.

En una serie de estudios, los investigadores encontraron que, en general, las mujeres eran menos propensas que los hombres a pedir tiempo adicional para completar una tarea en el trabajo o escolar. Y esta renuencia pareció surgir de dos preocupaciones: con frecuencia, las mujeres creían que se les juzgaría con dureza, y también les preocupaba sobrecargar a sus compañeros de trabajo si no lograban cumplir una fecha de entrega.

Cuando se acaba el plazo, las mujeres son menos propensas a pedir más tiempo

Los investigadores afirmaron que los hallazgos no son un shock. Por un lado, estudios anteriores han encontrado que las mujeres son menos propensas que los hombres a pedir un aumento de sueldo en su empresa.

"El dinero es un recurso importante, pero el tiempo es otro", aseguró la investigadora principal, Ashley Whillans, profesora asistente de la Facultad de Negocios de la Universidad de Harvard, en Boston.

Y según este estudio, dijo, es otro recurso que las empleadas vacilan en buscar.

Esto es a pesar de que a las mujeres con frecuencia les falta tiempo, apuntó Whillans.

Las investigaciones muestran que las mujeres que trabajan pueden enfrentarse a una falta de tiempo particularmente dura, por varios motivos. Las que están casadas todavía se hacen cargo de la mayor parte del cuidado de los niños y de las tareas del hogar. Y en el trabajo, las mujeres son más propensas que los hombres a asumir tareas que no se corresponden con la descripción de sus funciones.

"Las mujeres han internalizado la creencia de que deben ir más allá que sus compañeros de sexo masculino", señaló Whillans.

Los hallazgos les parecieron ciertos a la Dra. Ludmila De Faria, presidenta del Comité de Salud Mental de las Mujeres de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association).

Dijo que las mujeres que trabajan con frecuencia sienten la presión de probar que son altamente competentes, y de que al mismo tiempo las consideren "agradables".

Entonces, sus ansiedades sobre las extensiones de los plazos tienen sentido, comentó De Faria, que no participó en el estudio.

Los hallazgos, que se publicaron en la edición del 1 de noviembre de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, provienen de una serie de nueve estudios. Incluyeron a un total de más de 5,700 trabajadores y estudiantes universitarios adultos.

En algunos estudios, se preguntó a los participantes sobre su nivel de comodidad al pedir extensiones de las fechas de entrega, y cómo sentían que sus supervisores y compañeros reaccionarían. Y surgieron unas claras diferencias según el género.

Entonces, los investigadores intentaron medir qué tan probable era que las mujeres, de hecho, fueran juzgadas con dureza por necesitar más tiempo. Pidieron a los participantes que se imaginaran que tenían el rol de supervisor, y no encontraron ninguna evidencia de que las personas fueran más propensas a juzgar a las mujeres como incompetentes por solicitar la ampliación de un plazo.

Pero esto se debe interpretar con cierta precaución, planteó Whillans.

"No estamos diciendo que las mujeres estén equivocadas cuando creen que las van a juzgar", enfatizó. "Sus creencias se deben a algo".

Además, los lugares de trabajo varían, anotó Whillans, y en general los empleados conocen las dinámicas de su situación particular.

Los investigadores sí encontraron una solución potencial para el problema: crear una política formal para la solicitud de extensiones de las fechas de entrega.

En un set de estudios, los estudiantes universitarios varones fueron más propensos que sus contrapartes de sexo femenino a pedir tiempo adicional para acabar un trabajo: un 36 por ciento lo pidieron, frente a un 15 por ciento. Pero cuando se les dijo explícitamente a los estudiantes que podían pedir una ampliación, y se les dio el proceso para hacerlo, las mujeres fueron igual de propensas que los hombres a pedir más tiempo.

De Faria dijo que piensa que este es el punto más importante de esta investigación. Contar con una política de ampliaciones de las fechas de entrega les reafirma a los empleados que solicitar una es "normal", enfatizó.

La gestión del estrés por el tiempo no debería depender solo del individuo, anotó De Faria. "Hay cosas en el sistema que se deben abordar", aseguró.

Y al final, añadió De Faria, es probable que las empresas se beneficien.

"Cuando los empleados están sanos, mental y físicamente, son más productivos", aseguró.

Whillans se mostró de acuerdo en que las políticas formales podrían eliminar la incertidumbre, y la ansiedad que conlleva, de las solicitudes de ampliaciones de los plazos.

"Pedir tiempo es adecuado, y las organizaciones deberían de dejárselo claro a los empleados", planteó.

Y en cuanto a las mujeres que trabajan y que son propensas a la autocrítica, es importante discernir cuáles tareas en realidad pueden esperar, según Whillans.

"No hay que hacerlo todo a tiempo todas las veces", señaló. "No hay que ser perfecta".

Más información

Johns Hopkins Medicine ofrece consejos sobre cómo afrontar el estrés laboral.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Ashley V. Whillans, PhD, assistant professor, negotiations, organizations and markets, Harvard Business School, Boston; Ludmila De Faria, MD, chair, Committee on Women's Mental Health, American Psychiatric Association, Washington, D.C., and associate professor, psychiatry, University of Florida College of Medicine, Gainesville; Proceedings of the National Academy of Sciences, Nov. 1, 2021, online

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