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Como en los humanos, las probabilidades de demencia de un perro aumentan con la edad

VIERNES, 26 de agosto de 2022 (HealthDay News) -- De forma muy parecida a los humanos, los perros pueden desarrollar demencia la envejecer, y este riesgo aumenta una mitad por cada año de vida adicional en la vejez de un perro, muestra una investigación reciente.

El estudio, con más de 15,000 perros y sus compañeros humanos, encontró que poco más de un 1 por ciento tenían disfunción cognitiva canina (DCC). De manera similar al proceso de demencia en los humanos, la DCC hace que los perros desarrollen gradualmente síntomas como confusión, ansiedad, problemas del sueño y cambios en la forma en que interactúan con el mundo.

Como en los humanos, las probabilidades de demencia de un perro aumentan con la edad

Entre los perros del nuevo estudio, las probabilidades de DCC aumentaron con la edad: en un 52 por ciento por cada año adicional de vida tras los 10 años.

Además, los perros sedentarios tenían un riesgo mucho más alto que los que seguían siendo energéticos en la vejez. Pero, señalaron los expertos, esto podría ser una señal, más bien que una causa, de la DCC.

Hace mucho que los veterinarios saben que los perros pueden mostrar un deterioro en la memoria y las habilidades de pensamiento en sus últimos años.

"Su estructura no es tan diferente a la nuestra", comentó la Dra. Rose Peters, una neuróloga veterinaria del Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign.

Según Peters, que no participó en el nuevo estudio, las siguientes son las señales de que un perro podría tener DCC:

  • Desorientación: parecer confuso o perdido en lugares conocidos, mirar de forma fija y perpleja a una pared, o tener dificultad para navegar entre los objetos.
  • Cambios en la interacción: hacerse más "dependiente" o, como alternativa, ya no querer acurrucarse. Además, hacerse menos amigable, más irritable o incluso agresivo alrededor de las personas o los animales.
  • Cambios en el sueño: inquietud nocturna, dormir más durante el día o mostrar una alteración de otro tipo en los ciclos de sueño y vigilia.
  • Hacer sus necesidades en casa: los perros podrían dejar de expresar en qué momento necesitan salir, y acabar haciendo sus necesidades bajo techo.
  • Cambios en la actividad: mostrar menos interés en jugar, y más bien deambular o caminar de un lado a otro sin rumbo.
  • Ansiedad: mostrar señales de ansiedad de separación, o desarrollar un miedo a los exteriores o en nuevos ambientes.

Pero hay una importante salvedad, según la Dra. Stephanie Borns-Weil, conductista veterinaria de la Facultad Cummings de Medicina Veterinaria de la Universidad de Tufts.

Muchos problemas de la salud física también pueden provocar síntomas parecidos a la DCC, apuntó Borns-Weil. El dolor, por afecciones como la artritis, es uno importante.

"Si piensa que su perro muestra señales de disfunción cognitiva, llévelo al veterinario y descarte las causas físicas", apuntó Borns-Weil, que no participó en el estudio.

Aunque se conoce la DCC desde hace años, los estudios anteriores sobre el tema han sido pequeños, según los investigadores del nuevo trabajo, dirigidos por Sarah, Yarborough, de la Universidad de Washington.

En su estudio, los investigadores usaron datos de más de 15,000 perros de todo el país, que estaban inscritos en un programa de investigación en curso conocido como Proyecto de envejecimiento de los perros. Durante el primer año, los dueños completaron dos cuestionarios: uno sobre la salud y hábitos de actividad de sus perros, y otro con preguntas que evalúan la DCC.

En general, el grupo era joven, y se consideró que poco más de un 1 por ciento de los perros tenían DCC. Entre los animales mayores de 10 años, cada año adicional de vida se vinculó con un aumento en las probabilidades de DCC, según los hallazgos que se publicaron en la revista Scientific Reports.

Más allá de la edad, los niveles de actividad de los perros mostraron un firme vínculo con la DCC: los perros sedentarios tenían más de seis veces más probabilidades de sufrir de la afección que los perros de la misma edad y raza que eran activos.

Esto no prueba que el ejercicio frene a la demencia canina, apuntaron tanto Peters como Borns-Weil, dado que la DCC en sí podría cambiar los niveles de actividad.

"Un perro con disfunción cognitiva quizá no desee salir a caminar porque está confundido", explicó Borns-Weil.

Pero, anotó Peters, la investigación en humanos ha vinculado a la actividad física con una mejor función cerebral a una edad avanzada. Entonces, la idea de que el ejercicio pudiera beneficiar a los cerebros de los perros no es descabellada, comentó.

Además, apuntó Borns-Weil, salir a explorar o jugar es una parte importante de la estimulación mental de los perros. De nuevo, en los humanos, permanecer mentalmente activos con la edad se ha vinculado con unas probabilidades más bajas de deterioro cognitivo, pero, una vez más, la pregunta sobre la causa y el efecto persiste.

A pesar de los puntos desconocidos, que los perros tengan un estilo de vida saludable que incluya a la actividad física y a la estimulación mental no presenta ninguna desventaja, enfatizaron ambos expertos.

"SI las personas leen este estudio y piensan que hay motivos para mantener a sus perros activos, esto es magnífico", dijo Borns-Weil.

Igual que con la demencia en los humanos, la DCC no tiene cura. Pero las familias pueden ayudar a sus perros a afrontarla de varias formas, aseguraron los veterinarios: mantener una rutina diaria constante, no cambiar de lugar los objetos de la casa y organizarlos para que su perro no pueda quedar atrapado detrás de nada, usar luces de noche, y ofrecer al perro formas factibles de mantenerse física y mentalmente activo.

Si caminar por el vecindario provoca demasiada ansiedad, añadió Borns-Weil, pruebe a caminar por el perímetro del jardín.

Los veterinarios también tienen medicamentos que pueden recetar, por ejemplo ansiolíticos y un fármaco llamado selegilina, que se usa para tratar los síntomas de Parkinson en los humanos, pero que también está aprobado para tratar la DCC.

Ambos expertos animaron a las personas a llevar a su perro al veterinario si les preocupa cualquier cambio en la conducta.

Más información

El Club Americano de Perreras (American Kennel Club) ofrece más información sobre la disfunción cognitiva canina.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Stephanie Borns-Weil, DVM, veterinary behaviorist, clinical assistant professor, Cummings School of Veterinary Medicine at Tufts University, North Grafton, Mass.; Rose Peters, DVM, veterinary neurologist, University of Illinois at Urbana-Champaign College of Veterinary Medicine; Scientific Reports, Aug. 25, 2022, online

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