Sobre la glucosamina se dicen muchas cosas buenas y, si bien muchas son ciertas, hay otras que no. Recientemente se divulgó que puede reducir drásticamente el riesgo de enfermedades del corazón, sin embargo, esta es una verdad a medias.
La glucosamina es un componente natural (amino sacárido) que se encuentra en los cartílagos sanos y tiene una función importante en la formación y reparación de los mismos. Como suplemento, se extrae de los crustáceos (langostas,camarones o cangrejos) y se toma para diversos problemas de salud, especialmente de los huesos y articulaciones.
A partir de un estudio reciente publicado en Nature, en muchos medios se comenzó a afirmar que tomarla disminuía drásticamente el riesgo de accidente cerebrovascular y enfermedades del corazón. Lo cierto es que no es exactamente eso lo que dicen las evidencias.
Basado en datos genéticos, físicos y de salud de más de 500,000 personas, el estudio evaluó un posible vínculo entre el consumo de glucosamina y la reducción de la enfermedad cardíaca y encontró que su uso podría estar relacionado con un menor riesgo de eventos de enfermedad cardiovascular. Pero sus autores aclararon que la reducción es de 15%.
En un informe de Natural Medicines explican, además, que el estudio no demuestra que la glucosamina puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón, sino que su consumo puede estar asociado a esa disminución. Agregaron que, por ahora, es demasiado pronto para recomendar cualquier forma de glucosamina para reducir el riesgo.
Esta no es la primera vez que se populariza un beneficio de la glucosamina y termina siendo cuestionable. Aunque este suplemento es de los más consumidos para tratar la osteoartritis de la rodilla y de otras articulaciones y hay estudios en humanos que apoyan este uso, también hay evidencias que desmienten su efecto.
En una investigación del Centro de Artritis de la Universidad de Arizona cada día dieron a 200 participantes suplementos de 1,500 miligramos de glucosamina o un placebo y luego evaluaron el daño en el cartílago de sus rodillas. La reducción en dicho daño no fue mayor en el grupo que tomó glucosamina y tampoco redujo el dolor de rodilla.
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