Corey Thomas le dijo a su farmacéutico que odiaba los medicamentos para la presión arterial que un médico anterior le había recetado porque le producían efectos secundarios horribles y por eso casi no los tomó. El especialista le recetó otro medicamento, su presión ahora está mejor y le dio a Thomas consejos para comer mejor y bajar el estrés. El encuentro entre ambos no ocurrió en un consultorio sino en una barbería.
Thomas, de 49 años, trabaja en una barbería en Inglewood, California, y es parte de un programa que presta servicios de salud cardiovascular en este y otros establecimientos similares de Los Angeles. Los resultados indican que estos programas dirigidos por farmacéuticos en peluquerías o barberías pueden disminuir significativamente la presión arterial alta en hombres negros.
El programa está en una segunda fase y sus resultados se dieron a conocer recientemente en el New England Journal of Medicine. La iniciativa parte de un estudio que se publicó en marzo y mostraba que cuando la guía se combinó con la medicación, se logró un nivel de presión arterial de menos de 130/80 entre el 63.6% de los hombres que participaron en el programa, frente al 11.7% de los que no lo hicieron.
Los resultados que se obtuvieron 12 meses después del estudio indican que el 68% de los hombres que participaron en el programa del estudio lograron una medición de la presión arterial inferior a 130/80, en comparación con el 11% de los que no lo hicieron.
"Hasta cierto punto, me sorprendió la magnitud del efecto de la intervención", dijo a CNN Ciantel Blyler, farmacéutico clínico del Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles y coautor del estudio. "Especialmente una vez que nos sentamos y observamos las tasas de control de la presión arterial y estábamos comparando el grupo de intervención y el grupo de control, me sorprendió un poco", agregó.
Los niveles normales de presión arterial para adultos son de 120/80 o menos, y los niveles de presión arterial alta son 140/90 o más, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Los niveles intermedios ya se consideran en riesgo.
El estudio incluyó a 319 hombres negros, de 35 a 79 años de edad con presión arterial sistólica de 140 o más, y 52 barberías cuyos propietarios también eran negros. Los investigadores asignaron al azar a los hombres, según su barbería, para participar en el programa dirigido por un farmacéutico o en un grupo de control entre febrero de 2015 y julio de 2017.
En el grupo de control, los barberos alentaron a los hombres a hacer cambios en el estilo de vida y citas con el médico. Al final del estudio, los investigadores encontraron que el papel de los barberos al motivar a los hombres a monitorear y mejorar su salud resultó en una reducción significativa de la presión arterial, cuando se combinó con medicamentos de los farmacéuticos.
Explicó Blyler que si no fuera por el programa, muchos hombres no se habrían enterado de que tenían presión arterial alta. Algunos hombres negros evitan a los médicos por razones diversas y complejas, como una desconfianza profundamente arraigada en la comunidad médica o barreras geográficas y culturales. La barbería representa una zona neutral, es decir, un refugio seguro en la comunidad negra.
Una de las limitantes del programa fue que tanto los participantes como los investigadores sabían quién estaba asignado al grupo dirigido por el farmacéutico y quién estaba en el grupo de control (no fue un estudio ciego). Aunque se necesita más investigación para determinar si se producirían resultados de estudios similares a escala nacional, el estudio parece coincidir con investigaciones anteriores que exploran el papel que podrían tener las barberías en la prevención de muertes y enfermedades en la comunidad negra.
La prevalencia de la condición entre los adultos negros en Estados Unidos es de las más altas del mundo, según la Asociación Americana del Corazón (AHA, por su sigla en inglés): más del 40% de hombres y mujeres negros no hispanos tienen presión arterial alta. Y, según los CDC, los estadounidenses de raza negra también desarrollan presión arterial alta con mayor frecuencia y a una edad más temprana que los blancos y los hispanos.
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