Puerro: la hortaliza para depurar el organismo y bajar de peso

Cebolla larga, poro, porro, o ajoporro, son muchos nombres por los que se conoce al puerro (Allium ampeloprasum var. porrum) una planta que pertenece al género Allium por lo que es pariente de otros alimentos reconocidos, como la cebolla, ciboulette, cebollín o el ajo.

Su consumo se remonta a más de 6 000 años, al Antiguo Egipto, donde se cultivaba por su sabor intenso y resistencia, ya que puede crecer en condiciones difíciles e incluso mantenerse en el suelo durante el invierno, creciendo luego en primavera. También existen registros que indican que su uso en sopas fue muy popular entre los romanos.

Su consumo se remonta al Antiguo Egipto, donde se cultivaba por su sabor intenso y resistencia. | Foto: GETTY IMAGES

Durante siglos se afianzó como un ingrediente clave en la cocina de muchas culturas del mundo, pero, en los últimos años, diferentes investigaciones mostraron que también podría aprovecharse con fines medicinales. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber:

¿Cómo se cocina el puerro?

En primer lugar, debes tener en cuenta que, a diferencia de otras hortalizas, la parte comestible del puerro es la vaina foliar que se parece a un tallo. Este área que se extiende hasta las hojas de color verde oscuro en la parte superior de la planta es sabrosa y rica en nutrientes.

Puedes usar el puerro para decorar todo tipo de platillos. | Foto: Getty Images.


Es probable que, si nunca cocinaste puerro, esta hortaliza te desconcierte y no sepas por donde comenzar. Primero debes enjugarlo bien y secarlo, luego, corta las hojas verde oscuro que se encuentran en la parte superior del tallo (puedes apartarlas para preparar caldos) y el extremo de la raíz antes de que el color cambie completamente a verde claro.

Una vez separado estas partes, corta el tallo resultante en pequeñas rodajas, colócalas en un recipiente con agua para terminar de quitar la suciedad que puedan contener entre capas y cuélalos.

Su sabor es dulce pero sutil, por lo que puede añadirlo a muchos platillos o ensaladas para decorar y brindar algo de sabor. También puedes hervirlo para que no sea tan crujiente (aunque esto reduce su calidad de fibra) o freírlo.

¿El puerro es bueno para la salud?

Los puerros tienen cantidades significativas de vitamina B6 y K, magnesio, manganeso, hierro y cobre, según informa el Departamento de Agricultura de EE. UU. En menor medida, puede ofrecer vitamina A, E, y calcio. Además, una taza de puerro hervido proporciona solo 32 calorías, y se considera un alimento con índice glucémico bajo (ideal para las personas con diabetes).

Como es el caso de muchas otros vegetales del género Allium, también se encuentra una serie de antioxidantes y poderosos compuestos orgánicos en los puerros, incluyendo kaempferol, polifenoles y flavonoides. La evidencia científica señala que estos serían muy útiles para cuidar la salud cardiovascular, el sistema nervioso y las defensas del cuerpo, ya que combaten el estrés oxidativo causado por la acción de los radicales libres, moléculas dañinas que afectan las estructuras celulares sanas y favorecen la aparición de enfermedades.

¿El puerro mejora la digestión?

Una buena digestión suele asociarse al consumo de puerro, debido a que son ricos en fibra (entre 2 y 9 g. cada 100 g. de puerro, dependiendo la variedad). Esta puede ser soluble, es decir, garantiza una digestión regular y previene el estreñimiento, e insoluble, que permanece en el sistema digestivo limpiando el intestino y promoviendo su actividad.

¿Tiene efectos depurativos el puerro?

Al igual que otros vegetales, como el apio o los espárragos, los puerros tienen increíbles propiedades diuréticas. Esto se debe a que promueven la expulsión del agua y sodio excedente en el organismo. Al desintoxicar el cuerpo, favorecen notablemente la función de los riñones.

Incluir puerro en la dieta regularmente se ha vinculado con una reducción del riesgo de hipertensión y retención de líquidos.

¿Puedo perder peso comiendo puerro?

Recurrir al puerro para perder peso es una creencia muy extendida, dado que están libres de grasas, solo tienen 32 calorías por porción de 100 g., y son muy versátiles y fáciles de incorporar a la dieta. Su rico contenido fibra también los convierte en una gran opción para cumplir con dietas difíciles. ¿El motivo? Favorecen la sensación de saciedad, evitando comer en exceso.

Finalmente, son ricos en agua y proteínas, por lo que complementaran muy bien tus rutinas de ejercicios, favoreciendo la obtención de masa muscular. Solo recuerda, no deben ser el centro de la dieta, sino un complemento de otros alimentos saludables, como frutas, vegetales, granos, semillas y pescado.

Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.