Para quienes siempre soñaron con bailar en público y tienen algo de temor por “el qué dirán” debido a sus curvas voluptuosas, ya llegó la oportunidad. La coreógrafa y directora artística Kate Champion creó el show “Nothing to Lose”, que el 11 de marzo llegará al teatro Malthouse en Melbourne, Australia. El anuncio del teatro describe al espectáculo como algo nunca visto, que quiere explorar la fascinación con el cuerpo con sobrepeso dejando de lado los estereotipos.
En el espectáculo intervienen hombres y mujeres con sobrepeso que demuestran sus habilidades atléticas y también sus redondeces. El proyecto busca demostrar todo lo que se puede hacer, aún con algunas libras de más, y participarán actores y bailarines entrenados (foto abajo).
Champion se asoció con la cineasta Kelli Jean Drinkwater, una activista reconocida internacionalmente por su trabajo en políticas relacionadas con el cuerpo. El aporte de Kelli fue muy valioso ya que ella misma es una mujer con sobrepeso y pudo explicar a la coreógrafa lo que se siente al moverse siendo más corpulento y cómo incide y en qué puede afectar el peso extra en los pies, que se resienten más rápido al bailar.
La coreógrafa Champion buscó desafiar el prejuicio de cómo se debe ver un bailarín y relata que muchas veces cuando fue a bailar, notó que las personas con sobrepeso eran las de movimientos con más gracia y coordinación. “¿Por qué no llevar esto al escenario?”, pensó en su momento.
Ally Garret, una de las bailarinas, expresa que cuando se describe a sí misma no dice que es gorda, sino que menciona que tiene cabello castaño, ojos verdes y altura promedio. Y esta oportunidad sirve para que la gente no aplique una lente negativa a las personas con libras de más.
El mensaje que pretenden hacer llegar al público no es el de tener una vida saludable, tampoco es un show “freak” o de rarezas, ni tiene connotaciones políticas. Solo quieren expresarse sin ser juzgados y demostrar que pueden hacer un interesante show de baile. Y aunque exista el chiché de que los gordos son divertidos… en realidad lo son. Y también quieren demostrarlo desde un escenario australiano.