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Cómo funcionan las drogas del dopaje

Ahora el caso de Oscar Pistorius, quien, según fuentes judiciales de Pretoria, Sudáfrica, habría estado usando estimulantes esteroides para mejorar su desempeño atlético. Alex Rodríguez, Lance Armstrong. La lista es larga: no es la primera vez que los nombres de deportistas se vinculan a químicos que alteran su metabolismo, para tratar de ser los mejores, aún cruzando la barrera de la legalidad. 

Sin embargo, en este particular caso, se podría reavivar el debate sobre el vínculo entre la testosterona —también conocida como hormona masculina— y la violencia. Decenas de estudios han buscado la correlación entre esta hormona y el crimen, y la mayoría ha llegado a la conclusión de que puede elevar el nivel de agresión, pero no es un factor desencadenante de un acto criminal.

Cómo funcionan las drogas del dopaje
| Foto: THINKSTOCK

Puntos clave

Según J. Bland, autor del libro, "About Gender: Testosterone and Agression- Crimes of Violence", el abuso de esta sustancia puede generar una reacción metabólica que involucre conductas inesperadamente violentas.

La siguiente es una lista de drogas prohibidas en el deporte elaborada por la U.S. Anti-Doping Agency (USADA) que explica cómo funcionan en el organismo y cómo logran evadir las pruebas médicas.

Testosterona: los atletas la utilizan para ganar, recuperar o endurecer los músculos. La testosterona es una hormona que produce naturalmente el organismo y su forma sintética se utiliza ilegalmente en el deporte. Como sus niveles cambian de persona a persona y día a día, las pruebas positivas de testosterona sintética se basan en el peso de la evidencia química, para que atletas no sean castigados por variaciones biológicas naturales. Por eso, es muy difícil de comprobar si se ha saltado el margen de lo permitido. De hecho, en las últimas Olimpíadas se permitió cuatro veces meas del nivel aceptado anteriormente, para minimizar el margen de error.

Eritropoietina (EPO): es una hormona natural que estimula la producción de glóbulos rojos. Los deportistas tramposos usan una versión sintética de esta hormona para elevar los glóbulos rojos, lo que logra un cambio temporal en la capacidad  muscular incrementando la circulación de oxígeno. Antes del año 2000, no existía un examen médico que distinguiera la versión síntetica de la hormona de la natural. Por eso, si los atletas mantenían su conteo de hematocritos —el volumen de sangre— en un nivel razonable, podían usar la droga con impunidad. Otra alternativa es, antes del examen de dopaje, inyectar en la sangre una solución salina, que diluye el volumen de hematocritos, para que no resulte sospechoso.

Transfusiones de sangre: estratégicas transfusiones de la propia sangre del deportista, almacenada para ser inyectada en el momento en que se necesita elevar los glóbulos rojos, tiene el mismo efecto que la hormona EPO. Y el efecto se logra sin dejar rastro de dopaje en el organismo. Aunque parece una práctica que requiriera de un aparataje médico importante, sólo se necesita una buena heladera para almacenar la sangre, y agujas estilizadas para practicar las transfusiones. Y, claro, un médico que se preste para la trampa. Para escurrirse de las pruebas de laboratorio, la estrategia es la misma que con la EPO: mientras no se exceda en la cantidad de sangre “extra”, el test no dará positivo. Claro, como la biología no es matemática...

Hormona del Crecimiento Humano (HGH): se trata de otra hormona natural, que los deportistas usan para promover el crecimiento y la recuperación muscular. Esta hormona fue popular hasta el 2005, cuando se desarrolló un test para detectarla en sangre.

Corticoesteroides: se trata de una familia de hormonas naturales que también tienen sus equivalentes sintéticos. Muchos atletas utilizan los esteroides para disminuir inflamaciones y para la recuperación muscular. Se suele utilizar en complicidad con un médico que, de dar positivo el test de dopaje, prepara la excusa perfecta: la recetó para curarle al atleta una herida ulcerosa.

Kathleen Sharp, autora del libro “Blood Medicine: Blowing the Whistle on One of the Deadliest Prescription Drugs Ever”, asegura que la actual "es una cultura que promueve la perfección a toda costa, y manipular la realidad aunque sea con químicos para tener todo, gloria, dinero y fama... a costa de la propia honra".

Ahora, los investigadores del caso Pistorius deberán analizar si el uso de testosterona —de confirmarse— podría haber jugado un papel en la muerte de la novia del atleta, Reeva Steenkamp.

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