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¿Toda la familia en la sala de parto?

Desde aquellas escenas en que el padre esperaba ansioso detrás de una puerta a que le anunciaran la llegada de su bebé, muchas cosas han cambiado.

Los maridos ahora acompañan a las mujeres en la sala de partos y presencian el momento único de ver nacer a su bebé, una cosa que ya es normal, pero parece que el tema del público se ha escapado de las manos.

¿Toda la familia en la sala de parto?
| Foto: SHUTTERSTOCK

Puntos clave

Los hospitales asisten a pedidos de otros familiares como abuelos, tíos o hermanos que también quieren participar del nacimiento. Y compiten entre sí por el mejor ángulo en una toma fotográfica, mientras que la mujer trata de hacer frente a las contracciones del parto.

El tema es incómodo para las embarazadas, por eso ahora en muchos hospitales hay carteles de orientación que aconsejan cómo ponerle límites a los miembros de la familia en ese momento.

Una madre contó a Today.com que ella tuvo que pedir a la seguridad del hospital que sacara a su familia política fuera de las instalaciones, después de que intentaron varias veces irrumpir en la sala de parto. Y otra mujer, después de dos horas de trabajo de parto, le pidió a su propia madre que se vaya, cuando ésta empujó a la partera para conseguir un mejor ángulo para una  fotografia.

Wendy Bradford, de comunicación social de Mommybites y madre de tres hijos, sabe lo importante que es limitar la cantidad de familiares en la sala de partos. Le dijo a su madre que se quedara en su departamento esperando a que ella le avise, pero ésta no entendió el significado de la palabra “no” y debió despedirla con un “¡fuera, fuera!” cuando ella apareció de sorpresa en el hospital.

  • Partos con mucho público

Si el momento se presenta sin complicaciones, la mujer debe estar a cargo de su entorno en el parto, según el Dr. Rob Olson, obstetra de Washington y presidente de la Sociedad de OB/GYN de Médicos Hospitalarios.

“Controlar la experiencia del parto significa para la mujer limitar el número de personas a su alrededor”, señaló. Y aconseja a las nuevas mamás que siempre pueden culpar a la política "restrictiva" de visitas del hospital.

Olson explica que la madre se siente con la “obligación de atender a los invitados” en lugar de centrarse en sí misma en el momento del nacimiento del bebé.

Además, se suma el tema de los peligros para la salud. Debido a diversas preocupaciones acerca de la higiene y los virus circulantes, muchos hospitales, en los últimos cinco años, han comenzado a restringir el acceso.

En el Yale New Haven Hospital, en Connecticut, un paciente puede nombrar hasta tres amigos o familiares en la sala de partos, pero permite que sólo un familiar esté presente si se debe recurrir a una cesárea.

Y el Hospital Sibley Memorial, en Washington DC, permite que sólo dos personas de apoyo adicionales estén en el parto, por ejemplo, la partera y un cónyuge.

Los médicos piensan que las mujeres deben sentirse a gusto y nunca presionadas por los familiares que asisten al nacimiento.

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