Un estudio presentado recientemente en Bruselas por investigadores del proyecto NU-AGE, que analiza estrategias de alimentación para las necesidades especiales de la población mayor en Europa, concluyó que la dieta mediterránea retrasaría el envejecimiento ya que disminuye los niveles de los marcadores inflamatorios llamados proteína C-reactiva, relacionados con el envejecimiento y reduce la pérdida ósea en personas con osteoporosis, entre otros beneficios.
“Éste es el primer proyecto que se dirige con semejante profundidad a los efectos de la dieta Mediterránea en la salud de la población mayor. Estamos usando las técnicas más poderosas y avanzadas para entender el efecto del estilo de la dieta mediterránea en la población mayor de 65 años”, expresó Claudio Franceschi, coordinador del proyecto de la Universidad de Bologna, Italia, en un comunicado de prensa.
Más evidencia de sus beneficios
Otro estudio, titulado “La dieta mediterránea: ciencia y práctica”, investigó esta dieta y comprobó más razones de que la población mediterránea se enferme menos: el consumo de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas reducen el colesterol y los triglicéridos; la ausencia de aceites vegetales hidrogenados, disminuye el riesgo cardíaco. A esto se le suma el alto consumo de frutas y vegetales, granos enteros, pescado y moderada cantidad de alcohol, más actividad física y no fumar.
La conclusión de este estudio sugiere que la dieta mediterránea puede reducir un 80% las enfermedades del corazón, 70% los accidentes cerebrovasculares y un 90% los casos de diabetes tipo 2.
Guía rápida para empezar la dieta
La Escuela de Medicina de Harvard publicó unas recomendaciones para aquellos que quieren comenzar a disfrutar de los beneficios de la dieta mediterránea, con cambios simples. “No es muy realístico hacer cambios de la noche a la mañana, pero se puede empezar con pequeños pasos”, comenta Stacey Nelson, un dietista del Hospital General de massachussetts, afiliado a Harvard, en una edición de Harvard Med Publications.
A continuación 5 tips sencillos para comenzar hoy mismo:
- Saltar la comida en aceite de oliva, no en manteca.
- Comer más frutas y vegetales como snacks o agregarlos a las recetas.
- Elegir pan y pastas de grano entero y no de harina refinada.
- Reemplazar carne roja por pescado, al menos dos veces a la semana.
- Limitar los lácteos altos en grasa, optando por leche con 1% de grasa.
Además, la Escuela de Medicina de Harvard sugiere hacer estos sencillos reemplazos en nuestra dieta: