Dos estudios publicados en la revista Nature revelan que la cuarentena, una de las principales medidas de salud pública para frenar el avance del nuevo coronavirus, ha sido muy eficaz: previno más de 350 millones de infecciones a nivel mundial.
"Sin estas políticas, habríamos vivido un mes de abril y mayo muy diferente", dijo Solomon Hsiang, director del Laboratorio de Políticas Globales de la Universidad de California en Berkeley, y el líder del equipo que investigó cómo funcionó la cuarentena y la respuesta a la pandemia en seis países: China, Estados Unidos, Francia, Italia, Irán y Corea del Sur.
El trabajo de Berkeley mostró que las medidas de aislamiento social previnieron 60 millones de infecciones en los Estados Unidos, y hasta 285 millones en China.
El otro análisis, del Imperial College London, mostró que esta prevención logró que 3 millones menos de británicos se infectaran.
Científicos en ambos grupos remarcaron que, aunque se ha logrado una desaceleración de la pandemia, eso no significa que haya terminado. En realidad, aseguran que se está muy lejos de esa meta.
Los investigadores explican que los modelos estadísticos que siguen la ruta del virus y las infecciones muestran que habrá nuevos brotes, lo que, dicen, significa que no hay que bajar los brazos.
Un hallazgo significativo: al parecer, el cierre de escuelas no mostró un efecto significativo en la prevención, aunque los autores advirtieron que su investigación sobre esta parte de las medidas de aislamiento no fue concluyente, y que la efectividad de los cierres de escuelas requiere más estudio.
Los sistemas escolares alrededor de los Estados Unidos están evaluando qué harán en el otoño. En Asia, varios países abrieron escuelas con los niños usando máscaras plásticas y leyendo o comiendo en pupitres divididos por mamparas de plástico.
Es un tiempo de espera, paciencia y cumplimiento de reglas sociales para protegerte no solo a tí mismo, sino también a tus seres queridos y a los miembros de tu comunidad.
Mientras tanto, miles de laboratorios en todo el mundo están corriendo una carrera contra el tiempo para descubrir drogas que puedan aliviar los síntomas de COVID-19, la enfermedad que se puede desarrollar al contraer el nuevo coronavirus.
Por supuesto, una vacuna es la gran meta, pero tener drogas y terapias que mejoren los síntomas y reduzcan el tiempo en el que se elimina el virus del organismo marcarían una gran victoria en la guerra contra este gérmen, que el planeta conoció por primera vez en diciembre de 2019.
Una de las primeras técnicas que ya se está experimentando es la utilización de anticuerpos. Los tratamientos con plasma se han utilizado con cierto éxito para tratar el sarampión, las paperas y la gripe.
La idea es utilizar células inmunes extraídas de la sangre de las personas que se han recuperado de COVID-19 e inyectarlas en las personas infectadas, dándoles inmunidad pasiva a la enfermedad, que al menos podría minimizar algunos de sus síntomas más graves.
Pero, en tanto estos hallazgos no se concretan, cada uno debe hacer su parte para que el nuevo coronavirus no siga infectando y se reduzcan los casos de COVID-19.