Miles de laboratorios en todo el mundo están corriendo una carrera contra el tiempo para descubrir drogas que puedan aliviar los síntomas de COVID-19, la enfermedad que se puede desarrollar al contraer el nuevo coronavirus.
Por supuesto, una vacuna es la gran meta, pero tener drogas y terapias que mejoren los síntomas y reduzcan el tiempo en el que se elimina el virus del organismo marcarían una gran victoria en la guerra contra este gérmen, que el planeta conoció por primera vez en diciembre de 2019.
Una técnica que ya se está experimentando es la utilización de anticuerpos. Los tratamientos con plasma se han utilizado con cierto éxito para tratar el sarampión, las paperas y la gripe. La idea es utilizar células inmunes extraídas de la sangre de las personas que se han recuperado de COVID-19 e inyectarlas en las personas infectadas, dándoles inmunidad pasiva a la enfermedad, que al menos podría minimizar algunos de sus síntomas más graves.
A fines de marzo, New York Blood Center se convirtió en el primer centro en los Estados Unidos en recolectar sangre de personas recuperadas de COVID-19.
Los médicos del Sistema de Salud del hospital Mount Sinai de Nueva York ahora están enviando pacientes recuperados (y dispuestos a hacerlo) a este centro de sangre, que recolecta y procesa el plasma y brinda la terapia rica en anticuerpos a los hospitales para tratar a otros pacientes con COVID-19.
Aunque esta terapia no está ciento por ciento comprobada, la Administración de Drogas y Alimentos y (FDA) está permitiendo a los médicos probar el tratamiento de inmunidad pasiva en los pacientes de COVID-19 más enfermos, autorizándola caso por caso, siempre que soliciten permiso para usar o estudiar el plasma como un nuevo fármaco en investigación.
En otra línea, a principios de abril, un grupo internacional de científicos reportó resultados prometedores para tratar a COVID-19 con una droga llamada remdesivir, un fármaco que no llegó a aprobarse formalmente pero que se investigó para el tratamiento del ébola.
En el estudio que publicó New England Journal of Medicine, los científicos dijeron que las pruebas mostraron que el uso de esta droga había ayudado al 68% de los pacientes de COVID-19 a superar los problemas respiratorios.
El jueves 16 de abril, la plataforma de noticias STAT dijo que un hospital de Chicago que trata a pacientes graves de COVID-19 con remdesivir, como parte de un ensayo clínico, dijo estar observando recuperaciones rápidas de fiebre y síntomas respiratorios, con casi todos los pacientes dados de alta, en menos de una semana.
La controversial droga hidroxicloroquina, que se usa para tratar la malaria y ciertas afecciones autoinmunes, se presentó como otra potencial candidata, pero demostró tener feroces efectos secundarios. La información científica proveniente de investigaciones en China no fueron, hasta el momento, concluyentes.
A pesar de esto, una encuesta realizada entre 5,000 médicos de 30 países reveló que muchos están utilizando esta medicación, porque "no pueden esperar resultados concluyentes" para tratar a pacientes cuyas vidas están en riesgo.
En los Estados Unidos, el Intituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre también está llevando a cabo un estudio con 500 pacientes de COVID-19, para comprobar si la hidroxicloroquina puede ser parte de una terapia contra el virus.
Ratones y personas
Empresas de alta bioingeniería genética como Regeneron, en Nueva York, están buscando entre millones de anticuerpos generados por ratones infectados con SARS-COV-2 (el nuevo coronavirus) con la meta de encontrar al que sea más eficaz para neutralizar al coronavirus.
En GigaGen, en California, han identificado los anticuerpos correctos en pacientes recuperados de COVID-19 y esperan que esto sirva como base para poder desarrollar una terapia contra el coronavirus basada en anticuerpos.
En la misma línea, investigadores de la Universidad Rockefeller están analizando una proteína descubierta en 2017, llamada LY6E como una potencial candidata para bloquear la reproducción del coronavirus una vez que éste ingresa a un organismo.
Otros grupos científicos están analizando el uso de otro viejo amigo, el óxido nitroso (o nítrico), que a menudo se usa para relajar los vasos sanguíneos y abrir el flujo de sangre en pacientes hospitalizados que tienen problemas para respirar, incluso con ventiladores .
En Belllerophon Therapeutics están desarrollando la idea del profesor Roger Alvarez, de la Universidad de Miami, quien pensó en el uso de este gas por los problemas respiratorios y pulmonares relacionados con COVID-19.
Los laboratorios Elli Lilly y Novartis están investigando el uso de drogas contra el cáncer y medicamentos antiinflamatorios para tratar a pacientes de COVID-19. Estos medicamentos "exageran" la reacción del sistema inmunológico, para que actúe en contra del "agente externo", en este casos del coronavirus.
En la Universidad de Columbia, una leyenda de la lucha contra el Sida y padre de las terapias antirretrovirales, el doctor David Ho, junto con su equipo, está analizando un "biblioteca" de más de 4,700 fármacos.
Se trata de un archivo de medicamentos, aprobados y no, que, según Ho puede servir para descubrir potenciales medicamentos para esta pandemia o la próxima (científicos dicen que podría haber una segunda ola de brotes de coronavirus el próximo invierno).
O eventualmente otros gérmenes nuevos que desafíen a la Humanidad en el futuro.
Fuentes: NIH, Time, CDC, universidades.