Uno de los mayores desafíos que han estado enfrentando los países con la pandemia de COVID-19 es cómo organizar el regreso a clases, luego que la mayoría de los sistemas escolares terminaron o comenzaron el año estudiando a distancia.
En el hemisferio norte el debate está ocurriendo ahora porque las clases comienzan entre fines de agosto y comienzos de septiembre. Y se puede aprender algo de los países del hemisferio sur y de otras regiones del globo que tuvieron que tomar decisiones antes, ya que sus ciclos escolares inician entre marzo y abril.
En Guangzhou, China, el país en donde comenzó el brote del nuevo coronavirus en diciembre pasado, los padres deben tomarle la temperatura a sus niños cada mañana antes que salgan para la escuela, y le envían el resultado a la maestra a través de la plataforma WeChat.
Al llegar a la escuela, un guardia de seguridad vuelve a tomar la temperatura y, si no tiene fiebre, el alumno va a la clase en donde se sienta a una distancia de 3 pies (un metro) de sus compañeros.
En Sudáfrica, Israel y Finlandia, el modelo ha sido el uso consistente de máscaras, mantener la distancia social entre los estudiantes y tener clases muy pequeñas.
Otto Helve, especialista en enfermedades infecciosas del Instituto Finlandés de Saludy Bienestar dijo a la revista Science que "los brotes en las escuelas son inevitables".
Pero el funcionario agregó que "hay buenas noticias. Hasta ahora, con algunos cambios en las rutinas diarias, los beneficios de asistir a la escuela parecen superar los riesgos, al menos cuando las tasas de infección de la comunidad son bajas y los funcionarios están listos para identificar, y aislar, casos y contactos cercanos".
En México, el secretario de Educación Esteban Moctezuma dijo que las escuelas tendrán luz verde cuando la economía la tenga. Las clases en este país comienzan a fines de agosto.
Agregó que los alumnos tendrán un regreso gradual. Los padres serán los responsables de controlar cada día la salud de sus hijos y tomarles la temperatura.
Cada comité escolar implementará un plan para su escuela, y el fucionario agregó que van a tener "un proceso de limpieza de las escuelas para prevenir la supervivencia del coronavirus".
En los Estados Unidos, con un ciclo escolar similar al de México, el presidente Donald Trump ha amenazado con cortar los fondos de los distritos escolares que no reabran por completo en el otoño.
Y la Asociación Americana de Pediatría avala el regreso a clases lo más normal posible.
Cada sistema escolar en el país está escuchando distintas voces y realizando encuestas entre los padres para ver cuál sería la mejor forma de operar.
Y en un mismo estado, la realidad escolar de cada estudiante puede depender mucho de en dónde vida. Por ejemplo en Manteca, California, la junta escolar votó 5-2 por volver a clase con todo el alumnado, los cinco días de la semana.
A menos de una horade Manteca, el distrito de Elk Grove, está evaluando cuatro formas distintas de reabrir la escuela, pero ninguno será asistiendo todo el alumnado en persona, la semana completa.
Hasta ahora, todo indica que la mayoría de las comunidades escolares tendrán un sistema mixto: los estudiantes tomarán clases a distancia algunos días a la semana y otros días irán a la escuela.
Por ejemplo, en el condado de Montgomery, en Maryland, se ha anunciado un plan para que los estudiantes de todos los niveles vayan dos días en persona a la escuela.
Todavía no es claro si se dividirá por grados, por letra del apellido o cómo se armarán los grupos.
Dos desafíos grandes: las cafeterías no estarán abiertas por lo que los niños deberán llevar sus almuerzos, y los buses escolares que normalmente transportan a unos 50 a 70 estudiantes solo tendrán capacidad para 12.
Muchas familias de bajos ingresos y padres que trabajan no tienen la posibilidad de prepararlos almuerzos o llevar a sus hijos ellos mismos a la escuela.
En los Estados Unidos, la estadística de COVID-19 en menores de edad reproduce las cifras globales: los niños representan aproximadamente el 22% de la población, pero solo el 2% de los casos de coronavirus hasta el momento, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Sin embargo, infectólogos advierten que se registran casos en menores y que se puede formar parte de la estadística. De hecho, al 13 de julio, Florida tenía más de 7,000 casos de COVID-19 diagnosticados en niños.
Además, el hecho de que no desarrollen la enfermedad no significa que no sean contagiosos en caso que porten el coronavirus.
Y los niños, de más está decirlo, viven con sus padres y en muchos casos abuelos, que de infectarse pueden desarrollar formas más graves de COVID-19.
En Holanda, las escuelas reabrieron en abril a la mitad de su capacidad, pero mantener la distancia social no fue mandatorio para los estudiantes menores de 12 años. Esta medida luego se amplió a los menores de 17.
Algo similar adoptó Dinamarca, que fue el primer país en comenzar las clases en Europa. En esta nación se organizó la actividad escolar de forma tal que la mayoría de las clases fueran al aire libre, en donde se sabe hay menos riesgo de contagio.
Algunos países, como Nicaragua, Suecia y Taiwán nunca cerraron sus escuelas, y la experiencia no ha sido positiva. Suecia tiene muchos más casos y muertes que sus vecinos nórdicos Noruega y Finlandia.
Aunque algunos sistemas escolares ya estén operando y otros de una forma u otra lo harán pronto, el debate seguirá abierto hasta tanto se conozca más sobre el nuevo coronavirus.
Fuentes: CDC, Science, departamentos de salud nacionales y locales.