El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, presidente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió que COVID-19 (el virus responsable del nuevo brote de coronavirus) es más mortal que la gripe estacional, aunque también tiene mayores dificultades para transmitirse, según se desprende de las investigaciones que se están haciendo día a día.
Los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como ocurre con el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el que ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV). Un nuevo coronavirus, como es el caso de COVID-19, es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano.
"Este virus no es SARS, no es MERS y no es influenza. Es un virus único con características únicas", explicó Ghebreyesus. Y agregó: "No hacemos rastreo de contactos para la gripe estacional, pero los países deberían hacerlo para COVID-19, de esta forma evitarán infecciones y salvarán vidas. La contención es posible".
Al hacer una distinción entre los virus, los especialistas buscan promover una acción global contra esta nueva amenaza. Ghebreyesus y otros funcionarios de la OMS instan a los gobiernos que se enfrentan al coronavirus a implementar las medidas de salud pública que demostraron reducir la propagación viral:
- Aislar a las personas infectadas.
- Realizar seguimientos a quiénes tuvieron contacto con los infectados.
- Suspender actividades que impliquen reunir a mucha gente.
Cada persona también puede tomar ciertas precauciones, como lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca y la nariz al toser y estornudar, realizar una cocción completa de ciertos alimentos, como carnes y huevos, y utilizar máscaras de protección o barbijos.
Funcionarios de la OMS dijeron que tales pasos han permitido a China, donde comenzó el brote y se registra la mayor cantidad de infectados, reducir la cantidad de casos nuevos. Además, creen que estas medidas podrían ser útiles para controlar el importante aumento de casos que experimentaron países como Italia, Corea del Sur e Irán.
Diferencias
Ghebreyesus afirmó que "a nivel mundial, alrededor del 3,4% de los casos reportados de COVID-19 han muerto, en comparación al 1% que generalmente alcanza la gripe estacional". Sin embargo, esta cifra no incluye todos los casos leves que no requieren atención médica, sino que está determinada por Wuhan, epicentro del brote y donde la tasa de mortalidad es varias veces mayor que en otras partes de China.
Los investigadores esperan que este porcentaje se reduzca a medida que se conozca una imagen más completa de los infectados. Incluso algunos profesionales, como el doctor Anthony S. Fauci y el doctor H. Clifford Lane, del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), y el doctor Robert R. Redfield, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), expresaron que la tasa de mortalidad podría llegar a ser inferior al 1%.
En otra conferencia que tuvo lugar el lunes 2 de marzo, Ghebreyesus también realzó la distinción del nuevo virus con la gripe. "Nunca habíamos visto un patógeno respiratorio capaz de transmitirse a la comunidad, pero que al mismo tiempo se pueda contener con las medidas correctas. Si se tratara de una epidemia de influenza, ya habríamos esperado ver una transmisión comunitaria generalizada en todo el mundo y los esfuerzos para contenerla no serían factibles".
Sobre las similitudes entre COVID-19 y la influenza, el presidente de la OMS señaló que ambos causan síntomas respiratorios y se transmiten principalmente a través de pequeñas gotas desde la nariz o la boca.
Sin embargo, también destacó sus diferencias. Por ejemplo, las personas que han sido infectadas con influenza pero que aún no muestran síntomas, pueden provocar una gran propagación de ese virus. En cambio, los funcionarios de la OMS han dicho que, según los datos del brote de China, solo una pequeña fracción de las personas infectadas no muestran síntomas, y no parecen explicar gran parte de la transmisión.
Otra diferencia es que COVID-19 generalmente conduce a una enfermedad más grave que las cepas de gripe estacional, en parte porque las personas no tienen protección inmune contra el nuevo virus.
Ghebreyesus explicó que esto también se debe a la falta de vacunas o terapias, por ello se debe hacer todo lo posible por contenerlo. Aunque advirtió que "la creciente demanda, el acaparamiento y el mal uso" de suministros médicos, como las máscaras, podrían comprometer la capacidad para combatir el brote. Por eso, aconsejó aumentar la producción y disponibilidad de estos productos.