La mamografía es una imagen de la mama tomada con rayos X. Los médicos las utilizan para buscar signos de cáncer de mama o seno en sus etapas iniciales, a veces hasta tres años antes de que se pueda sentir.
Se trata de una prueba de detección necesaria para todas las mujeres. Dependiendo de la edad será la frecuencia con la que deban hacerse este examen que tanto sirve para detectar un problema como para confirmar que todo está bien.
El cáncer de mama es una afección maligna que ocurre cuando las células del seno comienzan a crecer sin control. Puede desarrollarse tanto en mujeres como en hombres, aunque es mucho más frecuente en mujeres.
Desde los años 90, decenas de estudios científicos han confirmado el valor de la mamografía en la detección del cáncer de seno. Y, si se realiza regularmente siguiendo las indicaciones del médico, y hay un problema, el beneficio mayor es que se puede descubrir y tratar de manera temprana.
Históricamente, las latinas posponen sus exámenes preventivos, o directamente ni piensan en hacérselos por distintas barreras: desde económicas hasta culturales. Si no hay dolor, bulto o molestia, piensan que no hay razón para ir al doctor. Por eso, muchas se hacen una mamografía cuando la enfermedad está en un estadio avanzado y es más complejo tratarla.
Esto hace que el cáncer de mama siga siendo el más común entre las mujeres, y la segunda causa de muerte en la región.
La prevención es crítica para revertir esta tendencia.
Luego de muchas discusiones sobre el mejor momento para comenzar a realizarse mamografías, el número de pruebas de acuerdo al riesgo y la historia familiar con el cáncer de seno, entre otros factores, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (U.S. Preventive Services Task Force) dice que:
- La decisión de comenzar con la mamografía de detección en mujeres antes de los 50 años debe ser individual. Las mujeres que otorgan un mayor valor al beneficio potencial que a los daños potenciales (en general la posibilidad de sobretratamiento) pueden optar por comenzar la evaluación cada dos años entre los 40 y 49 años.
- Para las mujeres que tienen un riesgo promedio de cáncer de mama, la mayor parte del beneficio de la mamografía resulta de la detección cada dos años, entre los 50 y los 74 años.
- De todos los grupos de edad, las mujeres de 60 a 69 años tienen más probabilidades de evitar la muerte por cáncer de mama a través de la mamografía.
- Si bien la mamografía de detección en mujeres de 40 a 49 años puede reducir el riesgo de muerte por cáncer de mama, la cantidad de muertes evitadas es menor que la de las mujeres mayores, y la cantidad de resultados falsos positivos y biopsias innecesarias es mayor. Es probable que el balance de beneficios y daños mejore a medida que las mujeres pasen del principio de sus 40 hacia el final de esa década.
- Además de los resultados falsos positivos y las biopsias innecesarias, todas las mujeres que se realizan mamografías de detección periódicas corren el riesgo de recibir un diagnóstico y tratamiento de cáncer de mama invasivo y no invasivo que, de otro modo, no se habrían convertido en una amenaza para su salud durante su vida. (conocido como "sobrediagnóstico").
- Comenzar las mamografías a una edad más temprana y realizarlas con mayor frecuencia puede aumentar el riesgo de sobrediagnóstico y subsiguiente sobretratamiento.
- Las mujeres con un padre, un hermano o un hijo con cáncer de mama tienen un mayor riesgo de desarrollarlo. Por eso, pueden beneficiarse más que las mujeres con riesgo promedio si comienzan a hacerse pruebas de detección a los 40 años.
Siempre es esencial discutir todas las opciones con el médico de cabecera, para eventualmente tomar decisiones sobre seguimientos y tratamientos.